Analisis de Caso: Cisne negro

RESUMEN

Nina, una joven bailarina de ballet que vive con su madre la cual le controla de forma excesiva. Es elegida como la protagonista de la nueva versión de El Lago de los Cisnes, por lo que interpretara tanto al cisne negro como al cisne blanco. Esto la lleva a obsesionarse con la búsqueda de la perfección. El cisne blanco no es problema para ella puesto que es una niña virginal, pura, delicada y bella que está atrapada en una vida que han construido para ella por medio de su madre obsesiva y controladora, que ve en Nina la oportunidad de seguir bailando ya que su sueño se vio destruido. Sin embargo Nina tiene problemas para interpretar El cisne negro pues posee todos los rasgos de los que Nina carece y se ve amenazada por Lily una bailarina espontanea, sensual y natural que hace peligrar la consagración de Nina.

Introducción

Nina lleva su vida al límite de su existencia, debido a conflictos intrapsíquicos, producto de una infancia cargada de carencias tanto afectivas como identificatorias que han generado en ella un vacío existencial. De esta manera se pueden evidenciar en Nina varios conceptos sobre el psicoanálisis tales como un fallo en el estadio del espejo, un complejo de Edipo no instaurado, un Otro representado por el director de la función y por último se muestra el pasaje al acto de Nina como desenlace.

Desarrollo

En primer lugar se muestra la relación entre Nina y su madre que es posesiva y absorbente al extremo que se puede observar en la relación enfermiza que se nos presenta: falta de privacidad, Erika manipula el cuerpo de Nina a su antojo, vistiéndola y desvistiéndola aún a sus 28 años. Es una relación de amor y odio, de aceptación y rechazo, esta ambivalencia seria causada por la frustración que ha tenido la madre de Nina al tener que dejar su propia carrera de bailarina para poder criar a su hija de forma solitaria sin un apoyo paterno. Aquí se denota el término de desplazamiento pues como la madre no pudo cumplir su sueño, ve en Nina el objeto para poder realizarlo proyectándose en ella. Pero como aquí no hay presencia del padre, no hay quien separe a Nina de su madre como objeto incestuoso por lo que la madre se apodera de su vida. Es donde podemos observar la metáfora del cocodrilo y el palo, ubicando al Deseo de la Madre como un cocodrilo y al Nombre del Padre (o el falo) como aquello que impide que esa gran boca se cierre con el niño dentro, que en este caso no hay por lo que la madre ve a Nina como objeto para poder realizar su sueño frustrado. (Freud, 1924,  Pueden los legos ejercer el análisis)

La función del padre no se reduce a una función de corte sino que es además dador de emblemas de identificación y debido a la falta de una figura paterna Nina no ha conseguido formarse un «ideal del yo». Constantemente se ve en espejos, tiene alucinaciones mientras se ve reflejada en ellos. Esto quiere decir que la identificación primaria propuesta por el semejante quien de alguna forma ya sea en acto de palabra o gestual le indicaría: “ese eres tú” y por tanto alguien distinto, identificable, con identidad, no se dio de forma correcta en Nina, por tanto, hubo una falla en el estadio del espejo. (Lacan, 1914)

Además cuando Nina es convocada a interpretar al cisne negro, es un aspecto de su existencia con el que no cuenta, carece de los recursos simbólicos para encarnar ese personaje. Ella no es virginal porque sea reprimida, sino porque no tiene otros medios para afrontar la vida. Toda la energía pulsional no está dirigido a una persona si no que se dirige al ballet. No se habla de represión porque lo reprimido está oculto, tapado, pero está y, cuando se requiere hacer uso de eso reprimido, como es el caso de las neurosis, se utiliza, aunque muchas veces sea con angustias, síntomas, etc. Se habla de forcluido porque no se dispone en la estructura y cuando es llamado ese significante en lo simbólico, no queda otra que enloquecerse porque no cuenta con eso. (Lacan, 1949)

...