De Tabús Y Tradiciones

DE TABÚS Y TRADICIONES

Santiago Mondragón Flores

Desde los tiempos de la filosofía antigua, se ha reconocido que el desenvolvimiento humano está influido por factores sociales, ambientales, culturales, por citar algunos. Durante el desarrollo de la humanidad hemos sido testigos de la diversidad de costumbres y creencias que han caracterizado a ciertas poblaciones, al tiempo que también hemos conocido como ciertos individuos o grupos, al reflexionar y opinar sobre esas creencias logran sacudir esos cimientos y paradigmas, favoreciendo así la adopción de otros enfoques y prácticas.

Sin duda, todas las tradiciones forman parte de la cultura adoptada e identidad de la comunidad, pero cabe mencionar que algunas se alejan del bienestar individual y son practicadas contra la voluntad de la persona por apego excesivo a antiguas creencias, en un acto de menosprecio a la dignidad.

Como parte de lo anterior y de los pocos casos que se conocen, se encuentra lo que ha publicado un teólogo llamado Leonardo Boff acerca de la mutilación genital femenina practicada en varios países de África, Medio Oriente y el Sudeste de Asia; dichas práctica consiste en la remoción del clítoris y de los dos labios vaginales en niñas con edades comprendidas entre los 4 y los 14 años, calculándose que existen actualmente en el mundo entre 115 y 130 millones de mujeres mutiladas genitalmente.

Lo que expresa el teólogo Leonardo Boff aunque para los habitantes de dichas regiones es una acción normal, a los ojos de nuestra cultura, es una manifestación de ideas, prácticas o costumbres extremistas que se han perpetuado por un seguimiento ciego de viejos patrones que lejos de procurar un mejoramiento de las condiciones de la persona, se evoca a una imposición de sufrimiento y dolor.

Sin embargo, los practicantes de esas acciones piensan que están en lo cierto y lo llevan a cabo porque lo consideran benéfico, el reto será el que se logren dar cuenta del abuso que cometen y se rompa esa tradición. Pero ¿cómo lograr eso?, es aquí donde debemos apoyarnos de la experiencia en temas similares de antropólogos, filósofos, pedagogos, psicólogos, médicos, sacerdotes, o cualquier otra persona que se pueda unir al equipo para exponer todas las estrategias que logren un cambio de esas prácticas.

Evidentemente el lugar está lejos de nuestro alcance y tal vez sea difícil algún día siquiera conocerlo, y aunque logremos diseñar una estrategia, surge otra pregunta ¿cómo emprenderla en el lugar de los hechos? Tal vez el teólogo que redacto la publicación tenga mayor acercamiento y sólo podamos enviarle una propuesta al tiempo que como ya lo habrá intentado, continuar el acercamiento con los profesionistas relacionados y se comience a formar un comité de estudio

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