ANTROPOLOGIA PSICOLOGICA
Katly TorresDocumentos de Investigación1 de Agosto de 2019
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FASE 3
KATLY YNETH TORRES CORDOBA
CODIGO 1077474895
DORIAN LOPEZ
TUTORA
ANTROPOLOGIA PSICOLOGICA
CURSO
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTACIA
UNAD
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES
PSICOLOGIA
INTRODUCCIÓN
En torno a este estudio, a lo largo de la historia de la psicología ha existido, y aún existe, una
contradicción que interesa destacar. Por una parte, se reconoce que una de las características
definitorias de los seres humanos es su capacidad y necesidad de vivir en contextos culturales. Este
trabajo es analizar diferentes posiciones teóricas que sitúan como centro de debate el análisis de los
aspectos diferenciales del funcionamiento mental y de las causas que generan tales diferencias. Son
perspectivas que, en cierto sentido y en distinto grado, abandonan la posición hegemónica
detentada por el estudio de los aparentes invariantes de la mente. Con ello se pretende resaltar
algunas claves conceptuales que nos permiten entender el presente de dicha disciplina.
DESPUÉS DE LEER Y ANALIZAR EL MATERIAL PROPUESTO, REALIZAN UN RESUMEN
DONDE SE RESALTEN LOS ASPECTOS MÁS IMPORTANTES DE LAS LECTURAS.
Cubero, M. & Santamaría A. (2005) Psicología Cultural una aproximación conceptual e
histórica al encuentro entre mente y cultura
Esta concepción implica una visión racionalista de la evolución de la civilización o cultura, entendida
ésta como un todo. Intentos como los de la psicología sensista de E.B. Condillac y trabajos como los
de J.M. Degérando, enmarcados dentro de la “Sociedad para los Observadores del Hombre”,
representan las primeras tentativas en el desarrollo de una ciencia empírica basada en la
observación y encaminada en la búsqueda de explicaciones no innatistas del desarrollo humano.
Los descendientes más directos de esta línea de pensamiento los encontramos en los teóricos que,
frente a un poligenismo en auge en el siglo XIX, defendieron la unidad psíquica de la humanidad.
Éstos, frente a la idea básica de los teóricos de la raza de que los humanos tiene una multiplicidad
de orígenes, lo que justifica las diferencias entre ellos, defienden la idea ilustrada de la unidad
psíquica de la humanidad. Tal defensa les obligó a buscar las causas de las diferencias entre los
humanos fuera de la biología, por lo que centraron su interés en la relación entre mente y cultura
(Jahoda & Krewer, 1997).
La Psicología Transcultural, de orientación claramente positivista, podría considerarse la culminación
de esta línea de pensamiento sobre la relación entre mente y cultura. Ésta encuentra sus raíces más
directas en las ideas de la Ilustración sobre la unidad psíquica de la humanidad, y hasta cierto punto
recupera el enfoque racionalista del hombre y de su evolución derivado de la doctrina de progreso.
Obviamente, las exigencias teóricas y metodológicas de una nueva psicología y las conclusiones de
los trabajos realizados bajo este prisma han generado importantes avances, formulación conceptual
y a los apoyos empíricos con los que cuenta tal visión. Sin embargo, su línea de argumentación
básica no se ha visto modificada, continúa centrada, fundamentalmente, en el estudio de los
universales cognitivos y las diferencias en éstos generadas por las condiciones ecológicas, sociales,
culturales e históricas de vida. Así, se entiende la relación entre lo cognitivo y los aspectos
socioculturales desde un punto de vista causalista y determinista; es decir, en términos de variables
dependientes e independientes respectivamente. En cuanto a los aspectos metodológicos, aunque
se ha avanzado mucho en la búsqueda de materiales y tareas más significativas para los sujetos
estudiados, el modo de obtención de los datos sigue siendo fundamentalmente a través de estudios
comparativos.
A nuestro juicio, el desarrollo de la Psicología Cultural ha permitido recuperar la Psicología de los
Pueblos de Wundt, especialmente su defensa de la estrecha relación existente entre mente y
cultura, mediada ésta por el desarrollo histórico, y con ello, reconocerle como antecedente de la
misma. Esta es la tradición de la que es heredero uno de los enfoques actuales más importantes de
Psicología Cultural. Nos referimos al enfoque simbólico del antropólogo Richard Shweder y sus
colaboradores. Otras aproximaciones culturales, como la Psicología de Bruner o la tradición europea
de Psicología cultural de Boesch y Eckensberger, aunque no de manera tan directa, también
bebieron de esta segunda línea de pensamiento.
