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El Docente: Promotor Del Desarrollo De Habilidades Del Pensamiento En Niños Del Nivel Preescolar.

Leilani39 de Abril de 2013

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El docente: Promotor del desarrollo de habilidades del pensamiento en niños del nivel preescolar.

Laura Alvarez Cruz.

La misión de desarrollar niños y niñas, con capacidades y competencias que les faciliten el afrontar los retos del presente, del futuro inmediato y aún del lejano, el sustituir el “Saber” por el “saber hacer” el “aprender” por el “aprender a aprender”, implica promover el desarrollo de niños con conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y capacidades que les permitan a los niños –pensar por sí mismos-, que les permitan construir sus propios conocimientos a partir de sus experiencias con otros, que les permitan continuar aprendiendo por sí mismos, de manera autónoma, de acuerdo a sus propias necesidades; pero también que le permitan, reflexionar, cuestionar y crear o recrear lo aprendido. Por lo que la competencia de aprender a aprender implica hablar de pensamiento crítico y reflexivo.

Es así que la educación preescolar, debe “garantizar la formación de habilidades mínimas para el aprendizaje escolar y proporcionar las bases positivas de la personalidad del niño” (Salmina & Filimonova, 2001 en González M. C. L.; Soloueva y Quintanar R.L, 2009). De tal modo que la Institución Educativa que albergue a los niños preescolares, deberá proporcionar un contexto en el que, de manera intencionada, sea un lugar en el que “ …los niños y las niñas entran en contacto con la cultura por medio de la adquisición de conocimientos; además desarrollan procedimientos, habilidades, actitudes y valores democrát

icos que les ayudan a pensar, interpretar y representar el mundo, a conocerse y expresarse para aprender a ser, a conocer, a saber hacer y a convivir, que son los cuatro pilares de la educación (informe Delors, UNESCO, 1996) Justo de la Rosa M. (2009)

En 1998 la UNESCO estableció la necesidad de que los gobiernos se comprometieran a diseñar sus planes y programas educativos por competencias, sobre la base de cuatro pilares básicos: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. Esto implica integrar los niveles de conocimiento conceptual, procedimental y actitudinal, o dicho de otra manera, los conocimientos, habilidades, destrezas, valores y actitudes, pero además la capacidad de poder pensar, de poder resolver problemas, adaptarse al mundo moderno y desarrollar todas aquellas habilidades de pensamiento superior que antes no se tomaban mucho en cuenta. En 1999 la UNESCO definió una competencia como el conjunto de comportamientos socio-afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea. (Frade, R. L. 2007)

Es así que en el afán de hacer mejoras en la educación de nuestro país, la transformación educativa planteada en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, junto con los objetivos señalados en el Programa Sectorial de Educación 2007-2012 (Prosedu), han sido considerados para dar sentido y ordenar las acciones de política educativa en el México de las próximas década

s. La Secretaría de Educación Pública propuso, como objetivo fundamental del Prosedu, “elevar la calidad de la educación para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo, cuenten con medios para tener acceso a un mayor bienestar y contribuyan al desarrollo nacional”. La principal estrategia para la consecución de este objetivo en educación básica plantea “realizar una Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), centrada en la adopción de un modelo educativo basado en competencias que responda a las necesidades de desarrollo de México en el siglo XXI”, con la intención de lograr la mayor articulación y la mejor eficiencia entre preescolar, primaria y secundaria. (Programas de estudio 2009. Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública).

En este mismo camino, éste año la RIEB culmina un ciclo de reformas curriculares, en la que aporta una propuesta formativa pertinente, significativa, congruente, orientada al desarrollo de competencias y centrada en el aprendizaje de las y los estudiantes. Con el propósito de contar con escuelas mejor preparadas para atender las necesidades específicas de aprendizaje de cada estudiante, mediante una propuesta que busca de todos un compromiso mayor. (Plan de estudios 2011).

Considero que para encauzar a la Educación en el camino de la Calidad es preciso, el conocimiento y fomento de metodologías, didácticas, estrategias, planes, programas, etc., es decir todo lo que implica una formación y desempeño de calidad, pero sobre todo de una plena conc

iencia, del convencimiento y la voluntad de querer cambiar, de hacer las cosas bien y mejor, cada vez que se alcanza una meta, un propósito, una tarea; por tanto es imprescindible el trabajo reflexivo, personal y en equipo, el trabajo colaborativo de todos los involucrados en este proceso, directivos, docentes, alumnos, padres y madres de familia y con la comunidad misma.

