TEORIAS DEL COMECIO
cloud16718 de Mayo de 2014
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LAS TEORÍAS DE COMERCIO INTERNACIONAL EN EL FORTALECIMIENTO DE LA OFERTA EXPORTABLE DE LOS PAISES
Romero (2012) las ventajas que un país posee para poder colocar productos en los mercados internacionales han sido explicadas por diferentes teorías. Cada una destaca alguno de las múltiples facetas involucradas en el tema, también responden a realidades verificadas a lo largo de la histórica y en ámbitos geográficos diferentes. Sin embargo, más allá de diferir en las causa y consecuencias, todas ellas coinciden en las ventajas que se derivan del comercio internacional (p. 5)
Un análisis regresivo nos recuerda que la corriente de pensamiento predominante en el siglo XVII, estaba representada por el llamado mercantilismo, que suponía ventajas de una balanza comercial favorable, lo cual producía un acrecentamiento de la riqueza a través del flujo de metales preciosos que la misma producía. Esta visión supone claramente que cuando existe comercio entre países hay beneficiados y perjudicados, dado que el superávit de unos se compensa con el déficit de otros.
Esta remembranza genera la interrogante que da inicio a esta investigación: ¿Cuál es la influencia de las teorías de comercio internacional en el fortalecimiento de las ofertas exportables de los países? De ahí que, el propósito de este ensayo busca describir cada una de las teorías de comercio internacional que puedan fortalecer las ofertas exportables de los países.
Dentro de las teorías se encuentran un sin número de ellas, pues a lo largo de la historia de han ido estableciendo diferentes formas de pensar y actuar en cuanto al comercio exterior.
Según Padín C. (2010) tenemos por ejemplo: la teoría del superávit comercial, fue dominante entre los siglos XVI, XVII y parte del siglo XVIII. Defiende el enriquecimiento de los primeros Estados Nación: España, Inglaterra, Francia y Holanda, fundados en el comercio exterior. Para los mercantilistas, autores de esta teoría, la estrategia para aumentar la riqueza de un país era a través de la balanza comercial favorable (exportaciones mayores que las importaciones), pues la diferencia debía liquidarse en oro”. Esta teoría justificaba el proteccionismo comercial sustentado en barreras fiscales o arancelarias a las importaciones de las mercancías, de tal manera que los aranceles incrementaban artificialmente el precio de las mercancías y frenaban las importaciones
Ballesteros (2012) señala la existencia de la teoría de la ventaja absoluta, elaborada por Adam Smith, que es uno de los pilares de la Teoría clásica del comercio internacional. Su fundamento es que al ampliar la dimensión de los mercados, aumenta la posibilidad de producir más y con ello se favorece el grado de especialización que, a su vez, incrementa la productividad del trabajo. “Adam Smith escribe: Cuando un país extranjero nos puede ofrecer una mercancía más barata de lo que nos cuesta a nosotros, será mejor comprarla que producirla, dando por ella parte del producto de nuestra propia actividad económica, empleada en aquellos sectores en que saquemos ventaja al extranjero. La especialización permite ventajas absolutas en la producción de ciertos artículos y con ello exportarlos e importar lo que producen ventajosamente otros países, el beneficio es general. Esta teoría está en contra del proteccionismo comercial porque impide los beneficios de la especialización y, por tanto, es la precursora del liberalismo comercial”
Ballesteros (2012) expresa también la existencia de la teoría de la ventaja comparativa, que expresa que aun cuando un país tuviera ventaja absoluta en la elaboración de dos productos, podría ser relativamente más eficiente que el otro en un producto determinado, a lo que denominó “principio de la ventaja comparativa”. Un país puede ser mejor que otro país en producir varios artículos pero solo debe desarrollar aquel que produce mejor. Su curva de posibilidades de producción lo determina. Esta teoría fue creada por David Ricardo y es el pilar fundamental de la Teoría Clásica del Comercio Internacional “Ricardo atribuye el valor de los bienes a la cantidad de trabajo que incorporan y considera que la productividad del trabajo difiere al utilizarse distintas técnicas de producción. Luego, la causa del intercambio comercial internacional debe encontrarse en la diferencia de la productividad del trabajo en los diferentes países.
