Actividad Creadora VS Pseudo actividad

Actividad Creadora VS Pseudo actividad

Por: Dania Villalobos Gómez

En nuestro mundo moderno, se ha visto que las nuevas generaciones traen consigo el chip de multitasking o multitarea, buscan siempre estar haciendo algo, buscan ser productivos y así alcanzar el “éxito”.  No hace poco se comenzó a hablar más sobre la idea de amar aquello que haces; las personas, sobre todo los jóvenes comenzaron a inclinarse más por la idea de trabajar en lo que les gusta, a probar cosas nuevas siempre que pueden, a experimentar y cambiar de una opción a otra en un abrir y cerrar de ojos, sin dedicar verdaderamente tiempo y esfuerzo a algo en específico. Y esto trasciende a las relaciones interpersonales, ya no se crean lazos o vínculos tan duraderos como antes; porque las personas no dedican tiempo e interés en conocer a la otra persona verdaderamente.

La actividad genuina requiere de un esfuerzo real, físico, intelectual y emocional. Este esfuerzo creador es lo verdaderamente importante en la vida, porque aporta satisfacción a la persona. Una persona que realiza sus actividades o que se relaciona de una manera desapegada, sin compromiso, mecánica y sin interés no goza de sus potencialidades; y a esto se le conoce como pseudo actividad. Entonces, lo antes mencionado no quiere decir que aquella persona que realiza un montón de trivialidades esté necesariamente realizando una actividad genuina que requiere esfuerzo. Esta forma de aparentar ser activos es más bien una forma de perder el tiempo y postergar aquello que realmente requiere de dedicar un mayor esfuerzo y que probablemente sea más importante.

La sociedad en la que vivimos recompensa la trivialidad y el trabajo acelerado, y así la imagen de estar “siendo productivos” se vuelve más importante que el verdadero esfuerzo detrás de una actividad sustancial.

Para poder disfrutar de este bienestar emocional que da la actividad autentica (es decir: hacer las cosas con dedicación, esfuerzo y compromiso), la persona debe poner en marcha su independencia y hacerse responsable de las decisiones que toma. Ya que una persona que no es capaz de elegir o tomar una decisión está dejando su responsabilidad en algo o en alguien más. Un ejemplo muy claro de esto es la postergación; las personas dejan las cosas para el último momento y así sentirse presionados por el tiempo para hacer aquello que deben de hacer pero que no son capaces de hacerlo sin sentir ese “algo” que los empuja a hacerlo.  Pareciera que estas personas solo son capaces de realizar una actividad cuando pueden negar su independencia y la responsabilidad de su acción.

Esta falta de vitalidad afecta en las relaciones interpersonales, sobre todo en la comunicación, por ejemplo: en una conversación se requiere de mucha atención y está por sí misma implica mucho esfuerzo y concentración en lo que la otra persona dice y en las reacciones internas que suceden a la par. Por el contrario, cuando está atención es fingida, únicamente el pseudo oyente usa lo que oye como una pauta para comenzar a hablar de sus propias ideas.

A raíz de la falta de habilidades para comunicarse, escuchar y expresarse correctamente surgen diversos problemas en las relaciones. Muchas veces en las discusiones más que dialogar para resolver el problema lo que hacen las personas es competir por ganar en esa discusión. “El seudo oyente manifiesta una profunda carencia de interés en la otra persona o idea; todo lo que le preocupa es hacer ruido. Al mismo tiempo pueden parecer bastante activos, sin embargo, su propensión a discutir solo enmascara sus esfuerzos para permanecer inactivos. La otra persona solo se convierte en su instrumento de auto engrandecimiento”.

...