DUELO DE HERMANOS MENORES

DUELO DE HERMANOS MENORES

Ayudando  a un niño llorar la muerte de un hermano o hermana.

1 NIÑO DUELO ENTRE HERMANOS

La muerte repentina y violenta de un ser querido en un accidente por conducir ebrio es muy dolorosa. Es difícil aceptar que nadie es inmune a los peligros en el mundo y que somos vulnerables. Adultos y niños por igual, se enfrentan a la conclusión de que cosas dolorosas pueden ocurrir porque es imposible vivir una vida sin dolor.

Para poder apreciar plenamente el impacto de una muerte, es importante tener en cuenta la importancia de las relaciones humanas. El grado de dolor y sufrimiento que siguen a una muerte están directamente relacionados con la naturaleza de la relación que existía entre el sobreviviente y la persona que murió. Sin esta relación, la muerte no tiene un significado y no causa un sufrimiento.

Un tipo de relación en particular, la relación entre hermanos, es única. Hermanos y hermanas son amigos, aliados, protectores y tutores que a menudo comparten historias y experiencias similares que  construyen vínculos que potencialmente pueden durar toda la vida. Incluso en el peor de los casos, las relaciones entre hermanos son muy importantes,  y puede impactar negativamente la vida del hermano sobreviviente cuando esta relación se corta.

Niños y adolescentes que están en duelo por la muerte de hermano o hermana a menudo son sobrevivientes olvidados. Ellos son particularmente vulnerables cuando una muerte traumática se produce. Los adultos tienen medios y apoyo para llevar a cabo su proceso de duelo, mientras los niños están a menudo abandonados a su suerte.

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Como padre o cuidador de un niño que muere en un accidente por conducir ebrio, ha experimentado una pérdida profunda e incomparable. A pesar del intenso dolor que pueda sentir, tiene otro hijo u otros niños que necesitan de su amor y apoyo. La muerte de un niño no sólo es una pérdida para usted, sino también una pérdida para los miembros más pequeños de su familia.

Una muerte traumática

Cuando un ser querido es diagnosticado con una enfermedad terminal, sus familiares y amigos comienzan a sentir la pérdida antes de que esta ocurra. Esto se refiere a menudo como una pena anticipada. Suele calificarse esto como "Duelo normal", aunque en realidad pocos pueden decir que se sienten "Normales" cuando están de duelo. En cualquier caso, a una muerte que se prevé puede ser más fácil hacerle frente que a una muerte que surge como consecuencia de un accidente por conducir ebrio.

Cuando alguien muere violenta y repentinamente, las reacciones de la familia y los amigos pueden ser intensas, complicadas y de larga duración. Para muchas personas estas intensas reacciones son un territorio desconocido.

Miembros de la familia tienden a pensar una y otra vez que los acontecimientos pudieron ser prevenidos. La necesidad de culpar a alguien puede causar una gran cantidad de fricciones dentro de la familia.

En general, a una muerte súbita es más difícil de hacerle frente que una muerte esperada porque los miembros de la familia sobrevivientes y los amigos son emocionalmente asaltados, y no tienen tiempo para prepararse gradualmente para la pérdida. Los niños pueden reaccionar de manera diferente a una muerte traumática a como lo harían si tuvieran la oportunidad de pasar tiempo con un hermano o una hermana que fue diagnosticada con cáncer.

Además, los niños y adolescentes que sufren la muerte traumática de un ser querido sienten a menudo una mayor sensación de vulnerabilidad. Pueden comenzar a preguntarse, "¿Podría sucederme esto a mí?". Es posible que también muestren una gran curiosidad o preocupación por la forma en el que su hermano(a) fue muerto. Se puede preguntar, "¿Fue doloroso?"

Cuando los niños hacen preguntas sobre la muerte, los adultos son a menudo tomados por sorpresa, y se preguntan cómo deben responder. Puede ser muy útil el entender más sobre el desarrollo de los niños y la información que estos tengan relacionada con los conceptos de la muerte. Si usted entiende de dónde vienen sus hijos, tiene la oportunidad de responder a las preguntas de una manera más significativa. Al responder a sus preguntas, usted está proporcionando un ambiente seguro con el apoyo y el amor que los niños necesitan para llorar la pérdida de su hermano o hermana.

