El Legado De Milton Erickson
mistiko2615 de Junio de 2012
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EL LEGADO DE MILTON ERCKSON
Notas:
PSICOTERAPIA ERICKSONIANA
El legado de Milton H. Erickson a la Psicoterapia Actual
Ps. Mario Pacheco León
Instituto Milton H. Erickson de Santiago
© Reg. Propiedad Intelectual N° 126.435
2002
A Francisca…
gracias por la vida
que construimos día a día…
Agradecimientos
Este volumen es la concreción de una idea que surgió en una conversación con el colega Dr. Omar Chogriz, Co-Director del Instituto Milton H. Erickson de San Luis, Argentina, durante el 2° Encuentro de Psicoterapeutas Ericksonianos del Cono Sur, realizado en Santiago, en Mayo de 2001. Juntos pensamos los objetivos de algunos de los capítulos de este libro y acordamos escribirlo en coautoría. Sin embargo, otras labores ocuparon el tiempo de Omar, de modo que asumí yo solo la tarea de redactarlo.
Muchas de las ideas tratadas en los diversos capítulos pueden rastrearse hasta las reuniones del “Grupo del Sábado”, un grupo de estudios que sesionó en los años 1998 y 1999 en mi anterior casa en Santiago. Agradezco a los psicólogos Patricio Elgueta, Italo García, José Miguel Cortés, Mauricio Cuevas, Marcos Fuentes y Juan Pablo Díaz, las fructíferas discusiones, el intercambio de ideas y la búsqueda de una integración en los enfoques de terapia breve, que ocuparon nuestro tiempo en ese memorable Grupo. Agradezco también el constante apoyo, estímulo y amistad desinteresada de esos amigos.
También han contribuido a este volumen, las conversaciones y el intercambio intelectual con mis colegas del Instituto Milton H. Erickson de Santiago, psicólogo Sebastián Castro y María Elena Viveros.
Agradezco a mi amiga, la Licenciada Sandra Ostropolsky, de Mendoza, su constante apoyo, acicate intelectual y su amistad incondicional que me ha acompañado por más de una década, y que nos ha unido en la búsqueda de conocimiento operativo para fortalecer a quienes solicitan nuestra ayuda terapéutica.
Agradezco al Doctores Ernest L. Rossi, Michael D. Yapko, Jeffrey K. Zeig y Scott D. Miller, sus semillas en los distintos Seminarios que han dictado en Santiago, y que me han motivado a profundizar en sus ideas y trabajar en la sistematización del “enfoque ericksoniano” y en su integración con los distintos enfoques de terapia breve.
Agradezco a todos los alumnos con los que he trabajado en Santiago, Concepción, Talca, San Luis y Mendoza, sus interesantes interrogantes que han mantenido vivo en mí el interés por desentrañar y hacer accesibles a los psicólogos latinoamericanos las ideas de Erickson y sus seguidores.
Y especialmente agradezco a los pacientes que han acudido a mi consulta, y que sin saberlo me han permitido entregarles distintas estrategias y crear junto a ellos terapias que les han posibilitado un mejor pasar por esta vida. Sin la práctica de la psicoterapia con esas innumerables personas jamás hubiese podido descubrir mi capacidad para empatizar con ellos y la gracia de mi creatividad…
Introducción
Como muchos de mis colegas, supe de Milton H. Erickson a través de la lectura de Terapia No Convencional de Haley. Realmente quedé impactado con ese volumen, pero ¿dónde o con quién podía aprender esa terapia tan inusual y la “hipnosis” a la cual hacía referencia el autor? Además, mi dominio del inglés era más que pésimo y veía como algo imposible conseguir traer a Chile el texto anterior de Haley, Advanced Techniques of Hypnosis and Therapy: Selected Papers of Milton H. Erickson, publicado en 1967.
Mientras escribo esta Introducción en un Notebook en el año 2002 –muy distante del año 1984 en que Erickson vía Haley cayó a mis manos– escuchando el CD Dreams de Kitaro a través de la misma computadora portátil a la cual está conectado a un ya no tan actual, pero muy usado, Subwoofer, vine a mi mente la verdadera odisea y acecimiento de hechos fortuitos (“¡sincrónicos, Mario, sincrónicos!”, me diría Carl Jung), que me llevaron a escribir este volumen.
Al igual que el aprendiz de “brujo”, entendiendo poco o casi nada del “arte” del “maestro”, intenté osadamente emular a Erickson en un caso clínico, y ¡suerte de principiante! las cosas funcionaron. Y digo “suerte de principiante”, porque nada menos que usé un acercamiento de “shock psicológico” con esa cliente, y la terapia fue maravillosamente breve y exitosa. Sin embargo, ya que en mi trabajo profesional he intentado ser “serio” y actuar informadamente, y no “consumo” modas, decidí abstenerme de imitar a Erickson de ahí en adelante.
