Análisis de la película “Un Método Peligroso”

Título: “Un Método Peligroso”

Esta película empieza contando la amistad de los psiquiatras Carl Jung y Sigmund Freud.

Jung es un doctor suizo joven y entusiasta ante las propuestas del entonces novedoso método del psicoanálisis y Freud es el inventor del método, un hombre ya mayor que empieza a ver en Jung el posible heredero que defienda y mantenga vigente sus teorías.

Pero la verdadera historia no es la amistad entre ambos, sino el abismo que abre en el medio la aparición de Sabina Spielrein, una judía rusa que es primero la paciente de Jung, luego su amante y por último su colega.

A pesar de que al principio sus teorías iban muy de la mano y eran muy similares, conforme fue pasando en tiempo, cada quien fue adoptando su propias teorías e ideales.

Este cambio fue principalmente ejecutado por Jung, ya que El, a pesar de ser colega y seguidor de Freud, decidió tomar su propio rumbo y propia manera de pensar.

Al igual que como sucedió en la película, en la vida real, Freud era una persona neurótica, cerrada y persuasiva; y nadie podía moverlo de su postura. Él estaba firmemente convencido en interpretar cualquier signo como síntoma sexual, y era tal su insistencia en relacionar todo con el sexo, que pronto tuvieron ciertos roces Jung y Freud.

Por su parte, Jung comenzó a sentir curiosidad por las premoniciones, supersticiones y lo sobrenatural. El consideró que había más allá en el comportamiento de un individuo, como para reducirlos en solamente los impulsos meramente sexuales.

Por lo tanto Jung no está de acuerdo con las teorías sexuales de Jung y Freud no está de acuerdo con las supersticiones de Jung.

En la película también aparece un personaje, llamado Otto, quien representa al psiquiatra austríaco Otto Gross. Desaliñado y con evidente adicción a las drogas, especialmente cocaína, se presenta son Gustav Jung para pedirle que lo ayude a “curarse”.

Otto le presenta su manera de ver el mundo, y termina por convencerlo de muchas cosas que Jung consideraba como imposibles y antiéticas.

Como por ejemplo, Otto pregunta a Jung, si Él se ha acostado con alguna de sus pacientes, a lo que Jung responde alarmada mente diciendo “por supuesto que no”.

Entonces Otto le plantea la siguiente pregunta. “¿Por qué no hacerlo, si ella está consiente que no quiere tener sexo contigo nada más por representar su figura de autoridad?, sino solamente ¿Por qué quiere contigo al igual que con muchos otros”? ¿Por qué reprimir estos impulsos si son de los más bellos placeres que existen?

En una ocasión, Otto menciona la siguiente: “Me parece una medida perversa de la raza humana que uno de sus pocos placeres deba estar sujeto a tanta histeria y represión” refiriéndose al impulso

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