Edad Temprana Adulta

Edad Adulta Temprana

La adultez temprana es aquella que inicia al terminar la adolescencia, aproximadamente a los 20 años, y termina aproximadamente a los 40 años, así que la mentalidad y la madurez ya forma parte de nuestro pensamiento, para ver las cosas desde otro punto de vista.

Desarrollo Físico

En la actualidad los jóvenes de 20 años son más altos que sus padres a causa de la tendencia celular al crecimiento. Entre los 30 y los 40 años de estaturas es estable (Tanner, 1978).

1- Funcionamiento sensorial y psicomotor

Los sentidos también alcanzan su máximo desarrollo en la edad adulta temprana. La agudeza visual es máxima a los 20 años. La pérdida gradual de la capacidad auditiva empieza antes de los 25 y se acentúa después de esta edad, en especial para los sonidos de tonos más altos. El gusto y el olfato permanecen estables.

2.- Fuerza, coordinación y tiempo de reacción

El adulto joven debe gozar de su plena capacidad física, pues en esta edad la fuerza, la energía, y la resistencia se hallan en su punto máximo. El máximo desarrollo muscular se alcanza alrededor de los 25 a los 30 años.

Además de estar en la cima de su funcionamiento sensorio motor, los adultos jóvenes son el grupo más sanos.

Los adultos Jóvenes se resfrían y contraen afecciones respiratorias con menos facilidad que los niños, y cuando esto sucede los superan rápidamente. Con la edad llegan a superar las alegrías de la infancia y sufren menos accidentes que los niños. La mayoría de los jóvenes adultos nunca se enferman ni se lesionan de gravedad. Solo menos del 1 % tiene limitaciones físicas o está imposibilitado para realizar algunas actividades, debido a las dolencias crónicas o impedimentos físicos.

3.- Cambios Fisiológicos

Algunos de los cambios más obvios que ocurren con la edad, involucran la apariencia y las habilidades físicas. Conforme envejecemos, podemos esperar que la piel se arrugue, los cabellos adelgacen y se tornen grises y que la estatura disminuya tres o cinco centímetro. También puede suceder que algunos de sus sentidos se vuelvan menos agudos. Estos cambios no aparecen de forma repentina a los 65 años, van sucediendo de manera gradual desde la adultez temprana.

Sexualidad

La identidad de género, en la que se define una idea clara de quién se es como mujer u hombre, qué roles de desean adoptar o construir, la forma de vestir y actuar de acuerdo al propio estilo de expresar la masculinidad y feminidad, la autoimagen y el grado en que ésta concuerda con la percepción interna de ser mujer u hombre, está claramente definida en la adultez. La autoimagen se ve favorecida con los cuerpos que suelen ser más fuertes, bien conformados y saludables y su consolidación depende más del propio ideal de cada hombre o mujer que del exterior. Se cuenta con mayor independencia y libertad de realizar acciones que comprometan los ideales propios.

La mayoría de los y las personas adultas han tenido experiencias eróticas ya sea en soledad o en compañía. En su expresión saludable, las personas experimentan un crecimiento en su desarrollo erótico, con mayor capacidad de intimar, viven sin culpas o prejuicios la respuesta sexual humana, conocen su cuerpo y cómo siente, pueden hablar sobre las relaciones sexuales sin conflictos, hacer acuerdos y explicitar sus deseos. Comprenden la diferencia entre fantasía y realidad, son responsables del cuidado de su cuerpo y apoyan el cuidado de su pareja, pueden tener conductas autoeróticas y relaciones sexuales, utilizan una variedad de posiciones sexuales que identifican como preferidas, pueden pedir caricias específicas y negarse a las no deseadas y convierten al encuentro erótico en un momento de crecimiento personal.

No todos los adultos tempranos viven la sexualidad en esta forma ideal. En esta etapa de la vida erótica pueden presentarse las disfunciones sexuales o disfunciones de la vida erótica, es decir, problemas relacionados con el deseo sexual, con la capacidad para excitarse y tener orgasmos, dolor en las relaciones sexuales, imposibilidad de relajar la vagina para permitir una penetración o angustia extrema que dificulta el intento de la relación sexual. Si bien no siempre sucede así, la mayoría de estos problemas en los primeros años de la adultez tienen que ver más con factores psicológicos y de aprendizaje que con deficiencias fisiológicas o alteraciones anatómicas.

La angustia y la depresión son trastornos frecuentes asociados a las disfunciones sexuales. En las mujeres, los síndromes más frecuentes son la dificultad para tener orgasmos y la disminución del deseo sexual. En los hombres, la dificultad para controlar la eyaculación y para lograr la erección. Además, la edad más frecuente de consulta para los problemas sexuales se sitúa entre los 26 y los 40 años (Ortiz, Velasco, Rubio, 1999). Mientras más avanza la edad, la posibilidad de encontrar factores orgánicos en las disfunciones sexuales aumenta considerablemente.

Problemas relacionados con la menstruación. Aunque las mujeres están bien protegidas por la actividad hormonal durante los años reproductivos, el ciclo menstrual puede acarrear problemas de salud. El síndrome premenstrual es un trastorno que implica molestias físicas y tensión emocional durante una semana antes del comienzo del periodo menstrual, los síntomas pueden incluir fatiga, antojos de comer ciertos alimentos, dolores de cabeza, hinchazón y sensibilidad en lo senos, pies o manos hinchados, inflamación abdominal, nauseas, resfriados, subida de peso, ansiedad, depresión, irritabilidad, estado de ánimo variables, tristeza y dificultad para concentrarse o recordar son alguno de estos síntomas que las mujeres pueden tener.

Desarrollo Intelectual

Estudiar la inteligencia en los adultos es mucho más complicado porque existen diversos tipos de habilidades intelectuales.

Inteligencia fluida (IF), capacidad de aplicar las habilidades intelectuales a nuevas situaciones, aprender con rapidez y profundidad, se cree que depende del desarrollo neurológico y está relativamente libre de la influencia del aprendizaje, la educación o la cultura previos. Requiere capacidad para procesar nueva información. Alcanza su nivel más alto en la adolescencia y en la adultez temprana (entre 20 y 30 años).

Inteligencia cristalizada (IC) que conforman la capacidad para recordar y emplear la información aprendida, depende de la educación y del acervo cultural; es decir, representa el conocimiento

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