Analisis DSM

Análisis

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo recaba las reflexiones realizadas por la alumna, tras la visualización del video “DSM: (El manual de diagnóstico y estadístico) La gran estafa psiquiátrica” así como bibliografía de consulta sobre el significado de las siglas DSM.

DESRROLLO

Empecemos esta reflexión conociendo un poco sobre el tema. El DSM recibe ese nombre por sus siglas en inglés, (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) cuya traducción al español sería Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría; cuya función principal es proporcionar criterios de diagnóstico de trastornos mentales, mediante descripciones de síntomas y comportamientos de dichas patologías.

Le pertenece a la Asociación Americana, por lo que son ellos los encargados de hacer las revisiones para actualizar la lista de desórdenes que dicho manual contiene; agregando, retirando ó cambiando la clasificación de los padecimientos.

Hasta aquí, la idea suena bien; pues es un documento que al estar periódicamente en revisión se actualiza, permitiendo considerar aspectos que antes no se visualizaban; pues la sociedad, cultura, tecnología y demandas actuales no son las mismas que se tenían hace unos años atrás.

El detalle, es que mide lo inmedible. Pues al tratarse de desórdenes emocionales, de comportamiento, conducta y reacción; TODAS las personas tenemos una forma diferente de sentir e interpretar la situación que estamos viviendo, y no sólo eso; sino que es cambiante. Por ejemplo, mi reacción al ser despedida de mi primer empleo no será la misma que tenga si vuelvo a pasar por esa experiencia diez años más tarde; lo que ayer fue un problema, quizás mañana no lo sea.

¿Cómo saber entonces, cuándo ese problema es un trastorno y cuándo no? De acuerdo al video, el Manual se basa en la estadística; lo que mayoría de las personas hace, se considera típicamente normal y lo que cae fuera de la norma, es un trastorno que se observa, detallando y enlistando las conductas que presentan la mayoría de los sujetos “atípicos”.

Recopilando de esta forma un pequeño “checklist” del cual, si yo cumplo la mayoría de los criterios, entro en esa categoría y me vuelvo un sujeto susceptible de recibir el diagnóstico correspondiente de dicha lista. No existen pruebas médicas, análisis sanguíneos, químicos, hormonales u otros que corroboren el tan mencionado diagnóstico.

Es como si se basaran únicamente en la observación del psiquiatra y en los comentarios que llegara a hacer el paciente –si es que tuvo oportunidad de hacer comentario alguno-.

Tal cual si se tratara de un concurso de popularidad, y hago esta referencia; pues tengo la experiencia personal como docente de primaria, que cuando un alumno presenta dificultades para adquirir la lecto-escritura se les lleva a una valoración al psiquiátrico de Mérida, para descartar una discapacidad intelectual; sin embargo, a todos los  que envié en el año 2013 regresaron a la escuela diagnosticados con Asperger, en el 2015 a la mayoría de los alumnos con dificultades les indicaron Metilfenidato por tener TDAH;  al año siguiente, lo que estaba “de moda” el TGD no específico.

Así que, sí concuerdo con aquello mencionado en el video; pues pareciera que, por el simple hecho de realizar una visita al psiquiatra, uno saldrá de ahí con un diagnóstico de algún padecimiento y un fármaco que ayudará a minimizar los síntomas.  Y recalco la palabra “pareciera” porque en los ocho años que llevo de docente, NUNCA me han regresado un alumno, tras su valoración, que haya sido considerado “normal” y al que sólo le haga falta un poco de repaso y echarle ganas en la escuela.

He visto a alumnos, que expresan sentirse mal tras la medicación, desde problemas de apetito o en el ciclo del sueño, hasta otros que dicen ya no sentirse como ellos mismos, vivir como si todo fuera un sueño.  

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