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El Paciente Esquizofrenico


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2012  •  5.835 Palabras (24 Páginas)  •  614 Visitas

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EL PACIENTE ESQUIZOFRÉNICO

La palabra esquizofrenia, que significa escisión de la mente y por extensión escisión de la personalidad, constituye una descripción tan acertada, que se le identifica con la naturaleza misma de la enfermedad. Desde la perspectiva psicoanalítica se considera a la esquizofrenia un fenómeno regresivo en el que la retirada de la realidad es llevada al extremo.

El origen de la esquizofrenia es producto de la desorganización del yo. Puesto que la realidad, tal como la conocemos, es normalmente un producto de la función del yo; al verse éste desbordado, dicha realidad se debilita (Lowen, 1985, p. 351).

El término de esquizofrenia fue introducido por el psiquiatra suizo Bleuler en 1911, pero este trastorno ya fue identificado por el psiquiatra alemán kraepelin en 1896 bajo el nombre de "demencia precoz", queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil.

Sin embargo Bleuler observó que no era así en todos los casos y consideró más apropiado dar el nombre de esquizofrenia como una escisión en la asociación de ideas o como una retirada de la realidad y la vida social. El término de esquizofrenia desde el enfoque cognitivo-conductual significa en sí "mente partida“. (Vallejo J. A. 1997)

La edad de aparición está comprendida entre los 15 y los 45 años, aunque suelen comenzar al final de la adolescencia, también hay casos de aparición en la infancia, que suelen enmascararse con problemas escolares o de mal comportamiento.

El síndrome de la esquizofrenia es variado en su psicopatología, su psicodinámia, su etiología y su curso clínico. Dos pacientes diagnosticados ambos como esquizofrénicos parecerán acaso totalmente distintos. Esta variabilidad ha conducido a la comprensión de la esquizofrenia no como una sola entidad, sino como un grupo de entidades clínicas.

El paciente esquizofrénico padece trastornos en diversas áreas de la función psicológica. La dificultad más aparente puede comprender patrones de conducta y relaciones interpersonales manifiestos, procesos mentales subjetivos o inclusive regulación fisiológica.

El paciente esquizofrénico presenta un trastorno en la regulación y la expresión de sus afectos o sus emociones. Además, la experiencia emocional subjetiva del paciente podrá estar disminuida, aplanada, o embotada. También, experimenta dificultad para expresar y comunicar las respuestas emocionales de las que se da cuenta.

Gradaciones más sutiles del tono sentimental se pierden, y la emoción que emerge parece a menudo exagerada. Los sentimientos cordiales y positivos son esporádicos e inseguros. En alguna forma, el paciente los teme, como si su existencia independiente proseguida se viera amenazada por el hecho de sentir ternura por otra persona. Por regla general, el paciente esquizofrénico sentirá más libremente afecto por alguien con quien tenga poco contacto real, o a quien los demás considerarán acaso muy por de bajo suyo.

De acuerdo con Lowen (1985) en la estructura de carácter histérico siempre se halla la sensación profunda de haber sido dañado. Esta sensación inconsciente es tan intensa que determina el comportamiento del sujeto, que adopta la actitud inconsciente de no estar dispuesto a ser dañado nuevamente (p. 275).

Otra de las características que se presentan en el esquizofrénico de acuerdo con Lowen (1985) es el de la despersonalización. Esta pérdida de contacto con la totalidad del cuerpo o una parte de él constituye una pérdida de contacto con la realidad. A veces, la persona tiene la impresión de estar mirándose a sí misma desde fuera del cuerpo o desde lejos. Con mayor frecuencia, la despersonalización se limita a una parte del cuerpo que es percibida como una estructura ajena (no perteneciente al yo) e incluso situada bajo el control de otra voluntad (p. 344).

En MacKinnon y Michels (1973) encontramos que en el carácter oral:

La despersonalización desempeña una función defensiva en estados depresivos más agudos. Los aspectos familiares de la identidad personal del paciente parecen extraños. Este ya no sigue experimentando sus relaciones físicas o emocionales como parte de sí mismo y, en esta forma, se protege de sentimientos dolorosos. A menudo, el sentimiento de vacuidad e irregularidad es experimentado por él mismo como desagradable (p. 164).

El paciente esquizofrénico tiende a ser una persona solitaria y disgustada. La ausencia de placer, caracteriza su vida entera, aunque raramente constituya la dolencia alegada.

Otro aspecto en común con el histérico es el sentido de aislamiento, de falta de contacto con la vida. Aunque los movimientos parecen adecuarse a la realidad, carecen de toda relación emocional con ella. Suelen ser mecánicos, automáticos, e inertes. Es como si los movimientos tuviesen lugar en el vacío (Lowen, 1985, p. 256).

Muchas de estas conductas se presentan en el orden de nacimiento correspondiente a los hermanos de en medio, ya que ellos tienen tendencias a la despersonalización a causa de los múltiples roles que tienen que cumplir en el ambiente familiar. De acuerdo con R. W. Richardson y L. A. Richardson (1999) En los hijos únicos suele suceder que también la complacencia de todos sus caprichos y la constante soledad a la que están expuestos proporcionan una ambiente de vacuidad y de despersonalización también.

De la misma forma el esquizofrénico comparte algunas características con el paciente depresivo, ya que sufre también de una disminución tanto en su actividad motora como en sus procesos mentales, caracterizándose entonces, por un ritmo lento en movimientos cotidianos que a la vez le producen gran agitación y lo agotan. Sus actividades gnósicas se ven disminuidas, lo que lo lleva a un aislamiento mental y social.

Por una parte anhela el cariño de otros, pero deja de corresponder en una forma que recompense a la otra o refuerce la relación. Tiende a aislarse, no sintiéndose apto para buscar a los demás, o podrá buscar activamente amigos y compañeros, sólo para enajenárselos con su aferramiento y la constante preocupación de sí mismo. Quizá esto pueda ser semejante a lo que W. R. Richardson y A. L. Richardson (1999) describen sobre todo si el sujeto es un hijo único, ya que está acostumbrado a estar solo y verá en esta soledad su refugio más seguro, aunque esto descenderá si se trata de otro orden de nacimiento, por ejemplo, los hermanos menores de hermanas

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