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Como son las Teorías sexuales infantiles


Enviado por   •  17 de Octubre de 2017  •  Apuntes  •  1.253 Palabras (6 Páginas)  •  198 Visitas

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Reflexión: Pegan a un niño

La escuela como nuevo escenario de la fantasía

Con la intención de seguir construyendo una respuesta aproximada a la pregunta formulada en reflexiones anteriores, referida a los mecanismos o estrategias a través de los cuales la escuela gobierna el cuerpo de los infantes y en ese orden incide en la formación de sus identidades de género, haremos revisión de las posibles contribuciones que brinda el texto de Sigmund Freud “Pegan a un niño”.

Es precisamente la escuela una de las primera instituciones (junto a la familia) mencionadas por Freud en relación con el desarrollo de la representación-fantasía “pegan a un niño”; su aparición (la de la escuela) encuentra sustento en la recurrencia con que era referenciada en los estudios realizados con pacientes de la época, conduciendo a la necesidad de situarla como el primer escenario sustitutivo de la familia en el proceso de desarrollo de la” fantasía de paliza”, en tanto lograba actuar específicamente a través de los relatos canónicos presentes en la literatura o del discurso mismo usado en la clase, que incitaban al niño o adolecente a la imaginación y recreación de nuevas posibles situaciones de castigo. En esta medida, la escuela a pesar de no efectuar una influencia determinante sobre las fantasías del niño y la niña, como si lo hacia la familia y específicamente los padres durante la primera infancia, indudablemente generaba variaciones en las representaciones, y ampliaciones en el horizonte de  posibilidades para el proceso de construcción de la fantasía de castigo infantil. La pregunta entonces será ¿Por qué la escuela como los padres al interior de la familia, consigue influir con tanta claridad en la representación fantasía de castigo físico infantil?; intentaremos responder a este cuestionamiento a través de un análisis comparativo entre el papel de los padres, mejor descrito en el texto,  y el papel de la escuela y los profesores en la formación del niño y la niña.

Un primer elemento, mencionado por el autor nos brindara la pista más importante de comparación y encuentro entre los roles de la institución familiar y educativa, pues al referirse concretamente sobre las representaciones de autoridad para el niño, concluye que en la última etapa de la fantasía de paliza infantil, el profesor aparecerá como figura susceptible de ser investida con el poder otorgado en etapas más temprana de la niñez a la figura paterna[1]. Lo anterior no supone necesariamente una disminución del poder representado en el padre, pues lo que sucederá con exactitud es la sustitución de la representación absoluta de la figura paterna en los primeros años, en tanto aparece un nuevo escenario (la escuela) dominado por un nuevo actor (el profesor). El punto de encuentro entonces, ira más allá del mero traslado de autoridad hacia el profesor, pues al estar  la representación de autoridad ligada a la construcción  y satisfacción del deseo y a la búsqueda placer, el niño o la niña se ven abocados a la realización de un nuevo proceso de identificación que le permita mantener la fantasía activa. Por supuesto dicho proceso se efectuara de manera inconsciente tanto para el niño como para el adulto pues, ambos crearan en el otro un objeto de deseo diferenciado claramente por el camino de satisfacción y las representaciones referidas al papel de cada uno como actor.

El niño y la niña como en las primaras fases de la fantasía al interior de la familia, muy probablemente  reelaborara  su deseo en la escuela a través de la identificación de pares competidores que disputan ya no propiamente el amor paternal, sino la atención del profesor en el escenario de clase, creando casi simultáneamente la fantasía de castigo que servirá como vehículo de satisfacción; en relación con lo anterior no debemos olvidar que “las fantasías de paliza, tienen una historia evolutiva nada simple, en cuyo transcurso su mayor parte cambia más de una vez: su vínculo con la persona fantaseadora su objeto, contenido y significado”, lo cual hace imposible la sucesión organizada y univoca de las fases identificadas. Así pues, el niño puede encontrar la satisfacción usualmente en la búsqueda del profesor como castigador, pero variando entre la búsqueda de la satisfacción de carácter sádico construida en la aprobación propia y el castigo sobre sus compañeros rivales, y la satisfacción masoquista, propia de la segunda etapa, (que según explica Freud nunca es recordada y por tanto nuca ha llegado a devenir consciente) en la que probablemente a través del desafío de la autoridad adulta se fantasee con la reprimenda sobre el cuerpo mismo de la persona fantaseadora.

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