Para tal fin es claro destacar la labor del docente, ya que es él uno de los pilares en quien se puede iniciar el proceso de calidad en la enseñanza-aprendizaje, ya que es él quien está directamente en contacto con los alumnos, principales y directos beneficiarios de la Educación, es él quien escucha a los niños y a las niñas, el que construye con ellos, pequeños o grandes proyectos de trabajo, el que en colaboración con los niños, con sus compañeros y con las aportaciones de diversos enfoques y técnicas, puede ser capaz de aprender y poner en marcha su capacidad de fascinación por el trabajo diario junto a sus alumnos.

La RIEB, en el Programa de Estudio 2011 Guía para la Educadora plantea que un propósito de la educación preescolar es el trabajo sistemático para el desarrollo de las competencias (por ejemplo, que los alumnos se desempeñen cada vez mejor, y sean capaces de argumentar o resolver problemas); por lo que centrar el trabajo en el desarrollo de competencias implica que la educadora haga que las niñas y los niños aprendan más de lo que saben acerca del mundo y sean personas cada vez más seguras, autónomas, creativas y participativas; ello

se logra mediante el diseño de situaciones didácticas que les impliquen desafíos: que piensen, se expresen por distintos medios, propongan, distingan, expliquen, cuestionen, comparen, trabajen en colaboración, manifiesten actitudes favorables hacia el trabajo y la convivencia, etcétera.

Por tanto el reto de los educadores es formar y desarrollar personas críticas, autónomas, pensantes y productivas. Para esto, “Los especialistas destacan la necesidad de que los profesores puedan contar con el acompañamiento de un profesional que les ayude a desarrollar esta capacidad; para que a su vez ellos acompañen a los alumnos.” Grupo Editorial Norma 2008.

Claro es en los planteamientos de la SEP que precisamente en esa relevante labor del docente, una de las tareas a desarrollar en el aula, es: Facilitar el trabajo de reflexión y análisis de los niños, plantear preguntas o hacer aseveraciones que les permitan fijarse en un aspecto de la lectura; animar a los alumnos a dar explicaciones y retarlos a lograr apreciaciones cada vez mas objetivas a través de la confrontación con los propios textos o con opiniones de sus compañeros.

Pero ¿Será que se enseña y se aprende a pensar en el aula? ¿Cómo, dentro del marco de competencias comunicativas, el docente fomenta el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo en los niños de preescolar? ¿Cómo desarrollar de manera urgente y necesaria en los alumnos, la capacidad de análisis, de crítica, de reflexión, para que por sí mismos aprendan? Con el afán de dotar al alumno, desde etapas

empranas, de actitudes, habilidades y destrezas que le permitan enfrentar la vida diaria que les motive a construir su propio conocimiento, que les oriente al logro de una comprensión profunda y a su vez significativa del contenido de los aprendizajes, que propicie en el alumno una participación activa en éste su propio proceso.

El interés en abordar este rubro es con la intención de acompañar al docente, dentro del enfoque de la Investigación-Acción, a observar, reflexionar y mejorar sus formas de promover el desarrollo de niños con habilidades de pensamiento críticas y reflexivas en el nivel preescolar, a través de la lectura y análisis de cuentos, mismas que le permitan al niño hacer uso del lenguaje como una herramienta comunicativa, cognitiva y reflexiva.

¿Por qué dentro del enfoque de la Investigación-Acción? La presente investigación se hará dentro de éste marco, toda vez que hace énfasis en la reflexión del propio docente sobre su práctica, con el propósito de hacer mejoras en la misma. El observar la intervención docente mediante una acción colaboradora le permitirá hacer un análisis de sus percepciones, interpretaciones, concepciones, metodologías, etc. para así revalorar, reformular y mejorar su práctica docente. El darse cuenta de la calidad de lo que se enseña y aprende en el salón de clases en conjunto con sus alumnos facilitará el proceso de desarrollo y de enseñanza-aprendizaje de manera integral, ya que no se puede dejar de considerar otros procesos, otras capacidades, otras habilidades así como o

tras emociones (conciencia, estima, seguridad y aceptación de uno mismo) y de actitudes (valores), que permitirán al niño abrirse un camino hacia una mejor forma de vivenciar el “aquí y ahora” en el aula, con su familia, en su

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