Efectos Placebo
lorevile10 de Septiembre de 2012
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Influencia en la expectativa sobre el efecto placebo en la memoria
El Efecto placebo
Contempla en perspectiva, la historia de la medicina es, en gran medida, la historia de la influencia beneficiosa de los factores psicológicos en los procesos de curación (Bayés, 1982, 1983, 1987 a, Benson 1979; Burunat, Arévalo y Rodríguez, 1987; Escallón y Quintero, 1985; Frank, 1974; Houston 1978; Josp, 1978; Pérez Gómez, 1981; Shapiro, 1959; Shapiro y Morris, 1978).
Osler (1892), en la obra considerada como mejor texto médico de su tiempo en lengua inglesa, escribe:
“La fe en los dioses o en los santos cura a uno, la fe en las pequeñas píldoras a otros, la sugestión hipnótica a un tercero, la fe en un afable doctor a un cuarto… La fe en nosotros, la fe en nuestros métodos y drogas (es) el gran capital de la profesión…la piedra de toque de éxito en medicina”•
A pesar de los innegables avances científicos experimentales por las disciplinas biomédicas a lo largo del presente siglo y de las barreras ideológicas preexistentes (Myers y Benson, 1992), lo cierto es que la afirmación de Osler sigue teniendo viegencia en la actualidad para un gran número de transtornos y enfermedades (Benson y Proctor, 1984). Price (1984) atribuye al efecto placebo de 30 al 40% de la eficacia de la medicación activa que se administra, y Shapiro (1959), quizá de forma algo exagerada, califica a los psicótropos como los “gloriosos placebos de nuestra generación”, ya que, en su opinión, el 95% de los casos, dada, la forma como se administran, su acción farmacológica tiene que ser forzosamente muy débil.
La influencia de los factores psicológicos en los procesos patológicos se postulano sin controversia- inclusive en las enfermedades neoplásicas. En efecto, en 1959, el presidente de la American Cancer Society, E.P. Pendergrass, en su discurso presidencial (Stoler y Marmoston, 1981), manifestó:
“Es mi sincera esperanza que podamos ampliar nuestro ámbito de actuación para incluir en él la posibilidad que dentro de nuestra propia mente exista un poder capaz de desencadenar fuerza que puedan facilitar o inhibir el proceso de esta enfermedad”.
Miller (1977), notable cirujano señala que los pacientes que se muestran aprensivos respecto a su enfermedad casi siempre empeoran y mueren con rapidez aun cuando su cáncer haya sido diagnosticado precozmente y el tratamiento administrado sea adecuado; en cambio “los pacientes que rechazan las implicaciones del cáncer, usualmente mejora”. Apreciacion coincidente con la de la psicóloga chilena Middleton (1991), la cual tras una experiencia profesional con más de 1000 pacientes de cáncer escribe:
“He visto la evolución positiva de los que tenían ganas de vivir, aunque su pronóstico fuera malo, como también he visto la evolución negativa de los que no tenían interés por vivir, aunque su diagnóstico fuera más favorable.
En efecto, en un estudio, metodológicamente bien diseñado y de carácter prospectivo, llevado a cabo a lo largo de 10 años, Spiegel y Cols (1989) han conseguido demostrar que una intervención psicológica sencilla diseñada, en principio, para mejorar la calidad de vida de pacientes oncológicos era capaz de influir, de forma significativa, en su longitud de vida.
Al margen de los interrogantes conceptuales (Avia, 1987; Critelli y Newman, 1984; Grümbaum, 1981, 1986) y metodológicos (Bayés, 1983, 1984,1987b; Diaz y Vallejo, 1987; Pérez y Martínez, 1987; Villamarín, 1987ª, 1987b) que suscita, consideramos que el efecto placebo es un fenómeno que implica cambios biológics en el organismo, que tienen su origen en interacciones de carácter psicológico que actúan en el sentido de una restauración, mantenimiento o mejoría de la salud, y que el mismo puede producirse de forma independiente o complementaria a la administración de tratamientos biomédicos activos o inactivos. De forma similar, también postulamos la existencia de un efecto nocebo que –tal como ya se ha señalado en el caso de las nauseas y vómitos en la quimiterapia del cáncer-, en lugar de mejoría o curación, es susceptible de producir, con origen en interacciones psicológicas, transtornos o perturbaciones en la salud, experimentados muchas veces como simples efectos secundarios desagradables pero que, en casos extremos, puede inclusive conducir a la muerte (Benson, 1979)
Placebo y efecto placebo son dos términos que aparecen cada vez con más preponderancia en el ámbito médico, farmacológico y psicológico. Sin embargo, el efecto placebo fue cuestionado por mucho tiempo, debido a que se consideraba como un efecto secundario o aleatorio producido por una determinada intervención que debía su eficacia a un procedimiento que operaba con error metodológico y/o variables no controladas. Esta perspectiva era un legado de los primeros acercamientos al fenómeno que datan del año 1811, donde el acento estaba puesto en estimar al placebo como algo para complacer al paciente más que para beneficiarlo (Choliz & Capafons, 1991).
