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Educacion


Enviado por   •  23 de Febrero de 2013  •  4.637 Palabras (19 Páginas)  •  258 Visitas

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La escuela de Frankfurt tuvo su origen en el Instituto de Investigación Social creado en Alemania en 1923. A partir de la década de los 30 y con la dirección de Max Horkheimer, ésta escuela aglutina a una serie de pensadores destacados del mundo intelectual renovador de Europa.

Entre ellos destacarán: Horkheimer, Adorno, Benjamin, Marcuse, Habermas, Fromm,

Neuman, Kirchheimer, etc. Después de las muertes de Benjamin, Horkheimer, Adorno, los principales representantes de la escuela serán Habermas y Marcuse.. En 1933 la escuela se trasladó a los Estados Unidos, Francia y Berlín huyendo del fascismo hitleriano.

Casi todas las grandes figuras de la Escuela de Frankfurt retomaron varias disciplinas formales: Max Horkheimer (filosofía, sociología y psicología social), Theodor Adorno (filosofía, sociología, psicología, crítica cultural y musicología), Erich Fromm psicoanálisis y psicología social, Pollok con economía y Franz Neumann y Otto Kirchheimer (ciencia política y derecho).

Y lo mismo puede decirse de la segunda generación de la escuela de Frankfurt, que incluye entre otros a Arkadij Gurland (economía y sociología), Jürgen Habermas (filosofía, sociología, filosofía lingüística y filosofía de la ciencia) y Claus Offe (ciencia política y sociología).

Estos investigadores escaparon de la esterilidad característica de numerosos marxistas mediante la búsqueda de inspiración fuera del marxismo. Todos ellos pertenecían a la tradición marxista y deseaban construir una teoría crítica que les permitiera aunar a diferentes disciplinas con propósitos de analizar y criticar su momento histórico, para lograr superar los problemas de la humanidad

La razón de ser de la Escuela de Frankfurt fue el nuevo examen de los conceptos marxistas. En la escuela, tuvieron la sensación de que el marxismo tenía que ser reexaminado y reconstruido. Como la doctrina es histórica y dialéctica, exigía renovación y una permanente actualización.

Otro de los énfasis de la escuela fue el nuevo examen crítico de algunos de los movimientos liberales (intelectuales y políticos) representativos de la época burguesa. La gran tradición liberal contenía, desde el principio, los elementos autoritarios y totalitarios que fructificaron, en nuestro tiempo.

Pero lo más importante, quizás, fue la preocupación por el concepto mismo de socialismo. En el desarrollo de la teoría marxista -no en Marx mismo, sino en el desarrollo de su teoría-, el concepto de socialismo se ha enfocado crecientemente, sobre un desarrollo racional cada vez más amplio de las fuerzas productivas; sobre una productividad cada vez mayor del trabajo; sobre una distribución más racional del producto, en vez de subrayar que una sociedad socialista tal como Marx (cuando menos el Marx joven) la vislumbrada, sería una sociedad cualitativamente diferente de todas las sociedades precedentes.

Para comprender algunos de los motivos que impulsaron la fundación de la escuela de Frankfurt, es necesario estudiar 3 periodos históricos centrales. Nos referimos a la Ilustración, Auschwitz y el Movimiento estudiantil de finales de los años 60.

ILUSTRACIÓN

La Ilustración (siglo XIII), que tuvo como objetivo “introducir la razón al mundo”, sitúa ya al Instituto para la Investigación Social en la tradición ilustrada, eminentemente empirista y racionalista, pero con la ventaja adicional de la inspiración de la doctrina marxista.

Es ventaja porque los miembros de la escuela, no confiaban en las posibilidades con la Ilustración, ya que ésta podría llegar a subvertir sus ideales, presentando como logros de la emancipación del ser humano, lo que en realidad, mantiene la opresión o la explotación.

La Ilustración se convierte así en uno de los problemas que ocuparon la reflexión de Adorno y Horkheimer. En primer lugar como oportunidad (“Teoría Tradicional y Teoría Crítica”, “Materialismo, Metafísica y Moral”) y, en un segundo momento, como anhelo que debe ser sometido a control y vigilancia.

NAZISMO.

En segundo lugar, la persecución nazi representa un giro y una determinación significativa en el pensamiento de Adorno y Horkheimer, precisamente por ser una negación histórica y social del proyecto de Teoría Crítica y de toda la Ilustración.

Mientras la Teoría Crítica investigaba aquellos procesos sociales que perpetuaban el horror y la explotación, estos mecanismos sociales iban en ascenso. Auschwitz en el periodo nazcista viene a ser, en este sentido, la culminación de la opresión racionalmente calculada.

Los planes de exterminio eran enormes sistemas racionales (al menos desde un punto de vista instrumental), destinados a fines (estos sí, irracionales) que fueron ampliamente extendidos por agudos sistemas de propaganda.

Esta experiencia, que llevó al exilio a muchos de los frankfurtianos, provocó la renuncia a los objetivos originarios de la Teoría Crítica y un replanteamiento de sus ideas centrales.

No es de extrañar, por tanto, que Adorno y Horkheimer reflexionaran de temas tan diversos como el arte o la religión, encontrando en estas instancias momentos de verdad que podían incluso desarrollar un potencial crítico frente a los movimientos regresivos de su tiempo.

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968.

Para concluir con el tercer momento histórico, cabe referirse a un acontecimiento que, si bien no determinó el pensamiento de Adorno y Horkheimer, sí influyó en la evolución de la Escuela: nos estamos refiriendo al movimiento estudiantil de los años 60, en el que los miembros de la escuela, el menos en las revueltas de Frankfurt, jugaron un papel muy importante.

De hecho, varios grupos de estudiantes se encerraron en el edificio del Instituto para la Investigación Social, provocando así un conflicto entre Adorno (que entonces dirigía el Instituto) y la policía.

El apoyo de los frankfurtianos a este tipo de movimientos estuvo siempre supeditado a que éstos no incluyeran ningún tipo de violencia, lo que les valió el rechazo y la crítica de ciertos grupos.

Con todo, el compromiso político de los miembros de la escuela es innegable, y será un tema que ya atraerá la atención de Habermas a finales de los 50, anticipando quizás todos los movimientos que llegarían unos años después.

Las revueltas de los 60 aparecen ya en el ocaso de la labor intelectual de autores como Adorno o Horkheimer, pero es uno de los temas iniciales de la reflexión de un filósofo de la talla de Habermas, que es considerado como el mayor representante de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt.

Todo ello es un buen síntoma de que el pensamiento

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