Diferencias Del DSM IV Y V
fanny_pobe24 de Marzo de 2014
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Introducción:
En el presente ensayo se mostrará algunas de las diferencias que presenta el DSM 4 y el DSM 5, tomando en cuenta algunas comparaciones, diferentes modos de clasificación, restricciones, formatos, entre otras cosas importantes a resaltar y a tomar en cuenta.
Las siglas DSM provienen de “Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders” es decir, un Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. En la actualidad se trabaja con versiones revisadas y corregidas del DSM-IV y se está trabajando en el DSM-V, es decir la quinta edición de esta prestigiosa herramienta.
Esto tiene una enorme importancia ya que este manual es básico para las compañías de seguros, para el gobierno, para los médicos y por supuesto para las personas afectadas y sus familias. Está estructurado como una serie de criterios que en función de que se cumplan o no establecen si alguien tiene o no tiene un trastorno determinado.
Desarrollo:
“La utilidad y credibilidad del D.S.M.IV exigen que se centre en objetivos clínicos, de investigación y educacionales y se apoye en fundamentos empíricos sólidos. Nuestra prioridad ha sido la de proporcionar una guía útil para la práctica clínica. Mediante la brevedad y concisión de sus criterios, la claridad de expresión y la manifestación explícita de las hipótesis contenidas en los criterios diagnósticos, esperamos que este manual sea práctico y de utilidad para los clínicos. Otro objetivo de este documento, aunque adicional, es el de facilitar la investigación y mejorar la comunicación entre los clínicos y los investigadores. Hemos intentado asimismo que sirva de herramienta para la enseñanza de la psicopatología y para mejorar la recogida de datos en la información clínica hasta ahora vigente"”
Alguno de los cambios del DSM IV al DSM V más importantes son por mencionar algunos:
Principalmente en el DSM IV el concepto de “trastorno mental” comienza por aceptar que se trata de un concepto equívoco, pues implica una distinción entre “trastorno mental” y “trastorno orgánico” o físico. Admite que hay mucho de “orgánico” en las alteraciones mentales y mucho de “mental” en las orgánicas y que la denominación sigue siendo subsidiaria del viejo dualismo mente-cuerpo. Pero afirma que su uso se debe a no haber encontrado otro término más adecuado. “El término ‘trastorno mental’, al igual que otros muchos términos en la medicina y en la ciencia, carece de una definición operacional consistente que englobe todas las posibilidades”.
A continuación lo define así:
“En este Manual cada trastorno mental es conceptualizado como un síndrome o un patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej. Dolor), a una discapacidad (p. ej. deterioro de una o más áreas de funcionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad. Además este síndrome o patrón no debe ser meramente una respuesta culturalmente aceptada a un acontecimiento particular (p. ej. la muerte de un ser querido). Cualquiera sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica. Ni el comportamiento desviado (p. ej. político, religioso o sexual) ni los conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornos mentales, a no ser que la desviación o el conflicto sean síntomas de una disfunción”.
También el manual nos marca la diferencia entre trastorno mental y enfermedad médica:
“El término ‘enfermedad médica’ se usa como expresión para denominar enfermedades y trastornos que se encuentran fuera del capítulo de ‘trastornos mentales y del comportamiento’ de la CIE. Hay que subrayar que estos son términos de conveniencia y, por tanto, no debe pensarse que exista una diferencia fundamental entre los trastornos mentales y los trastornos físicos. De igual modo, sería un error creer que los trastornos mentales no están relacionados con factores o procesos mentales o comportamentales”
En lo que es el DSM-V se encuentra el “trastorno disfórico premenstrual”, el cual se contempla como un conjunto de síntomas (como los problemas de concentración, fatiga, alteraciones del sueño o del apetito, etc. mínimo se deben presentar cinco) estos deberían aparecer en la semana previa al inicio de la menstruación siempre cursando con ánimo irritable, inestable, ansioso o depresivo (obligatoriamente alguno de los 4 estará presente). El debate surge porque mucha gente argumenta que este es un trastorno más bien cultural, ya que solo se llega a dar en ciertas culturas. En la edición anterior se tenía incluido en el epígrafe de Trastornos depresivos no especificados (no era una entidad por sí mismo).