A medida que trascurrieron los años y aumentaron las investigaciones en este campo de estudio, el efecto placebo pasó de considerarse una “complacencia” dada por el médico, a ser un conjunto de factores incidentales de un tratamiento que tienen efectos terapéuticos en el síntoma o trastorno (Strauss & Von Amon, 1996, en Pérez, Morer & Martín-Santos, 2003). Más aún, se empezó a considerar la importancia de los factores simbólicos y de aprendizaje en el efecto placebo (Stewart-Williams & Podd, 2004). Así, los aspectos psicológicos “entraron al juego” con una gran relevancia para la comprensión y/o explicación del fenómeno.
En la actualidad el estudio del placebo comprende al menos dos grandes áreas. En primer lugar, la utilización del placebo se incorpora plenamente como un control en el diseño de los estudios, por ejemplo en la investigación farmacológica. Esto permite la identificación de los efectos específicos del medicamento, así como valorar sus diferencias frente al placebo. En segundo lugar, se plantea también como un desafío a la investigación básica en psicología con el fin de establecer cuáles son los mecanismos psicológicos implicados en el efecto placebo. Esto resulta relevante, debido a que el efecto placebo implica una serie de procesos complejos y no completamente determinados aún, que influyen en todo tratamiento médico y psicológico. Si se formula la pregunta: ¿cuál es la efectividad real de los procedimientos o intervenciones médicas y/o psicológicas más allá del efecto placebo? o ¿es el placebo un tipo de intervención paralela a los métodos tradicionales en las ciencias de la salud?, entonces se plantea inmediatamente la importancia de entender el fenómeno y establecer cuáles son los factores y mecanismos que están en la base.
Historia y Definiciones
Etimológicamente, la palabra placebo deriva del Latín placere, término que significa “complacer”. La primera definición de placebo aparece en el año 1785 en un diccionario médico, donde se describe como “medicina o método ordinario”. Sin embargo, dos ediciones más tarde, se define como medicina falsa, supuestamente inerte o inofensiva la que, no obstante, puede tener efectos importantes, tanto positivos como negativos (Krentzman, 1997; García, 2001).
La definición más actualizada de placebo y efecto placebo deriva de la revisión recientemente publicada por Stewart-Williams & Podd (2004). Estos autores conciben el placebo como una sustancia o procedimiento que no tiene poder inherente para producir un efecto que es buscado o esperado. Por su parte, el efecto placebo es definido como un efecto psicológico o fisiológico, en un humano u otro animal, que es atribuible al hecho de recibir una sustancia o estar bajo un procedimiento determinado, no siendo dicho efecto adjudicable al poder inherente de la sustancia o procedimiento.
Adicionalmente se ha establecido la necesidad de realizar distinciones tales como “placebo” de “efecto placebo”, así como “efecto placebo” y “efecto nocebo”. La distinción entre placebo y efecto placebo está dada porque el primero se refiere a un procedimiento determinado o una sustancia específica, como una píldora, y el efecto placebo alude a las consecuencias positivas del procedimiento. Por su parte, el denominado efecto nocebo puede explicar por qué algunas personas experimentan efectos secundarios no relacionados con la medicación que ingieren. Este efecto constituye un empeoramiento de la condición del paciente (Pérez, Morer & Martín-Santos, 2003). Según la primera aproximación al efecto nocebo o placebo negativo (Zanna & Cooper, 1974; Snyder, Schulz & Jones, 1974), se plantea que cuando un paciente se somete a un tratamiento, donde espera obtener resultados terapéuticos y estos no se cumplen en la medida en que esperaba, pueden producirse
Factores que Influyen en el Efecto Placebo
En las investigaciones actuales, se denomina normalmente efecto placebo a la respuesta clínica observada en el grupo del mismo nombre. Sin embargo, el efecto placebo es la suma de la acción de diversos componentes, por lo que determinar qué efecto es realmente producto del placebo resulta muy complejo (Pérez, Morer & Martín-Santos, 2003).
Dado lo anterior, los investigadores han distinguido entre las consecuencias que son producto del efecto placebo real, vale decir, del efecto atribuible exclusivamente al conocimiento o percepción de hallarse en una determinada situación terapéutica; y aquellos que son consecuencia de la intervención de otros factores. Diversos
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