Caso Ana O
omar31129217 de Agosto de 2014
10.221 Palabras (41 Páginas)535 Visitas
Caso Anna O
Anna O. Fue paciente de Breuer desde 1880 hasta 1882. Con 21 años de edad, Anna invirtió la mayoría de su tiempo cuidando de su padre enfermo, desarrollando una tos importante que no tenía una explicación física, así como dificultades para hablar, que finalizaron en un mutismo completo, seguido de expresiones sólo en inglés, en vez de su lengua natal, el alemán.
Cuando su padre falleció, la paciente empezó a rechazar la comida y desarrolló una serie inusual y extraña de síntomas. Perdió la sensibilidad en las manos y pies, parálisis parciales y espasmos involuntarios. También presentaba alucinaciones visuales y visión de túnel. Toda vez que los médicos examinaban a Anna para estudiar estos síntomas que parecían físicos, no encontraban ninguna causa física demostrable.
Además de estos síntomas, por si no fuera poco, presentaba fantasías infantiloides, cambios dramáticos de humor y varios intentos de suicidio. El diagnóstico de Breuer fue de lo que se llamaba en aquel momento histeria (hoy, trastorno de conversión), lo que significaba que tenía síntomas que parecían físicos, pero no lo eran.
En las noches, Anna se sumía en unos estados de "hipnosis espontánea", tal y como Breuer les llamó, a los que la propia paciente designó "nubes". (Anna tenía una formación intelectual alta y era una mujer muy preparada; así que no es de extrañar que ella utilizase términos muy precisos, incluso técnicos para designar algunos de sus estados, como en el caso de los estados hipnoides, llamándoles nubes. Breuer se dio cuenta de que, a pesar de estos estados de trance, la paciente podía hablar de sus fantasías diurnas y de otras experiencias, sintiéndose mejor posteriormente. Anna llamó a estos episodios "limpieza de chimenea" y "la cura por la palabra".
En algunas ocasiones, durante la "limpieza de chimenea", Anna proporcionaba algunos datos que daban comprensión particular a algunos de sus síntomas. El primer dato sobrevino justo después de negarse a ingerir agua durante un tiempo: recordaba ver a una mujer bebiendo agua de un vaso que un perro había lamido antes. Cuando recordaba esta imagen, se disgustaba y le sobrevenía una sensación intensa de asco…solo para inmediatamente después ¡beberse el vaso de agua!. En otras palabras, su síntoma (la hidrofobia) desaparecía tan pronto se verbalizaba y se sentía la sensación particular de asco; es decir, la base del síntoma. Breuer llamó catarsis, del griego referido a "limpieza", a estos estados de recuperación espontánea.
11 años más tarde, Breuer y su asistente, Sigmund Freud, escribieron un libro sobre la histeria, donde explicaban su teoría. Toda histeria es el resultado de una experiencia traumática que no puede aceptarse en los valores y comprensión del mundo de una persona. Las emociones asociadas al trauma no se expresan de manera directa, simplemente se evaporan: se expresan a través de la conducta de forma vaga, imprecisa. Por decirlo de otra manera, estos síntomas tienen significado. Cuando el paciente puede llegar a comprender el origen de sus síntomas (a través de la hipnosis, por ejemplo), entonces se liberan las emociones reprimidas por lo que no necesitan expresarse a través de ellos. Es similar a drenar una infección local.
De esta manera, Anna fue poco a poco mejorando de sus síntomas. Pero, es importante señalar que ella no podía hacerlo sin Breuer: mientras se encontraba en sus estados hipnóticos, necesitaba tener las manos de Breuer con ella, y desafortunadamente, surgieron nuevos problemas.
De acuerdo con Freud, Breuer reconoció que la paciente se había enamorado de él y además él también se sentía atraído por ella. Además, la paciente le comentaba a todo el mundo que estaba embarazada de Breuer. Se podría decir que ella le deseaba tanto que su mente le dijo a su cuerpo que esto era cierto, desarrollando un embarazo histérico (hoy llamado pseudociesis o embarazo psicológico. Breuer, un hombre casado en la época victoriana, abandonó abruptamente las sesiones y perdió todo interés en la histeria.
Fue Freud quien posteriormente retomó lo que Breuer no había reconocido abiertamente; es decir, en el fondo de todas estas neurosis histéricas yacía un deseo sexual.
Con respecto a la evolución de Anna, ésta pasó gran parte del tiempo restante en un sanatorio. Más tarde, se convirtió en una figura muy respetada y activa (la primera mujer asistente social de Alemania) bajo su nombre propio: Bertha Pappenheim. Murió en 1936. Anna será siempre recordada, no solo por sus propios logros, sino como la inspiración de la teoría de la personalidad más influyente que hayamos conocido.
