Adicción A Los Analgésicos Narcótivos

LA ADICCIÓN A LOS ANALGÉSICOS NARCÓTICOS

Los analgésicos narcóticos (analgésicos opiáceos) son recetados por los profesionales de la salud con el objetivo de reducir o eliminar el dolor intenso que no se alivia ni desaparece con la administración de otro tipo de analgésicos. Cuando la utilización de estos medicamentos se hace bajo estricta vigilancia médica, resultan realmente eficaces para combatir el dolor. Mas, el consumo inapropiado de analgésicos narcóticos, puede sin embargo, desarrollar adicción. Ejemplo de ello son los narcóticos que se recetan para aliviar las dolencias de enfermedades como la artritis reumatoide, los cuales presentan gran riesgo de crear adicción en el paciente.

El riesgo de adicción es latente cuando no se respeta la posología prescrita bajo supervisión médica y arbitrariamente el paciente se toma estos medicamentos, muchas veces abusando de los mismos. La adicción puede surgir también en circunstancias no médicas, es decir, cuando no existe ninguna dolencia o enfermedad de por medio, en especial esto ocurre entre los adolescentes y adultos jóvenes. De hecho, estos analgésicos se encuentran entre los fármacos de los que más abuso se ha reportado por parte de los adolescentes.

Cuando se abusa de este tipo de fármacos, el organismo desarrolla tolerancia a los mismos, provocando consecuentemente que la persona sienta necesidad de aumentar las dosis del medicamento de manera continua para obtener el efecto deseado, de tal forma que constantemente la persona necesitará el mismo opiáceo o alguno similar para evitar padecer el síndrome de abstinencia, el cual incluye síntomas muy intensos como náuseas, vómitos, sudoración, entre otros. Llegados a este punto, podemos decir que ya la persona ha creado dependencia física e incluso psicológica, puesto que necesita del medicamento para funcionar normalmente. Esta dependencia física y psicológica va ligada con la adicción y puede contribuir a la prolongación de esta última, provocando el uso compulsivo de estos fármacos.

Los analgésicos narcóticos, actúan de tal forma que se adhieren a determinadas proteínas que reciben el nombre de receptores de opioides, ubicados en el cerebro, la médula espinal y el tracto gastrointestinal. Cuando esto ocurre, el fármaco puede bloquear la sensación de dolor. No obstante, estos medicamentos causan somnolencia, constipación, y dependiendo de las dosis, podrían ocasionar depresión respiratoria. Otro de los efectos de los analgésicos narcóticos es la euforia, ya que afectan las zonas del cerebro encargadas de controlar lo que percibimos como placer.

Adicionalmente, existen otras variables que pueden hacer que una persona sea más propensa a crear adicción a los analgésicos opiáceos como por ejemplo, los factores genéticos (tener familiares adictos a las drogas), rasgos de personalidad, presión social, entre otros. Factores como el hecho de tener menos de 30 años de edad tienen cierta relevancia, ya que el riesgo de ser adicto se va mermando conforme la persona se hace mayor. Los hombres suelen también presentar mayor riesgo que las mujeres de volverse adictos. Sufrir de depresión, soledad, ansiedad y tener antecedentes de alcoholismo también se suman a esta lista de factores que aumentan el riesgo.

La oferta de medicamentos opiáceos es numerosa, no obstante, entre los que más comúnmente son señalados por los expertos como objeto de abuso se encuentran la hidrocodona (Vicodina), oxicodona (OxyContin), codeína, morfina, entre otros.

Una gran cantidad de complicaciones pueden derivarse de la adicción a los analgésicos opiáceos, especialmente cuando la administración es intravenosa, ya que esto da pie para contraer muchas enfermedades. Entre las complicaciones más severas, destacaremos primeramente al síndrome de abstinencia que se presenta cuando se suspende el uso de estos medicamentos. También encontramos que estas sustancias pueden ocasionar problemas neurológicos como consecuencia de un inadecuado flujo sanguíneo al cerebro. Se pueden presentar también abscesos cutáneos, infecciones en la piel y de los ganglios linfáticos y coágulos de sangre. En caso de

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