El Cerebro
YisselHower3 de Junio de 2013
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La afasia, una realidad desconocida
La afasia, una alteración en la capacidad para utilizar el lenguaje (Bein & Ovcharova, 1970), déficit en la comunicación verbal resultante del daño cerebral (Hécaen, 1977) o simplemente una pérdida o trastorno en el lenguaje causada por un daño cerebral (Benson, 1979). Es necesario que exista una lesión en las áreas del lenguaje y haberse adquirido el lenguaje para poder denominar afasia.
Personas de todas las edades, grupos sociales y sexos pueden padecer afasia, siendo las causas más frecuentes los accidentes cerebro vasculares pero también los traumatismos de craneoencefálicos, tumores, infecciones, enfermedades degenerativas, etc.
Cuando las afasias se presentan en niños durante o después de la adquisición del lenguaje se distinguen dos tipos diferentes de alteraciones:
la Afasia infantil adquirida producida antes de que se
alcance su adquisición completa (Woods, 1985b) como consecuencia de un daño cerebral focal o asociada a la epilepsia (síndrome de Landau-Kleffner) y
Disfasia, llamada también afasia congénita o afasia
evolutiva.
Clasificación de las afasias
La tendencia a separar las variedades de afasias se apoya en las características del lenguaje, aún siendo infrecuente encontrar un síndrome que corresponda exactamente a estas características asociadas. Una forma de simplificar el problema es la utilización de dicotomías sencillas como expresiva / receptiva, motora / sensorial, no fluida / fluida, etc… Saber que los síndromes afásicos clásicos no representan tipos invariables y unificados de afasia. Por el contrario, encontramos variantes o subtipos considerablemente diferentes, además de manifestaciones clínicas y trastornos asociados de gran variedad. Una forma de superar esta dificultad en la forma de
denominar los diferentes trastornos afásicos del lenguaje podría ser asociando los síndromes afásicos con síndromes anatómicos. Esta clasificación de los trastornos afásicos se puede presentar partiendo de dos criterios anatómicos (Benson & Ardila, 1996):
pre-rolándica (anterior, no fluida) / post-rolándica
(posterior, fluida) y
perisilviana (se localiza la afasia en el área del lenguaje) /
extrasilviana (se encuentra más allá de esta región central).
Si realizamos una clasificación, podríamos decir que las AFASIAS PERISILVIANAS se caracterizan por un defecto importante en el
lenguaje repetitivo y por una localización de la lesión alrededor de la
cisura de Silvio del hemisferio izquierdo. Encontramos dentro de este grupo:
a. La afasia de Broca, caracterizada por un lenguaje expresivo no fluido, pobremente articulado, expresiones
cortas y agramaticales, y dificultades en la repetición.
Presenta grandes dificultades para la lectura en voz alta. La escritura está seriamente alterada. El examen neurológico muestra en la mayoría de los casos algún grado de hemiparesia derecha y en casos extremos una hemiplejia.
b. La afasia de Conducción, con un lenguaje conversacional fluente pero parafásico, la comprensión casi normal, alteraciones importantes en la repetición y
muy frecuentemente defectos en la denominación,
alteraciones en la lectura, alteraciones en la escritura, apraxia ideomotora, y anormalidades neurológicas (cierta hemiparesia derecha y pérdida de sensibilidad cortical). El sine qua non del síndrome lo constituye el defecto en la repetición.
c. La afasia de Wernicke, con un habla fluida, aunque la producción puede ser excesiva (logorrea) y puede existir
un número excesivo de elementos gramaticales
(paragramatismo). La comprensión está limitada a palabras simples o frases sencillas y sólo puede mantenerse por intervalos de tiempo cortos. Los pacientes presentan una escritura fluida, con letras bien formadas, pero combinadas de una forma no significativa. La escritura es similar a la producción oral, con abundantes paragrafias literales, verbales y neologismos.