Según Torres (2002) existe la teoría de la demanda recíproca que afirma que dentro de un sistema de costos comparativos y de división internacional del trabajo, el comercio de exportación de un país se fortalecerá en la medida en que el mismo compre o importe mercancías producidas en otro De acuerdo con esta teoría, el intercambio comercial entre naciones de diferente tamaño beneficiará más al país pequeño, porque la relación real de intercambio tiende a situarse más acerca del país grande que del pequeño, debido a que la oferta del pequeño es inferior a la demanda del grande, con lo que tiende a aumentar el precio del bien exportado por el pequeño”. (Esta conclusión teórica es contraria a las mediciones realizadas por Singer y Prebish).
Torres (2002) señala también a la teoría neoclásica de la ventaja comparativa y la demanda recíproca, desarrollada a finales del siglo XIX por los autores considerados neoclásicos. Aceptan las teorías de Ricardo y de Mill para explicar el comercio interindustrial y las amplían. Si la diferencia de costos relativos de la teoría de Ricardo se basaba sólo en cambios de productividad del trabajo, los neoclásicos argumentan que también en los cambios en la productividad del capital”. Asimismo hacía una distinción entre los costos relativos y los precios relativos, estos últimos podrían estar determinados no sólo por los costos relativos, sino también por los gustos de los consumidores. De tal forma puede haber muchos precios relativos diferentes; sin embargo, uno sólo maximizará el valor de la producción y el consumo simultáneamente es el denominado precio de equilibrio”
Torres (2002) señala la teoria de Hecksher-Ohlin, a mediados del siglo XX, dos autores neoclásicos elaboraron una visión alternativa de la teoría de las ventajas comparativas de David Ricardo y ampliada por los primeros neoclásicos. Hecksher y Ohlin tratan de explicar el comercio interindustrial, aceptando que la diferencia de productividad de los factores de capital y trabajo, explican la diferencia de costos pero, ¿cómo se explica la diferencia de productividad en los diferentes países? y responden: lo que explica el comercio internacional es la diferente dotación de factores en cada país o escasez relativa de factores (tierra, trabajo y capital), que origina distintos precios relativos de los mismos. Habrá países con abundancia de los recursos naturales y mano de obra (factores relativamente más baratos), pero con escasez de capital (factor relativamente caro); habrá otros con abundancia de capital y mano de obra (factores relativamente más baratos), pero con escasez de recursos naturales (factor relativamente caro), etcétera.
Se infiere entonces que de acuerdo con estas situaciones, cada país puede tener ventajas comparativas derivadas de la abundancia de alguno de los factores de la producción o de dos de ellos y, por tanto, deberá exportar aquellos bienes cuyos costos relativos más bajos estén determinados por el uso del factor o factores abundantes. Según esta teoría, el comercio internacional contribuiría a la reducción de la escasez y abundancia de factores y, por consiguiente, conducirá a la eliminación de sus costos relativos diferentes.
Torres (2002) en cuanto a la teoría del ciclo del producto, en 1961, S. B. Linder, otro economista de la escuela neoclásica, elaboró una teoría para explicar el comercio intra industrial entre los países desarrollados y con similar dotación de factores productivos. Para Linder, el comercio intra industrial tiene lugar si previamente existe en el país una demanda representativa del producto que permita aumentar la producción y reducir los costos. El producto bajo estas condiciones puede ser competitivo y exportable.
Como señala esta teoría el comercio exterior y las inversiones directas están relacionadas con las etapas del ciclo de vida del producto. Utiliza en esta teoría las mismas herramientas básicas de la teoría de la proporción de factores, pero agradándole que:
• Las innovaciones técnicas requieren grandes cantidades de capital y mano de obra calificada. Estos se encuentran predominantemente en países altamente industrializados.
Torres (2002) sobre la teoría del ciclo de vida del producto, cuenta que en 1966, Raymond Vernon, otro de los economistas neoclásicos, desarrolla su teoría para explicar también el comercio intraindustrial en relación con él cambio tecnológico. A. Vernon le interesa determinar la localización geográfica de los productos nuevos que han sido resultado de la innovación tecnológica. Argumenta que pueden distinguirse tres fases: en la primera, el producto se fabrica en EUA, debido a las condiciones de desarrollo y amplitud del mercado; en la segunda, el producto se diferencia y estandariza, los costos disminuyen y se exporta a Europa y una vez que alcanza allí una fuerte demanda, el diferencial de costos permite que se produzca en forma más eficiente e incluso se exporta. En la tercera fase, la producción está totalmente estandarizada y el producto se difunde por el mundo, pero los salarios más bajos de los países en desarrollo permiten que la producción se realice en ellos de allí se exporten, siempre
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