Se presentó también dentro de los trastornos depresivos, el “trastorno del estado de ánimo disruptivo y no regulado”. Esta aparición es totalmente nueva. Este trastorno debe manifestarse por primera vez entre los 6 y 18 años de edad. Y llega a definirse con rabietas y enfados repetitivos no proporcionales al nivel madurativo de la persona o a la situación, pueden surgir agresiones o insultos durante las rabietas y puede haber un estado de ánimo irritable o enfadado la mayoría del tiempo entre rabietas, debe ocurrir mínimo unas 3 veces por semana.
Dentro de los trastornos del espectro obsesivo compulsivo, se encuentra por fin el “trastorno por Acaparamiento (Acumulación)” que antes se contemplaba como un subtipo de temática del trastorno obsesivo compulsivo (no diferenciado del resto). Así mismo se incluyen dentro de esta categoría pero como trastornos diferenciados la “Tricotilomanía” que antes sí era considerada pero como un trastorno del control de los impulsos y ahora lo es como un trastorno obsesivo (lo cual implica indirectamente una modificación en la concepción de su etimología, mantenimiento y tratamiento) y un trastorno totalmente nuevo que se denominan “trastorno por Excoriación”, que viene a ser un pellizcado compulsivo de la piel que llega a causar lesiones en la piel.
La hipocondría desaparece pero se manifiesta el “trastorno por ansiedad a la enfermedad” que realmente representa una entidad muy similar a la hipocondría, solo se cambian ligeramente sus criterios.
Se presenta el “trastorno del comportamiento social desinhibido” en niños, que se agrupa dentro de los trastornos relacionados con traumas o eventos estresantes ya que se considera que es causado por negligencias en el cuidado del niño, privación afectiva o cambios que impiden el desarrollo de un apego normal (por ejemplo casas de acogida). Se entiende como una excesiva proximidad a desconocidos, ser demasiado cercanos o familiares, buscar contacto excesivo no propio de la relación de familiaridad con esa persona, además no suelen buscar la figura de seguridad cuando están en ambientes desconocidos.
En el DSM-IV ya se contemplaba el déficit neurocognitivo y las demencias pero no se incluía un apartado para el “trastorno cognitivo leve” que ahora sí se encuentra en el DSM-V. Su única diferencia es que en el severo se ve afectada la capacidad de funcionamiento independiente en las actividades de la vida diaria mientras que en el leve no.
Otros cambios interesantes vendrían siendo por ejemplo; que un duelo ya no se excluye un diagnóstico de depresión, en la transexualidad ya no se es considerada un trastorno y desaparece también el diagnóstico del trastorno por hiperactividad sexual (no se llegaron a encontrar evidencias en la práctica de que este existiera como tal).
En el DSM-V se contempla el diagnóstico de TDAH en adultos, incluyendo entre los criterios diagnósticos indicaciones específicas para edades adultas.
Otras modificaciones radicales son las que ocurren con los trastornos generalizados del desarrollo que en el DSM-V desparecen por completo, entendiéndose que formarían parte de una misma categoría: Los trastornos del espectro autista o TEA. Así pues el Asperger, el trastorno desintegrativo infantil o el trastorno de Rett desaparecen para contemplarse como trastornos del espectro autista con base genética.
Surge la abstinencia por consumo de Cannabis y de cafeína (antes se consideraba que estas dos sustancias no producían síndrome de abstinencia).
El retraso mental pasa a denominarse como “discapacidad intelectual”. Se eliminan los subtipos de esquizofrenia. Y dentro de los trastornos alimentarios nace el “trastorno por atracón” (episodios de ingesta excesiva). Antes se consideraba como un trastorno propuesto para más estudio.
Además de todos estos cambios el DSM-V reorganiza un poco la ubicación de los trastornos y cambia algunos nombres más, también se retocan o eliminan algunos criterios diagnósticos en varios trastornos y algunos son cambiados de categoría.
Sobre los trastornos de la infancia, uno de estos cambios posiblemente afecta a los diagnósticos de los Trastornos Generales del Desarrollo, en los que el Trastorno Autista es el único de esta categoría y pasa a llamarse Trastorno del Espectro Autista (TEA). Algunos de los trastornos hasta ahora incluidos (Trastorno de Asperger, Trastorno del Desarrollo No Especificado y el Trastorno Desintegrativo Infantil) son sub-puntos incluidos en el TEA. El Trastorno de Rett es eliminado por la brevedad de los síntomas autistas.
De los trastornos adultos, se ha propuesto que los Trastornos Adaptativos (aquellos en los que aparecen síntomas emocionales o de conducta después de 3 meses
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