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Conducta Antisociales

stevn333325 de Mayo de 2014

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La conducta antisocial

Confines ilustrativos y de comprensión de la naturaleza del fenómeno social en estudio, resulta importante hacer mención sobre las principales corrientes criminológicas explicativas de la conducta antisocial como son la Antropológica con César Lombroso (1835-1909) y su teoría del criminal nato, mediante la cual pretende descubrir las razones que hacen al hombre actuar diferente a los demás, quebrantando la armonía social, y expone con firmeza su convicción que describe al hombre delincuente como un individuo con características físicas muy definidas de carácter atávico, es decir que desde su nacimiento el hombre con estas características físicas está condenado a actuar desviado.

La Biológica (Franz Exner 1881-1947) que busca la explicación de la conducta antisocial en factores somáticos internos.

La Sociológica (Enrico Ferri 1856-1929) que se basa en que son los elementos externos socioculturales y geográficos los que influyen en el actuar delictivo del hombre.

La Psicológica, que busca descubrir los móviles en elementos internos referidos a la mente humana y cuyo principal exponente Sigmund Freud (1856-1939) quien sostiene que el hombre está dotado de instintos y de los cuales se destacan dos como básicos ejes rectores de su actuar, que son Eros y Tánatos, resultando el primero ser el instinto de vida y basado principalmente en lo sexual (Cortez Ibarra 1992 p.12), mientras que el segundo es el instinto de muerte que es el que lleva al hombre a delinquir por su naturaleza destructiva.

Cada una de estas corrientes, en su momento ha tenido su aceptación; mas sin embargo, existe actualmente una tendencia generalizada a la aceptación de la Teoría del Factor Múltiple (Jorge López Vergara 2000 p. 66) (Cortez Ibarra 1992 p.16) (Francisco Escalante p. 262) que sostiene como origen de la conducta antisocial a todo un conjunto de aspectos de tipo biológico, psicológico, social, geográfico, cultural, económicos y políticos y de la cual podemos destacar el concepto de Criminología Clínica (Benigno Di Tullio 1966) que se enfoca al estudio de la personalidad del delincuente atendiendo a todos los factores posibles influyentes y que permite el diagnóstico, pronóstico y tratamiento en cada caso específico o particular.

Previo a estas corrientes criminológicas explicativas del fenómeno de la conducta antisocial, han existido diferentes teorías, de las cuales la más antigua que corresponde al hombre primitivo, se refiere a la explicación teológica que corresponde a una idea de tabú o miedo en la cual no cabía la búsqueda de explicaciones fuera de lo mágico, generándose una normatividad de seguridad grupal basada en el temor a una divinidad y en ese sentido provenía el castigo llamado venganza divina (Irma G. Amuchategui p. 5).

En Egipto se llegó a estigmatizar la conducta antisocial hasta el grado de provocar marcas en quienes las cometían como es el caso de arrancar piezas dentales para distinguirlos de los demás (3200 a 1200 A.C.)(J. L .Vergara 2000 p.29). Sócrates (470-399 A.C.), el más famoso de los filósofos griegos, aunque citado por referencias porque no dejó nada escrito como lo señala Rodríguez Manzanera(Criminología 1999 p.158), expresaba la relación del hombre criminal con la falta de cultura.

En la Edad Media (476 d. C), aparecen las Pseudociencias con sus teorías explicativas, como la Quiromancía, consistente en la predicción del futuro y estudio del carácter de una persona mediante la observación de la líneas de las manos; la Astrología que hace lo propio mediante la observación de la influencia de los astros o planetas sobre el comportamiento humano. La Fisionomía como precursora de la Antropología Criminal de Lombroso, cuya base explicativa consistía en relacionar las deformidades físico corporales con la conducta criminal, con antecedentes de crueldad de estigma como la increencia de que el alma y el cuerpo están en intima relación y que las deformidades del cuerpo generalmente corresponden a las deformidades del alma; razón por la cual aparecen históricamente absurdos como el Edicto de Valerio que señalaba que en caso de duda entre dos presuntos culpables, la condena debería ser al más feo (Ibídem p. 181).