Cuando poco meses después tuve la fortuna de leer y estudiar la fotocopia del libro Cambio de Watzlawick y sus colaboradores, aunque Erickson “prefaceaba” ese libro, no logré encontrar ninguna similitud entre lo que allí estaba escrito y el fabuloso texto de Haley.
En el año 1988 tuve la oportunidad de integrarme a un Grupo de Estudios de “Hipnosis Ericksoniana” dirigido por Dorothy Bowie, norteamericana avecindada en Chile desde hacía casi 40 años. A través de la delicadeza y ternura de Dorothy, pude comenzar poco a poco a adentrame en la vasta obra de Erickson.
No cabe duda que comenzamos a estudiar a Erickson como comenzaron todos sus discípulos… atraídos por la palabra mágica “hipnosis”. Claro que en lugar de tener que peregrinar a Phoenix, bastaba con fotocopiar y comenzar a estudiar los innumerables volúmenes que Dorothy traía de Estados Unidos… ¡los Collected Papers!... ¡Hypnotherapy!, y muchos más. Ahí comencé a percatarme que hacer hipnoterapia no era nada de fácil, a la vez que toda la literatura estaba en inglés… Así fue como comencé a enseñarme a traducir para poder leer esos textos y compartir mis descubrimientos con mis colegas en el grupo de estudios.
La lectura de los artículos en el idioma original de Erickson, además de mostrarme que había sido pésimamente traducido al castellano, me permitió percatarme de la extraordinaria agudeza y sensibilidad de ese terapeuta. Incluso recuerdo una noche en que soñé que iba a atenderme con Erickson en su casa… yo estaba en la sala de espera, muy ansioso por esa visita… creyendo que Erickson con sólo mirarme sabría todo lo importante de mi caso… desperté antes que me atendiera… sin embargo, me pregunto, ¿qué procesos curativos habré colocado en marcha yo mismo sin percatarme en esa espera interminable…?
Podría afirmarse que el camino que recorrimos los miembros del Instituto Milton H. Erickson de Santiago ha sido una verdadera senda histórica: aprendimos los primeros “pases” lingüísticos hipnóticos de la mano de Grinder y Bandler (Trance-Formation); luego nos apoyamos en Ernest Rossi (Hypnotic Realities e Hypnotherapy), para continuar el estudio de los fenómenos hipnóticos con Michael Yapko en su, ya clásico, Trancework. Y de ahí saltamos a The Answer Within de los Lankton y sus Tales of Enchanment. También me “devoré” Mi voz irá contigo de Rosen y Un seminario didáctico con Erickson de Zeig.
Sin embargo, ¿qué relación tenia todo eso con los artículos en los cuales Watzlawick hablaba de la “hipnoterapia sin trance”? Ni Rossi, ni Zeig, Yapko o los Lankton –para que mencionar a Grinder y Bandler, y a Rosen–, ¡ni el mismo Watzlawick! lograban mostrarme de modo didáctico la relación entre la terapia de Erickson y el modelo desarrollado en el MRI.
Cuando logramos formar nuestro Instituto en 1991, comenzamos, como era obvio, a enseñar la “hipnosis ericksoniana”, y muy lentamente comenzamos a vislumbrar que Erickson era un estratégico del MRI en lugar de un hipnotista inusual.
Tuve la comprensión que andábamos por el camino errado cuando trajimos a Yapko a Chile en 1996 a dictar un curso que titulamos “Hipnosis y depresión” (¡que nombre más absurdo!)… Cuando peregrinamos a Phoenix al 5° Congreso Ericksoniano en 1992, en ese viaje, además de ser una experiencia inolvidable para mi, el contacto con todos los grandes de la “hipnoterapia ericksoniana” y de la terapia estratégica no me permitió hacer el “click” que necesitaba para comenzar a colocar en orden las piezas que no me encajaban.
Cuando en 1996 ví trabajar a Yapko algo ocurrió en mi, aunque no fui consciente de ello. La forma que venía enseñando a Erickson en el Instituto, seminarios y en la universidad, comenzó a cambiar paulatinamente, y un colega me hizo notar que mi discurso en las clases en Mendoza y en San Luis estaba cambiando desde que había estado en lo de Yapko.
Y como ocurre con esos procesos internos que se incuban lentamente, mi nueva mirada del enfoque Ericksoniano hizo su irrupción y me fue posible comenzar a integrar su hipnoterapia con los enfoques de terapia breve.
Este volumen ha sido para mi la oportunidad de colocar por escrito en una forma “académica” las distintas ideas que he venido desarrollando desde 1997, y que escribí junto a mis “alter ego” en Hipnópolis (el Organo No Oficial de la Asociación de Institutos Milton H. Erickson del Cono Sur), una Revista que envié por e-mail durante más de un año a mis amigos, en donde muchos de los tópicos que analizo en este libro
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