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Compendio De Psicoanálisis


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2014  •  1.409 Palabras (6 Páginas)  •  234 Visitas

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El psicoanálisis

CALVIN S. HALL. Compendio de psicología freudiana. México, Paidós, 1998

1. LA ORGANIZACIÓN DE LA PERSONALIDAD

La personalidad total, según la concebía Freud, está integrada por tres sistemas principales: el ello,

el yo y el superyó. En la persona mentalmente sana esos tres sistemas forman una organización unificada y

armónica. Al funcionar juntos y en cooperación le permiten al individuo relacionarse de manera eficiente y

satisfactoria con su ambiente. La finalidad de esas relaciones es la realización de las necesidades y deseos

básicos del hombre. A la inversa, cuando los tres sistemas de la personalidad están en desacuerdo, se dice

que la persona está inadaptada. Encuéntrase insatisfecha consigo misma y con el mundo, y su eficacia se

reduce.

1.1. El ello

La función del ello es encargarse de la descarga de cantidades de excitación (energía o tensión) que

se liberan en el organismo mediante estímulos internos o externos. Esa función del ello cumple con el

principio primordial o inicial de la vida, que Freud llamó el principio del placer. La finalidad del principio

del placer es desembarazar a la persona de la tensión, o, si tal cosa es imposible —como lo es por lo

habitual— reducir la cantidad de tensión a un nivel bajo y mantenerlo tan constante como sea posible. La

tensión se experimenta como dolor o incomodidad, mientras que el alivio de la tensión se experimenta

como placer o satisfacción. Puede decirse, entonces, que la finalidad del principio del placer consiste en

evitar el dolor y encontrar el placer.

En su forma más primitiva el ello es un aparato reflejo que descarga por las vías motrices cualquier

excitación sensorial que le llegue. Así, cuando una luz muy brillante alcanza la retina del ojo, el párpado se

cierra para impedir que la luz llegue a la retina. En consecuencia, las excitaciones producidas por la luz en

el sistema nervioso desaparecen y el organismo vuelve a un estado de reposo. El organismo está equipado

con muchos similares reflejos, como se los llama, que cumplen el propósito de descargar automáticamente

cualquier energía corporal liberada por un disparador, el estímulo, que actúa sobre un órgano sensorial. La

consecuencia típica de la descarga motriz es la eliminación del estímulo.

Si todas las tensiones que ocurren en el organismo pudieran ser descargadas mediante acciones

reflejas, no habría necesidad de ningún desarrollo psicológico que trascendiera los limites del aparato

reflejo primitivo. Sin embargo, tal no es el caso. Pues suelen presentarse muchas tensiones para las que no

hay descarga refleja apropiada. Por ejemplo, cuando aparecen las contracciones del hambre en el estómago

del bebé, ellas no producen automáticamente alimento, sino inquietud y llanto. Si la criatura no es

alimentada, las contracciones aumentan en intensidad hasta que la fatiga las elimina; si continúa la falta de

alimento, el bebé muere de inanición. La criatura hambrienta no está equipada con los reflejos necesarios

para satisfacer el hambre, y si no fuera por la intervención de una persona mayor que le proporcione la

comida, el bebé perecería. Cuando en forma adecuada se lleva hasta la boca de la criatura el alimento, la

succión, la deglución y los reflejos digestivos continúan funcionando sin ayuda y terminan con la tensión

producida por el hambre.

No habría desarrollo psicológico si cada vez que el bebé comienza a sentir la tensión del hambre se

lo alimentara de inmediato, y si todas las demás excitaciones que surgen en su cuerpo fueran de igual

manera satisfechas por los esfuerzos cooperativos del cuidado paternal y los reflejos congénitos. Sin

embargo, a pesar de la solicitud de los padres, no es posible que éstos anticipen y satisfagan con rapidez

todas las necesidades de la criatura. De hecho, al establecer un horario, instituir un entrenamiento y aplicar

una disciplina, los padres crean tensiones al mismo tiempo que las reducen. El bebé inevitablemente

experimenta cierto grado de frustración y malestar. Esas experiencias estimulan el desarrollo del ello.

El nuevo desarrollo que tiene lugar en el ello como resultado de la frustración se llama proceso

primario. Volvamos al ejemplo de la criatura con hambre. En el pasado, cada vez que el bebé sentía

hambre se lo alimentaba. Durante la alimentación, la criatura ve, gusta, huele y siente la comida, y

conserva estas percepciones en el sistema de la memoria. Por repetición, el alimento se asocia a la

Psicologia Freud - Calvin S. Hall Full: 2/17

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