Síntesis del caso Emmy Von N. descrito por Sigmund Freud en el año 1889.
Emmv Von N., Una señora de 40 años de aspecto normal, acomodada, era la decimotercera hija de un total l4niños, de los cuales solo quedaban cuatro al momento de la consulta. Su madre era una persona energética, pero también muy severa. En el año 1889, Freud inició el tratamiento de Emmy Von N., a la que el rifirio que era una mujer de aspecto juvenil: a veces tartamudeaba, padecía una afasia espasmódica. Ella con frecuencia se interrumpía al hablar para emitir un característico sonido inarticulado. Sin embargo, su conversación era amena, inteligente y culta. Su familia proveniente de Alemania central, disponía de una gran fortuna, pese a que sufría una herencia neurótica. En su tratamiento utilizó el método de la hipnosis, pues era fácilmente hipnotizable, capaz de entrar en estado de sonambulismo. Si bien. asimismo realizaba asociaciones y conexiones cuando hablaba sin estar hipnotizada. En una de las sesiones, Freud le propuso que asociara respecto a un tema particular que estaban analizando y al no lograr ninguna conexión, le mencionó que lo pensara hasta la otra sesión. Al día siguiente, Emmy con expresión de descontento le replicó que no debía estar interrogándola constantemente de donde procedía esto ylo otro, sino que tenía que permitirle contar lo que tenía para manifestarle. Así, surgió el método psicoanalitico, al terapeuta le correspondía el lugar para la escucha del paciente.
En su relato, Emmy se interrumpía, contraía su rostro en una expresión de espanto y repulsión, mientras exclamaba ¡quédese quieto, alargando la mano, no me toque, no me hable! estaba bajo una terrorífica alucinación. Después, la enferma continuaba la conversación sin mencionar el ataque. El quédese quieto: lo refiere que sucede del miedo a que le cortaran la frese, mediante el movimiento, que era motivo para que los recuerdo se hicieran más intensos y/o más penosos.
En 1892 fue examinado por Freud el caso de Elisabeth, una joven de 24 años de edad y quien llevaba dos años de padecer dolores en las piernas, fatiga dolorosa y caminaba mal (hiperalgesia de la piel y de los músculos en las piernas). A lo largo de su vida había sufrido algunas desdichas familiares importantes: la muerte de su padre tras una dolencia cardiaca, una enfermedad en los ojos de la madre y la muerte de una hermana después de parir. Este caso permite el análisis sobre la naturaleza de la histeria y los mecanismos que se juegan como efecto póstumo del trauma infantil sexual.
Desde el inicio, Freud consideró que los dolores que presentaba Elisabeth eran síntomas histéricos dada la manera en que ella contaba su padecer puesto que lo hacía de manera muy imprecisa: cuando se pellizcaba u oprimía la piel y la musculatura hiperálgica de la pierna, su rostro cobraba una expresión más de placer que de dolor, situación que llamó especial interés en Freud ya que le permitió intuir que, mediante la estimulación de esa zona la enferma recordaba pensamientos escondidos tras ese dolor (zona histerógena).
De esta manera, Freud procedió a remover el material patógeno estrato por estrato, penetrando en lo más profundo del recuerdo mediante la hipnosis o la presión en la frente. Así, se descubrió que la paciente era una persona muy apegada a su padre y que demostraba un desinterés hacia su madre y sus hermanas.
Con respecto al padre, éste sufría de una afección cardiaca por lo cual ella cuidó de él duramente un largo tiempo e incluso dormía en su habitación, asistiéndolo todo el día. Durante el tratamiento con Freud, se pudo vincular la propia afección de la paciente en esta época, puesto ella puedo recordar que durante los últimos meses de ese cuidado sufrió de dolores en la pierna derecha; sin embargo, fue dos años después de la muerte del padre donde empezó a no poder caminar a causa de sus dolores. En esta parte del análisis, se pudo observar gran culpa en la paciente (uno de los diques de la sexualidad neurótica), así como reproches generados a partir de un intento de retomar su vida, en el cual salió a una reunión social y a su regreso, el padre empeoró por lo que no volvió a hacerlo. Además, a partir de dicho conflicto, la representación erótica fue reprimida de la asociación y el afecto a ella adherido fue aplicado para reanimar un dolor corporal presente de manera simultánea. De esta manera, se deja ver el mecanismo de conversión con el fin de la defensa (conversión histérica), característico de la histeria. Así, el afecto se separa y se va al cuerpo, mostrando reproches que se reprimen debido a que se trata de una representación inconciliable (hiperintensa) que se genera a partir de una huella mnémica que tiene una gran carga para el Yo y que en este caso, es displacentera.
Luego de
...