Sostenibilidad de la ventaja competitiva

1. Sostenibilidad de la ventaja competitiva.

Hasta ahora se ha visto el concepto de ventaja competitiva como condición necesaria y suficiente para conseguir que la empresa adquiera un rendimiento de su inversión superior al de sus competidores. Ahora bien, no se trata sólo de alcanzar un buen resultado económico durante un momento determinado. Lo importante es que la  empresa sea capaz de disfrutar de esa alta rentabilidad durante el mayor tiempo posible.

Para lograr que una empresa mantenga sus buenos resultados a lo largo del tiempo es preciso que la ventaja competitiva que ha logrado construir sea sostenible. Es decir, que permanezca a favor de la empresa a pesar de los cambios que se puedan producir en el entorno y que persista a pesar del comportamiento de los competidores que, lógicamente, van a actuar para tratar de anular su desventaja competitiva tratando de adquirir una posición de dominio.

Para que una ventaja competitiva sea sostenible con respecto a los competidores es necesario que existan barreras a la imitación, es decir, aspectos que impidan o dificulten la posibilidad de que otras compañías reproduzcan internamente los fundamentos que han permitido a la empresa crear un valor más alto con su producto.

Las posibles barreras a la imitación pueden ser de diverso signo pudiéndose agrupar en dos categorías:

- Barreras de tipo informativo: es decir, que los competidores no conozcan que una empresa tiene éxito, o bien que, aunque sepan de sus resultados favorables, desconozca las razones que dan lugar a esos resultados.

- Barreras de recursos: que, aunque los competidores sepan que deben hacer para imitar el éxito de otro competidor, tengan dificultades para adquirir, al menos en las mismas condiciones que tiene la empresa que posee la ventaja competitiva, los recursos necesarios para la consecución de esa ventaja: p.e. concesiones administrativas, patentes; o que la ventaja competitiva se base en la utilización de recursos no disponibles en el mercado y difícilmente reproducibles por los competidores (p.e. la utilización de marcas de reconocido prestigio por parte de las empresas líderes, es un recurso valioso que los imitadores no pueden adquirir a ningún proveedor, dado no existen vendedores de marcas de éxito. Una marca la tiene que construir cada propia empresa y ello supone dinero, tiempo y acierto);

etc.

En consecuencia, para que una empresa pueda tener beneficios a largo plazo, es necesario que se den imperfecciones en el funcionamiento de los mercados porque, según la teoría económica, si una empresa convive en un mercado perfecto con alta rivalidad competitiva, los beneficios extraordinarios a largo plazo serán nulos. Por lo tanto, para que esos beneficios existan es condición necesaria que los mercados, de recursos y de productos, no sean eficientes, bien porque no existe información perfecta sobre los bienes y servicios disponibles, sus proveedores, las condiciones de su oferta, etc., o bien porque las empresas no pueden acceder a ellos en las mismas condiciones de coste, en el mismo momento o con la misma posibilidad de aprovechamiento.

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