Uno de los pensadores más importantes del siglo XVI, Tomás Moro, en su obra Utopía (1516) hace cuestionamientos relativos a las causas de la conducta antisocial y se refiere principalmente a la distribución de la riqueza imaginando una sociedad más justa en ese sentido, rechazando además las penas rigurosas, señalando la necesidad de conocer las causas para efecto de la aplicación del remedio correspondiente, es decir, hablaba de prevención, no de castigo (J. L. Vergara 2000, p. 34).

El surgimiento de la corriente positivista representada principalmente por César Lombroso (1876), marca una línea muy importante respecto al estudio del hombre como ser biopsicosocial; ya que si bien es cierto la teoría Lombrosiana del Delincuente Nato comprende una concepción que dio lugar a múltiples reclamos y críticas por considerar ciertas características físicas como señal de adversión a la bondad humana, también lo es que César Lombroso se ha considerado el padre de la Criminología.

Ciencia cuya principal bondad estriba en dar al estudio del hombre su principal objetivo; es decir, al margen de cualquier representatividad de represión jurídica se encuentra el descubrir la naturaleza exacta de la conducta antisocial, lo que lleva a un camino más propio para su prevención. Enrico Ferri (1856-1929), hace su aportación explicativa de las causas de la conducta antisocial mediante sus conceptos de la Sociología criminal, tomando en cuenta todas las corrientes colectivas que actúan sobre el individuo, como usos y costumbres, familia, religión, educación, funcionamiento de la Administración Pública (F.A. Barrita 1999. P.116).

Se considera que el hombre por su naturaleza biopsicosocial se ve impulsado a la realización de sus conductas atendiendo a diversos factores influyentes que determinan en un momento dado su comportamiento en la sociedad. Al inicio del presente capítulo se hizo referencia a la tendencia actual de aceptación de la Teoría del Factor Múltiple sobre el origen de la conducta antisocial, toda vez que la amalgama natural del origen biológico del hombre con el ambiente en el cual se desarrolla y sus reacciones psíquicas, permite establecer una condición de imposibilidad de separación de estos factores para normar su conducta.

El observar de manera integral factores biológicos como las herencias, deficiencias orgánicas y glandulares; así como factores físicos psíquicos como el carácter, depresiones, angustias, deseos estimulados y factores sociales como la cultura, creencias, opiniones, costumbres, religión, genera mayor confiabilidad sobre la detección de las causas generadoras de la conducta desviada.(Cortez Ibarra p. 16).

Ahora bien, respecto a la investigación sobre la conducta antisocial juvenil y específicamente al fenómeno social de la contracultura del pandillerismo, resulta importante atender a esas mismas condiciones; es decir, a la naturaleza biológica, a los estados psicológicos y al entorno social interno y externo como lo es la familia y la sociedad en general. Si existen factores biológicos de predisposición a la conducta antisocial; si la inadaptación se manifiesta como un estado psicológico de rebeldía y frustración; si el entorno familiar y social en general puede ser proveedor de inseguridad, violencia e incomprensión, resulta evidente que su atención integral es de vital importancia para la prevención de conductas desviadas en los jóvenes; mas la pretensión descriptiva de este fenómeno en el Municipio de Cajeme a la que se contrae esta investigación, solo se enfoca a la observación desde el punto de vista socio familiar, sin abarcar en forma completa los aspectos criminológicos como son los biológicos de predisposición o las psicopatías individualizadas, puesto que ello llevaría a un estudio cuantitativo profundo en el que definitivamente se requiere de mayores apoyos de información y diferente metodología investigativa.

De la anterior narrativa histórico social, se advierte indudablemente el interés del ser humano por encontrar las causas que dan origen a la conducta antisocial, como también es evidente que desde sus inicios esta problemática está inmersa en un concepto elemental: la prevención. La búsqueda del equilibrio entre el bienestar individual y el colectivo ha sido la preocupante más legítima de todas las civilizaciones (Manuel Rodríguez Lapuente p. 26). Ahora bien, en la actualidad, la prevención de la conducta antisocial y con mayor acentuación, la prevención del delito, resulta una de las preocupantes más legítimas de la sociedad en general, la cual vive en un ambiente de inseguridad pública que le genera desconfianza y temor, requiriendo por tanto, respuestas inmediatas a la problemática de la criminalidad; de ahí la importancia de la visión integral del problema y la obtención de soluciones igualmente integrales cuya eficacia le otorga prioridad en su aplicación (Pedro José Peñaloza 2006 Prólogo Sergio García Ramírez).

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