Ahora bien, el hecho de que la psicología asumiera como tarea propia el descubrimiento de los
rasgos universales de la constitución psicológica humana no significa necesariamente que ignorara
la cultura. No obstante, si examinamos cualquier manual introductorio actual podremos comprobar
cómo se concede a la cultura un papel claramente menor y, cuando aparece, se alude a ella
únicamente en términos de diferencias culturales. Autores como Shweder (1990, 1991) mantienen
que los psicólogos, incluso cuando parecen atribuir gran influencia a la cultura, asumen que ésta
actúa por medio de mecanismos universales que son el objeto real de sus intereses.
Guerrero, P. (2002). Estrategias conceptuales para entender la identidad, la diversidad y la
diferencia. (Capítulos 1, 2, 4, 5 8 y 9).
Los nuevos escenarios de la antropología
Al nuevo quehacer antropológico se le plantea la necesidad de comenzar a replantearse de forma
crítica la mirada que ha venido construyendo sobre su “objeto” privilegiado de estudio: la cultura. La
antropología debe empezar a entender la cultura Desde nuevas miradas y desde la perspectiva de
una estrategia conceptual que considere la potencialidad histórica de los sujetos que la construyen.
No estaremos viviendo, como señala Auge, el espacio histórico de la antropología y el tiempo
antropológico de la historia. El actual proceso de globalización ha hecho posible que por primera vez
la humanidad se halle interconectada y descubra como nunca antes que el mundo es redondo pues
es redonda la globalidad que atraviesa todas las dimensiones De la realidad actual.
En la actual fase de la globalización, los antiguos pueblos “primitivos” desaparecen como “objeto de
estudio”, pues el orden de esas sociedades se halla profundamente alterado por el desarrollo del
proceso de globalización del capitalismo y el mercado.
Esto plantea una crisis a la vieja antropología de lo exótico, que creía que al integrarse a la “historia”
los pueblos “primitivos” (eran sus “objetos” privilegiados de estudio), la antropología ya no tendría
sentido y por tanto tendría que desaparecer.
Como bien lo señala Auge, el problema de definir la disciplina y su objeto es un problema también de
la contemporaneidad de la antropología dada la diversidad de hechos y procesos que la misma
contemporaneidad presenta. Esto implica que hay que empezar a buscar los otros horizontes y
escenarios de su praxis, comenzar a pensar y pensarnos por nosotros mismos a partir de nuestras
realidades y procesos, de nuestras especificidades cul-turales, y considerar la contemporaneidad
que estos tienen. Hoy más que nunca, como anotara Au-ge, se plantea la cuestión de saber si la
antropología tiene algo que decir que se específicamente antropológico sobre las nuevas
situaciones.
Lo más importante es que desaparezca la noción de “objeto” que la antropología construyó con
relación a los sujetos sociales, entender que no busca estudiar al ser humano como tal, construirlo
como “objeto de estudio”, sino que lo que estudiamos son los procesos, los fenómenos, los hechos
socio-culturales, las nuevas realidades, los nuevos mundos que esos sujetos y seres humanos
concretos construyen a los que están articulados.
Proximación a una estrategia conceptual de la cultural
La historia de la antropología deja claro un evidente conflicto en el momento de buscar una
definición de cultura. Generalmente no se supera los límites de las adjetivaciones accidentalistas o
de los sustantivismos descriptivos que priorizan los aspectos externos , manifiestos de una cultura
que se han quedado al nivel de los rasgos culturales, o han leído la cultura siempre al margen de la
sociedad y los sujetos sociales que la construyen. Pero no se trata solo de posturas conceptuales en
disputa, sino que allí se expresa un conflicto entre formas diversas de ver el mundo, la realidad y la
cultura, que representan posturas sociales, ideológicas y políticas distintas, puesto que toda lucha
conceptual, no es sino otro reflejo más de las luchas por el control de los significados que se libran
en la sociedad.
La cultura hace referencia a la totalidad de prácticas, a toda la producción simbólica o material,
resultante de la praxis que el ser humano realiza en sociedad, dentro de un proceso histórico
concreto. Hay que ver entonces, si la cultura es una construcción social presente en toda la sociedad
humana, esta no pude entenderse al margen de la misma sociedad, de los sujetos sociales que la
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