LA MUERTE Y EL DESARROLLO

Los niños han sido observados respondiendo a la muerte a lo largo de muchos años. La mayoría de los investigadores informan sobre sus resultados y definen los conceptos de los niños sobre la muerte en correlación con grupos de edad específicos. La edad, sin embargo, no es el único factor determinante para el concepto que un niño tiene sobre la muerte. Si un niño presenta un mayor nivel de funcionamiento cognoscitivo, él o ella probablemente tendrán una comprensión mayor y más compleja de la muerte. Nuestro concepto de la muerte se desarrolla con el tiempo y cambia conforme nuestra capacidad de pensar en abstracto se desarrolla hasta que finalmente se van reuniendo las complejas realidades que la muerte representa.

Los niños pequeños probablemente no son capaces de conceptualizar la muerte. Sin el lenguaje, no pueden entender explicaciones acerca de la muerte, pero si pueden sentir la ausencia de un hermano que murió. Los niños pequeños pueden empezar a reconocer “objetos muertos”, pero no puede transferir esa comprensión a su hermano o hermana. Puede reconocer cuando las cosas "se acaban" sin embargo, suelen creer que la ausencia es temporal y reversible. Los niños pequeños y en edad preescolar pueden ser capaces de conceptualizar lo que la muerte significa si los padres les ayudan a hacerlo, a pesar de que su comprensión sea limitada.

Es importante tener en cuenta que los niños pequeños y en edad preescolar son concretos, pensadores literales. Lo que es observado es y siempre lo será. Un niño de esta edad cree que cualquier cosa activa está viva. Un juguete de cuerda parece vivo cuando se mueve, o un animal de peluche parece estar vivo durante el juego porque ha asumido un rol y ciertas características similares a las de la vida.

"El pensamiento mágico" es una característica importante en el desarrollo de niños pequeños y preescolares. Un niño puede volar a la luna, luchar con  monstruos y preparar la cena para un centenar de invitados en el curso de unos pocos minutos de juego. Los niños pequeños y niños en edad preescolar son capaces de una variedad casi sin fin de fantasías. Sin embargo, la mayoría de las fantasías se basan en algo que el niño ha visto u oído, incluso aunque fuera malentendido.

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Cuando los niños siguen creciendo y desarrollándose, su concepto de la muerte también se desarrolla y se hace más refinado. Aproximadamente entre los seis y ocho años de edad, los niños comienzan a entender causa y efecto. Ellos entienden que la muerte no es reversible y que la muerte puede ser aplicada a los demás, especialmente a los que son viejos o enfermos. Generalmente los niños de esta edad no tienen experiencia con la muerte de otros niños, así que cuando un hermano muere, la experiencia puede ser aterradora. Se dan cuenta de que la muerte no es algo reservados sólo para los viejos.

Los niños de esta edad también se percatan de su conciencia. Comienzan a sentir que está bien y que mal, y son capaces de sentir culpa. A pesar de que ya son más verbales y puede expresar sus sentimientos de tristeza, enojo y alegría, suelen carecer de la sofisticación intelectual para evaluar con precisión su rol ante una muerte particular. No es raro que un niño tema que su hermano o hermana murió debido a sus malos deseos. Además, un niño puede erróneamente creen que debido a su mal comportamiento, él o ella está siendo castigada con la muerte de su hermano.

A la edad de ocho o nueve años, los niños entienden la muerte casi del mismo modo que un adulto. Resulta particularmente importante entre los niños entre los ocho y doce años de edad, la mayor conciencia del futuro y lo que significa. Con el tiempo, toda la vida termina en la muerte. Los niños empiezan a darse cuenta de que alguien pudiera morir, incluso ellos mismos. Excepcionalmente penosa para un niño de esta edad es la constatación de que cuando un hermano(a) muere se puede esperar un futuro sin su hermano o hermana.

Dado que las niñas tienden a madurar más rápido, es posible que sean consideradas pre-adolescentes en el rango de diez-doce, mientras que los niños llegan uno o dos años más tarde. Los preadolescentes y los adolescentes están en el umbral de la independencia. Viven en un mundo intenso de auto-descubrimiento y se ocupan principalmente de la vida, la identidad, el estado y la presión de grupo. Están estrechamente unidos con sus compañeros y comienzan a retirarse de la familia. Han desarrollado algunos conceptos adultos, pero a menudo se enfrentan a su propia inmadurez social y emocional.

Su pensamiento puede ser lógico y basado en la realidad, pero los adolescentes rara vez quieren hacer frente al tema de la muerte. Hay un amplio espectro de emociones asociadas a la muerte y puede que estas emociones sean muy intensas. El supuesto básico es que los adolescentes tienden a cambiar sus ideas acerca de la muerte. Por un lado pueden reconocer su propia mortalidad, mientras que por el otro creen que la muerte no es inevitable. Pueden participar en conductas auto- destructivas sólo para probarse a sí mismos que están en lo correcto.

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