Las AFASIAS EXTRASILVIANAS se caracterizan porque la repetición es normal o relativamente normal, y la patología se encuentra por fuera del área perisilviana del hemisferio izquierdo (Berthier, 1999). El área implicada se localiza en la zona vascular entre los territorios de las arterias cerebral media y cerebral anterior o posterior. El término afasia transcortical fue inicialmente sugerido por Wernicke (1874) y Lichtheim (1885) y este grupo de afasias fue detalladamente analizado por Goldstein (1917). Sin embargo, como el mismo Goldstein subraya, el término “transcortical” es arcaico e inapropiado, aún habiendo sido ampliamente utilizado para designar este grupo de síndromes afásicos. Estrictamente, no se trata de afasias transcorticales sino simplemente extrasilvianas, y deberían más exactamente denominarse así, "extrasilvianas". Podemos encontrar en este grupo,
a. La afasia extrasilviana motora, que se caracteriza por un lenguaje no fluido, buena comprensión, y repetición normal o casi normal. Durante la fase aguda, el paciente puede presentar mutismo, ecolalia y perseveración (Berthier, 1999).
b. La afasia extrasilviana sensorial donde el lenguaje conversacional es fluente, contaminado por una cantidad notoria de parafasias y con características de habla vacía.
Existe una excelente repetición y frecuente ecolalia. El
nivel de comprensión es deficitario y en ocasiones es prácticamente nulo. Algunos pacientes no presentan ninguna anormalidad neurológica puediendo ser diagnosticados como pacientes psicóticos.
c. La afasia extrasilviana mixta, no presenta un lenguaje espontáneo y la expresión está prácticamente reducida a la repetición de lo que oye (ecolalia). Su nivel de comprensión se encuentra gravemente alterado. Sólo se diferencia de una afasia global en la conservación del lenguaje repetitivo.
Hay alteraciones del lenguaje que presentan un origen subcortical. Estos supuestos síndromes afásicos aparecen cuando se comprometen las estructuras cerebrales izquierdas (tálamo, estriatum, etc.). Las
alteraciones en el habla se inician generalmente con un cuadro de
mutismo, seguido de hipotonía, producción lenta pobremente articulada y amelódica. El concepto de afasia subcortical debe considerarse en el mejor de los casos apenas como tentativo (Benson
& Ardila, 1996). No necesariamente estos síndromes deben interpretarse en el sentido que las estructuras subcorticales
desempeñen un papel especifico en el lenguaje. No podemos afirmar con seguridad si estos síndromes son realmente una consecuencia de la patología subcortical o simplemente un efecto a distancia o un efecto de desconexión de áreas corticales.
Afasias infantiles
En el caso de las Afasias infantiles, podemos hablar de:
a. Afasia infantil congénita, como ausencia o casi ausencia del desarrollo del lenguaje oral en un niño, sin que pueda atribuirse a deficiencia mental, deficiencia auditiva, deficiencias motoras o trastornos conductuales (Estos niños manifiestan conductas comunicativas espontáneas que lo diferencian de los niños autistas o psicóticos).
b. Disfasia infantil congénita, que consiste en un trastorno grave de la adquisición del lenguaje oral y se distingue del retraso del lenguaje por la lentitud en la evolución y una mayor importancia de los trastornos asociados; la evolución no sigue el orden ni las etapas del desarrollo normal.
c. Afasia infantil adquirida, como la pérdida total o parcial del lenguaje en niños, antes de que alcancen su adquisición completa (Woods, 1985b), menores de 10 años, por causa de una lesión cerebral adquirida que afecta a las áreas directamente relacionadas con el lenguaje, como consecuencia de un daño cerebral focal o asociada a epilepsia (síndrome de Landau-Kleffner).
Tradicionalmente se ha señalado que existen algunas diferencias entre las afasias en adultos y las afasias en niños (Alajouanine & Lhermitte, 1965; Hécaen, 1976; Satz & Bullard-Bates, 1981). Se han
considerado a las afasias infantiles como afasias no fluidas, una
frecuencia aumentada de afasias cruzadas (lesiones derechas) y una mejor recuperación de las afasias en los niños que en los adultos. Este punto de vista tradicional ha sido cuestionado por muchos investigadores durante los últimos años. Actualmente, la afasia cruzada no parece ser más frecuente en niños que en adultos, la plasticidad y la recuperación pueden ser menores de lo que anteriormente se suponía, y el lenguaje receptivo parece estar más bilateralmente representado. Por esto, los trastornos expresivos son más evidentes.
Consecuencias de las afasias
Trastornos asociados
Las afasias pueden presentar toda una serie de trastornos asociados, tales como alteraciones motoras (hemiplejías, hemiparesia,…), defectos sensoriales, práxicos, gnósicos, de cálculo. Pueden presentar trastornos cognitivos, pragmáticos, psiquiátricos, etc. Dependiendo de la extensión de la lesión, estos trastornos pueden ser más o menos graves. Además, todo el contexto social y familiar se ve alterado y necesita de pautas y directrices comunicativas, pragmáticas y funcionales.
La afasia de Broca se asocia con un defecto
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