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Un objetivo móvil ¿Dónde se encuentra la tierra a la que ha de encaminarse tu nave?


Enviado por   •  23 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  1.424 Palabras (6 Páginas)  •  62 Visitas

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Vivir con el éxito

Un objetivo móvil

¿Dónde se encuentra la tierra a la que ha de encaminarse tu nave?

Fresca como una alondra que se remonta al amanecer,

Alegremente se encamina en forma estable;

¿Hacia el sol tropical o la nieve polar?

William Wordsworth (1807)

Hace más de tres mil años, un grupo de polinesios embarcaron a sus familias y posesiones en catamaranes y navegaron hacia el oriente, siete mil millas si se considera que su viaje continuó por dos mil años e incontables generaciones. Los Lapita carecían de brújulas y sextantes; en lugar de ello, navegaban con la ayuda de las estrellas, las corrientes dominantes y el azar. Primero llegaron a Fiji y luego a Tonga, extendieron su red a islas tan remotas como Hawaii y, por algún tiempo, a la Isla de Pascua; aproximadamente para la misma época en que Atila el huno asolaba Europa.

La Isla de Pascua, conocida también como Rapa Nui, es uno de los lugares más aislados de la Tierra. Sus vecinos más cercanos son las islas Pitcairn, a unos 2100 kilómetros, están a más de 3200 kilómetros al este de Tahiti y al este de Chile. Poco mayor a Manhattan, el nombre actual de la isla conmemora la fecha de su descubrimiento por el holandés Jacob Roggeveen. Sus verdaderos descubridores la llamaron Te Pito „o Te Henua, el ombligo del mundo.

Los primeros Lapita en arribar observaron desde sus canoas una isla exuberante de abruptos acantilados y aguda lava negra; el paisaje boscoso estaba dominado por tres grandes volcanes. Luego de desembarcar en la única playa importante, la arena blanca de Anakena, es indudable que los navegantes recitaron una plegaria, de agradecimiento por alcanzar el aislado paraíso y de apaciguamiento por invadirlo.

Durante los siguientes milenios, los Lapita desarrollaron una sorprendente civilización, cuyo legado más famoso son los Moai: un conjunto de incomparables estatuas esculpidas en la toba volcánica del Rano Raraku. Los Lapita desplazaron cada estatua acabada varios kilómetros a través del paisaje rocoso, haciendo rodar las figuras de unos diez metros sobre troncos que cortaban en el camino. La antropóloga Jo Anne Van Tilburg estima que llevar un monumento típico a su lugar de emplazamiento demandaba el trabajo de unos setenta hombres durante cinco días. Al llegar allí, instalaban cada imagen en una plataforma, su mirada apuntaba siempre hacia el interior, su espalda orientada al océano y al mundo exterior. Probablemente más de seiscientos centinelas resguardaban la isla.

Además de crear estatuas y petroglifos, los Lapita desarrollaron también el único sistema de escritura de Oceanía; conocido como Rongo-rongo, la escritura jeroglífica se preserva actualmente en unas veinte tablillas de madera. Forma una rica serie de caracteres de aproximadamente 12 milímetros de alto que fueron grabados en la madera usando cinceles de obsidiana o dientes de tiburón. Para leer el escrito, se arranca por la esquina inferior izquierda de la tablilla y se lee a lo largo del renglón inferior, se gira ciento ochenta grados la tablilla y se lee de vuelta en la dirección contraria, al finalizar este renglón se vuelve a girar la tablilla:

El idioma nunca se ha traducido satisfactoriamente, aún cuando una tablilla es claro que contiene un calendario lunar.

Cuando los Lapita llegaron por primera vez a la Isla de Pascua, había muy poca comida. Como no fueran los murciélagos, no había mamíferos nativos al oriente de las Islas Salomón ni grandes lagartos más allá de Tonga. Lo que abundaba, sin embargo, eran las aves, aves que habían evolucionado en ausencia de seres humanos y que no les temían. Al menos treinta especies anidaban allí, la mayoría eran aves marinas como petreles, pájaros bobos, charranes y albatroses; en efecto más aves marinas que en cualquier otra isla de Polinesia. También había al menos seis especies de aves terrestres que no se encontraban en ningún otro lugar del mundo: una especie de garza, dos grullas, un búho y dos loros.

Aún cuando los Lapita plantaron huertas, comieron pescado y criaron gallinas que llevaban con ellos, también cazaron aves nativas –si puede llamarse cazar al inclinarse y recoger un ave. Las aves eran abundantes pero no soportaron la presión. De las treinta o más especies

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