Consideraciones Con Miras A Un Estudio Comparativo
kdsr16 de Mayo de 2013
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Es un texto redactado en francés, poco antes de que Freud estudiante terminara su estadía
en París en 1886 y reelaborado después. El primer párrafo dice que Charcot le confió este
trabajo a partir de lo que Freud había observado en la Salpéltrière para aprehender los
caracteres generales de la neurosis.
Inicia con puntualizaciones comúnmente admitidas sobre las parálisis orgánicas, es decir
que, inició su investigación por buscar lo que el código de los neurológicos consentía en
saber sobre este fenómeno, el equivalente al estado de la cuestión, o al menos a una
pesquisa bibliográfica exhaustiva y específica sobre la comparación que pretende
establecer y en el campo en que quiere establecerlo.
Da cuenta, entonces, de las clasificaciones que la clínica neurológica aceptaba, acordando
la diferencia entre dos de las parálisis con los datos de la anatomía del sistema nervioso. Es
decir que, confronta las diferenciaciones existentes en el acervo neurológico con la
observación de la anatomía, esa era la manera en que procedían, observar y describir y en la
descripción establecer diferencias causales de parálisis de acuerdo a la localización de lesiones o
afecciones en tales o cuales fibras conductoras dando lugar a diversos tipos de parálisis.
La diferencia está en “el menor número de las fibras que van de la médula a la corteza por
comparación al número de las fibras que van de la periferia a la médula”.
Luego, Freud cita a un autor: Azas, quien atribuye a la histeria la capacidad de simular las
más diversas afecciones nerviosas orgánicas. Y ahí Freud descubre un hecho nuevo, lo encuentra, y
es que las histéricas pueden simular sólo las parálisis de representación o cerebral orgánica Affectio Societatis Nº 7/ marzo/ 2004 4
Departamento de Psicoanálisis | Universidad de Antioquia
y no las de proyección que implica afecciones periférico-espinales. Luego puntualiza, que
habla de las parálisis histéricas flácidas y no de la contractura histérica. Que, por tanto,
serán siempre parálisis generalizadas. Pero luego de establecer esa proximidad en la que incluso
las reacciones eléctricas son iguales, establece diferencias entre parálisis orgánicas y parálisis
histéricas. Encuentra que, mientras las orgánicas están sometidas a las reglas de reacción y
funcionamiento inferidas por la neurología y la anatomía, las histéricas no, por tanto,
pueden no reunir los caracteres de disociación y asilamiento que pueden sistemáticamente
verificarse en las parálisis orgánicas. Pero, Freud piensa que el que no obedezcan a las reglas y
caracteres específicos de las parálisis orgánicas eso no quiere decir que no tengan regla alguna, Freud es
causalista, y es un principio para él suponer que hay una causa así no la conozca, por lo que
declara que “la parálisis histérica es también una parálisis de representación, pero de una
representación especial cuya característica debe ser descubierta”.
Avanza en la búsqueda de esa causalidad, para ello, continúa comparando de manera cada vez
más fina, por ejemplo, las parálisis histéricas y las parálisis corticales, como tipo más
perfecto de parálisis cerebral orgánica. Allí encuentra que las parálisis histéricas pueden
presentarse de manera más disociada, más sistematizadas: “Los síntomas de la parálisis
orgánica se encuentran como fragmentados en la histeria.”. “Del síndrome de la afasia
orgánica, reproduce la afasia motriz en el estado de aislamiento y ―cosa inaudita en la
afasia orgánica― puede crear una afasia total (motriz y sensitiva) para
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