Que Es El Duelo

El duelo

El duelo es una reacción natural, normal ante la pérdida de un ser querido, parte de alguna extremidad del cuerpo, un objeto que es emocionalmente importante para la persona. El duelo no es una enfermedad, aunque resulta ser un acontecimiento muy estresante, que tarde o temprano tendremos que afrontar todos los seres humanos. Este es como un camino que hay que recorrer. Es un camino en el que el doliente tiene que aprender a vivir sin la persona que ha muerto. También en el caso de alguna extremidad del cuerpo y objeto. Este camino será muy largo y doloroso para algunas personas aunque para otras lo tomaran más calmadamente. En el área del duelo cuando es la muerte del hijo/a y la del cónyuge, son consideradas las situaciones más estresantes por las que puede pasar una persona. En el duelo si no se le da apoyo a la persona que lo está atravesando, la persona puede estar en el riesgo de caer en una depresión. Para eso es recomendable que se acompañe aunque siempre no sea necesario hablar. La compañía en silencio es mejor que la soledad. Un abrazo a tiempo puede ser la mejor de las medicinas. Se debe tomar la iniciativa, para estar al lado de la persona. Sepa que la persona en duelo tendrá en muchos casos a querer estar solo/a, por lo que hay que saber ofrecerle ayuda y anticiparse a sus necesidades. Conviene que mantenga el contacto a lo largo del tiempo y no lo limite a solo la primera semana del duelo la visita; preferiblemente estas visitas deben hacerse cortas y frecuentes que las prolongadas y distantes. Es recomendable que pasado unos meses, se fomente y anime cualquier iniciativa de reincorporación a las relaciones con familia, amigos, actividades sociales, religiosas a las que asistía antes y hacer proyectos nuevos para el futuro. Por eso vuelo y digo que la mejor manera de ayudar a esta persona es acompañarlo /a en el camino del duelo y respetar el tiempo que necesite para recuperarse de la perdida, aunque a veces parecerá largo el camino. El dolor que cada persona siente por alguna perdida ya sea de un ser querido, alguna extremidad y (o) objeto, nadie lo puede evitar, tampoco un medicamento, ni ningún tratamiento con algún especialista; aunque esto se puede aliviar un poco con la compañía que se le pueda dar a esta persona. Existe una creencia común de que el duelo deberá estar resuelto al año de la pérdida. Mientras que algunos individuos ya pueden estar normalmente funcionando en el primer aniversario de la muerte, muchos otros no lo están. A menudo, familiares y amigos llegan a molestarse y a disminuir su compañía y apoyo al superviviente por esta época, a pesar de que la persona continúa afligida activamente, algunas veces por mucho más de un año. Predecir cuánto tiempo le tomará a una persona completar el proceso de recuperación es difícil. Algunos podrán hacerlo en unos meses, para otro se requerirán 3-4 años. La cantidad de tiempo invertido depende en muchas ocasiones del la misma persona esta tiene que cooperar para poder salir de esta crisis. También depende del apego al difunto, el tipo de relación, la intensidad del shock inicial, la presencia, la ausencia de la aflicción anticipatoria esta es cuando la persona tiene tiempo de afligirse previamente a la muerte del ser querido; por ejemplo., en casos de enfermedad crónica y muerte esperada;, crisis concurrentes estos son problemas graves que se presenten simultáneamente; obligaciones múltiples estas son la crianza de los hijos; dificultades económicas, entre otros; disponibilidad de apoyo social, características de la muerte estas son muerte súbita/muerte anticipada; situación socioeconómica, estrategias de afrontamiento y religiosidad son algunos de los factores que influyen en la duración del duelo. Aun cuando consideremos la recuperación del duelo como un fenómeno que ocurre dentro de un período de tiempo determinado, hay que reconocer que se trata de un proceso continuo y variable, no necesariamente esta sujeto a un espacio de tiempo rígido y absoluto, y que puede requerir tanto como 3 a 4 años, si bien el peor período será durante el primero y segundo año.

En estudios se ha dicho que las personas que están más vulnerables a esto son los viudos/as, casi la mitad de los viudos/as presentan ansiedad generalizada o crisis de angustia en el primer año. Aumenta el abuso de alcohol y fármacos; la mitad de las viudas utilizan algún psicofármaco en los 18 primeros meses de duelo. Entre un 10-34 % de los dolientes desarrollan un duelo patológico. Aumenta el riesgo de muerte principalmente por eventos cardiacos y suicidio; los viudos tienen un 50% más de probabilidades de morir prematuramente, durante el primer año de haber perdido al ser querido.

La enorme variabilidad del duelo depende de las características de la persona en duelo sus situaciones personales y antecedentes, de quien es la persona fallecida para el doliente de las causas y circunstancias de su fallecimiento, de las relaciones socio-familiares entre otras cosas. A pesar de toda esta enorme variabilidad se puede describir a grandes rasgos la evolución del duelo a lo largo del tiempo aquí fragmentamos artificialmente el proceso de duelo en fases o períodos que reúnen unas características y nos ayudan a entender lo que sucede en la mente del doliente: El Duelo anticipado es la pre-muerte; este es un tiempo caracterizado por el shock inicial ante el diagnóstico y la negación de la muerte próxima, mantenida en mayor o menor grado hasta el final también por la ansiedad, el miedo y el centrarse en el cuidado del enfermo. Este período es una oportunidad para prepararse psicológicamente para la pérdida y deja profundas huellas en la memoria. Es la fase previa a la muerte de una persona, deja una honda huella en la memoria de toda la familia y será uno de los temas más dolorosos a la hora de elaborar el duelo, por eso es importante que el cuidado del enfermo y su familia en esta fase sean exquisitos, con el fin de que este recuerdo sea el mejor posible. Para el equipo de cuidado, la asistencia a la fase final de la vida de un enfermo, supone una oportunidad para estrechar lazos con la familia. El equipo entrará a formar parte de los recuerdos de la familia y éstos quedarán impregnados por la valoración que haga de la labor del equipo.

El Duelo agudo es muerte y peri-muerte, estos son momentos intensísimos y excepcionales, de verdadera catástrofe psicológica, caracterizados por el bloqueo emocional, la parálisis psicológica, y una sensación de aturdimiento e incredulidad ante lo que se está viviendo. Es una situación auténtica de despersonalización. El Duelo temprano es el que semanas anteriores hasta unos tres meses después de la muerte, es un tiempo de negación de búsqueda del fallecido, de estallidos de rabia y de intensas oleadas de dolor

...