¿Cuál Es El Mecanismo De La Perversión?

Lacan planteó a la perversión como una estructura, cuyo problema parte

de la renegación y un fallo en la presencia del Nombre del Padre, en su

presencia como portador de Ley (Durango, 2002, p. 60). Freud plantea el

término renegación para designar a quien se rehúsa a aceptar la realidad de

un hecho traumático, es decir, la renegación es un mecanismo de defensa

donde se reconoce el hecho pero simultáneamente es negado. Este término

se encuentra relacionado con la Complejo de castración, cuya función es

promulgar la renuncia del niño de la lógica del “ser” a la lógica del “tener”, el

niño pasa por un estadio imaginario de “es o no es” el objeto de satisfacción

del Otro, a un estadio de designación simbólica del objeto de deseo, es

“tener o no tener” (Durango, 2002, p. 61).

Para Lacan, la perversión inicia en una etapa primitiva donde el niño se

identifica con aquel objeto de deseo de la madre, se encuentra en una

lógica de “ser” el objeto de satisfacción, satisfacer lo que no puede ser

satisfecho es decir, el deseo de la madre, el niño toma el camino de hacerse

él mismo un objeto falaz, por esto es que en la perversión, es predominante

la dimensión imaginaria (Durango, 2002, pág. 61).

“La perversión tienen lugar bajo las insignias del falo por su naturaleza de

significante, que por ser el sujeto mismo el significante; el objeto se reduce a

nada” (Durango, 2002, pág. 62). Entonces, el niño al identificarse como puro

objeto del deseo del Otro, queda atado a una relación imaginaria, queda en

el lugar del objeto fálico, se ubica en un goce de ser, En palabras de Freud,

“ en una infracción del principio del placer, está más del lado de la pulsión de

muerte que del lado de la vida" (Durango, 2002, p. 63).

El sujeto está situado como objeto de la pulsión, como objeto de goce del

otro, no realiza sus actos para propio placer sino para del Gran Otro goce, el

perverso encuentra en su goce en la labor de trabajar para el goce del Otro

(Durango, 2002, p. 64).

Se preduce una división en el sujeto debido a que en la perversión hay un

choque pulsional entre Eros y Tanátos, este proceso tiene lugar debido

a la amenaza de castración, y junto con esta negación, Tanatos es es

sobrepasado por la pulsión de vida y se positiviza la castración y se convierte

en lo contrario. A razón de esto es que el sujeto perverso por un lado se

muestra como un neurótico, compartiendo el orden simbólico y del lenguaje

y por otro, actúa de las formas más extrañas marcando su estado de propio

“ser”, a esto Freud nombró escisión del Yo (Durango, 2002, p. 63).

La voluntad de goce ocurre por el posicionamiento del perverso en calidad de

objeto de goce, así pues, el perverso no está escindido sino ve la escisión en

el Otro. “El perverso se alimenta de la angustia del otro pues de esta manera

lo reitera en su falta de ser y él mismo se reafirma en su ser” (Durango, 2002,

pp.

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