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EL CUERPO TIENE SUS RAZONES


Enviado por   •  20 de Marzo de 2014  •  2.576 Palabras (11 Páginas)  •  324 Visitas

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EL CUERPO TIENE SUS RAZONES

Escribir sobre este libro, es escribir sobre nuestro propio cuerpo, lo que sentimos y no sentimos, lo que podemos llegar a dejar de sentir para vivir plenamente, de lo que somos dueños únicos nuestro hermoso y admirable cuerpo. Pero qué pasa cuando a ese cuerpo no le prestamos atención o quizá le damos demasiada, pagando a ciertos especialistas que estudian las partes del cuerpo; corazón, hígado, huesos, circulación, pulmones bueno hasta el mismo sexo mismos que diagnostican y etiquetan enfermedades a nuestra persona, a nuestro cuerpo y bueno debemos saber que son especialistas, doctores y que nosotros seremos pacientes dependientes de sus diagnósticos, nosotros solo nos quedaremos con eso, con esa enfermedad a la que solo le daremos sin duda una secuencia medicinal un tratamiento y un sinfín de recomendaciones, y a esta enfermedad le aumentaremos nuestra preocupación , y no solo de salud, pues también hay que mencionar lo que nos acontece continuamente sin poder dejarlo de lado, lo emocional, sentimental, social; político religioso, escolar si todo aquello que como ser humano nos llega a desprender de nuestro cuerpo y nos preocupamos por subsistir no por “existir” plenamente, cuantas veces nos preocupamos por los demás, como se sienten, y como se ven, que por nosotros mismos. Menciona Bertherat “¿y cómo podría ocurrir de otro modo puesto que ni siquiera somos dueños de nuestra propia casa, la casa de nuestro cuerpo?”1(Therese Berthera, el cuerpo tiene sus razones, pág. 12. Paidos 1976) lo somos pero como dueños del mismo no lo entendemos ni lo atendemos debido a lo ya mencionado. “Sin embargo es posible encontrar las llaves de nuestro cuerpo, tomar posesión de él, habitarlo al fin para hallar en él la vitalidad la salud, la autonomía a la que tenemos derecho”.2 Ya que desde pequeños, padecemos enfermedades y dependemos de otras personas y de la vida misma con sus exigencias. (Bertherat, el cuerpo tiene sus razones, pág. 12. Paidos 1976)

Muchas veces hemos escuchado que debemos querernos y aceptarnos tal cual somos y estamos, pues a veces renegamos de lo que tenemos y de lo que no podemos tener en un todo. ¿Cómo puedo empezar hacerlo? Entiendo en este relato que también, es importante empezar a quitarnos todas las etiquetas, que permitimos le dieran a nuestra persona/cuerpo y adentrarnos en el objetivo de este libro y bien librarnos de todo lo que nos está dañando y por supuesto, está en nuestras manos, como ya se dijo nos aceptaremos corporalmente e interesarnos por sentirnos mejor , conocer y reconocer la anti-gimnasia lo sencillo y lo poco que le podemos emplear y los grandes logros que podemos destacar con tan solo darle movimiento a eso que llamamos cuerpo, creernos que realmente es nuestro y desprenderlo de todo lo que lo está dañando, mutilando, deteriorándolo, lastimándolo , calificándolo como; bueno, malo, enfermo, cansado, depresivo, estresado, astriñido, impotente, frígido etc. Y todo aquello que le resta valor y fuerza a nuestro cuerpo y por consiguiente a nuestra mente/persona.

Para continuar con este ensayo se debe dar, una breve descripción sobre quién es Thérèse Bertherat, para poder entender lo que ella nos da en este libro.

Thérèse Bertherat, creadora de la anti-gimnasia, nació en Lyon en 1931. Después de una infancia difícil, a los treinta y seis años de edad y con dos hijos de cuatro y seis años, enviudó. A la edad de treinta y cinco años, su marido, un hombre inteligente, brillante, con un prometedor futuro profesional en el mundo de la psiquiatría, había sido asesinado en el hospital por uno de sus enfermos. “Situaciones como ésta desencadenan una terrible descarga de adrenalina. Uno tiene que decidir si morirse o continuar viviendo”, cuenta Thérèse Bertherat. Ella decidió vivir. Muy pronto conoció a una mujer, Suze L., que hacía un tipo de gimnasia en la que utilizaba pequeñas pelotas. Los movimientos eran suaves, sencillos y novedosos. Entusiasmada con este hallazgo, decide emprender la carrera de fisioterapia, pero lo limitado de la enseñanza le decepciona. “Se estudiaba el cuerpo músculo a músculo, hueso por hueso, pero nunca en su conjunto: siempre por partes, y lo mismo ocurría con los tratamientos”. Fue entonces cuando conoció a Françoise Mézières, una fisioterapeuta que había elaborado un enfoque revolucionario de la anatomía. Una visión de conjunto, que mira el cuerpo como un todo en el que cada elemento depende de los demás.

Mente/cuerpo, hacerlo interactuar, ejecutar, “gimnasia” viene a nuestra mente, músculos duros y fuertes, sudoración, correr, condición, cansancio, juventud disposición y entonces nuestra mente solo de imaginar comienza a cansar nuestro cuerpo antes de hacerlo. Pero gimnasia o anti-gimnasia como lo quiso llamar Bertherat, si gimnasia/ cerebro, interacción mente/cuerpo, sin grandes esfuerzos, ¡edad! Esta también es una de las tantas cosas geniales que tiene la anti-gimnasia, no pide una edad exclusiva, ni una calidad de condición, pues no es necesario forzar nada un ejercicio tan sencillo como lo indicaba Suze L. “pónganse en pie y mantengan los pies paralelos. Dejen las pelotas en el suelo. Ahora hagan rodar la pelota bajo el pie derecho. Imaginen que está cubierta de tinta y que quieren entintarse todo el pie, bajo los dedos, toda la planta y en los bordes, entíntenlo bien. No se apresuren. Hablaba lenta, dulcemente. Su voz penetraba el silencio de la sala sin romperlo.

-basta ya. Ahora dejen la pelota y sacudan el pie en que se apoyaban. Bien junten los pies”3 (Therese Berthera, el cuerpo tiene sus razones, pág. 19. Paidos 1976) esto provocara diferentes sensaciones pero todas serán magnificas y regalara minutos de relajación, y una serie de mas técnicas empleadas en el relato “la casa del callejón” Berthera, después de haber vivido esta experiencia saliendo de ahí se encontró en un espacio suyo, propio segura de sí, su imaginación era grande y encontró que su casa era su propio cuerpo como lo menciona la introducción de este libro, si nos enfocamos en las vivencias de Therese Berthera, no dejaremos de lado las nuestras ya que las imposiciones de la vida preocupantes tristes y estresantes nunca le faltaran al ser estarán presentes en la mente/cuerpo.

Esta mujer con ayuda de su instructora maestra Suze L. quien también había pasado por lo destructible, la enfermedad del siglo “cáncer” de mama, que la llevo a la mutilación de partes de su cuerpo, después de sentirse humillada castigada, adolorida física y emocionalmente, encontró el alivio en este su cuerpo el mismo que le había causado tanto dolor, después de intentar recuperarse de la ya mencionado, fijo su tiempo en la gimnasia y la trabajaba con pequeños grupos de pacientes. Therese

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