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El Proceso Grupal Diferentes Enfoques

MCHR18 de Marzo de 2012

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El Proceso Grupal.

Cuando hablamos de grupos es inevitable, estar atentos a los procesos dinámicos que se viven dentro del mismo, su evolución, fases y los diferentes enfoques teóricos que se han dedicado a estudiar éstos. Además de la relación existente entre el grupo y la persona (cohesión y membresia), cuyos temas serán abordados en el presente trabajo.

Según Hansen, Werner y Smith (1981), “Los grupos son complejos sistemas sociales en los que muchísimas variables cambian simultáneamente”. Por ende al momento de preparar un grupo, es fundamental tomar en consideración los siguientes aspectos:

• Escenario: es el lugar apropiado para que el grupo se reúna. Debe ser cómodo, privado y libre de distracciones. Que le permita a los participantes verse los unos a los otros. Si es un grupo que necesita más seguridad, en estas primeras sesiones se puede colocar una mesa que los separe. Si el grupo va a ser grabado se le debe notificar.

• Tamaño: es recomendable que los grupos de terapia estén constituidos por 7 a 8 personas, con límites extremos de 5 y 10 personas. Los grupos muy pequeños dejan de operar como grupos. Además las oportunidades para usar la dinámica, se reducen. Los grupos grandes limitan el tiempo que se puede implementar para la atención de cada individuo, propician la formación de sub grupos de rompimiento y redicen las interacciones entre sus miembros. Tomando en consideración que los grupos en etapas tempranas sufren un proceso de deserción de uno o dos miembros aproximadamente, el orientador debe iniciar el grupo con un número algo mayor de participantes.

• Selección: los miembros deben ser cuidadosamente seleccionados por el orientador para aumentar la probabilidad de éxito del grupo. Seleccionar a personas que deseen entrar al grupo una vez conocidas, teniendo claro que se espera de ellas en el grupo y que puede esperar ella de la experiencia; la mayor parte de estos miembros poseen una membresia voluntaria y están interesados en ayudarse unos a otros.

• Composición del grupo: heterogéneo vs. Homogéneo. Los grupos homogéneos se vuelven cohesivos más rápidamente, ya que presentan: asistencia regular, menos conflictos y frecuentemente se respaldan unos a otros. Sin embrago, es más probable que permanezcan en una relación superficial. Las cuatro áreas importantes como elementos de homogeneidad grupal son: nivel intelectual (los menos cultos pueden ser desplazados y sentirse fuera de lugar), edad y sexo (en determinados grupos vale la pena agruparlos por edad y genero por las diferencias en la maduración entre género en determinadas etapas de la vida y similitud de problema).

Por otra parte, Los grupos heterogéneos aseguran que ocurra la máxima interacción entre sus miembros, implica una selección cuidadosa. Es recomendable en este tipo de grupos incluir personas de otras culturas y creencias, más de un miembro para que sienta el apoyo de un igual y para que el grupo enfrente el trabajo con las minorías. La escuela psicoanalítica sugiere colocar características de personalidad parecidas o confrontadas, en el caso de poseer las herramientas para este diagnóstico en las entrevistas de selección.

• Grupo cerrado o abierto: en los grupos cerrados no se admiten nuevos miembros. En los abiertos, se admiten nuevos miembros en reemplazo de los que se retiran. El que un grupo sea cerrado está generalmente vinculado al número de sesiones delimitadas que durará. Mientras los grupos abiertos por tener duración indefinida sus miembros van variando en el transcurso del tiempo.

• Duración: Las sesiones de reunión grupal, no tiene un tiempo estipulado, sin embargo, se recomienda que oscile entre 90 y 120 minutos, para que los miembros interactúen de forma productiva. Asimismo un número determinado de sesiones permite a sus integrantes darse cuenta del crecimiento obtenido, la desventaja puede ser que en este tiempo el grupo no se sienta satisfechos en sus metas tanto individual como grupal.

• Entrevista preparatoria: Se trata de la reunión previa en la que el orientador especifica a los participantes: lugar, duración, número de sesiones y proceder del grupo. De igual manera, es el espacio propicio para chequear expectativas sobre el grupo. Es importante comunicar que el grupo funcionara como un microcosmo en el cual reproduce en gran medida las interacciones que se tienen fuera de él.

• Estructura: Se refiere a las metas, las tareas y actividades planteadas para el grupo. Se dice que situaciones menos estructuradas procuran mayor profundidad en la comprensión de las relaciones psicológicas entre los participantes, a la par de generar mayor ansiedad. Por ello, se plantea que para facilitar el desarrollo del grupo en un inicio debe en algunos aspectos mantenerse la estructura.

Luego de conocer los diferentes aspectos que se deben tomar en cuenta al momento de conformar un grupo, es fundamental estar atento a los cambios y procesos dinámicos que se den dentro del mismo. Por lo tanto, distintos autores se centraron en el estudio de las diversas etapas por las cuales transcurre un grupo, evidenciándose las siguientes:

1. Etapa uno - Iniciación del grupo: Es una etapa caracterizada por la dependencia hacia el facilitador y la inseguridad sobre el cómo actuar dentro del grupo. Progresivamente los individuos se involucrarán más con los otros aceptando su influencia. Los aspectos a ser considerados en esta etapa son:

La relación: El orientador debe proponerse generar situaciones que reduzcan la amenaza a los miembros con actitudes facilitantes como la calidez y aceptación del miembro. Dando a cada uno de sus participantes un trato igualitario.

Establecimiento de las metas: Se trata de establecer los resultados a los que quiere llegar el grupo. Ryan (1973, c.p. Hansen y cols. 1981) propone funcionalizar las metas con el fin de obtener: homogeneidad en el interés compartido en el grupo, expectativas realistas, mayor motivación e interdependencia al descubrir metas compartidas.

Identidad del grupo: Cada individuo tiene una imagen distinta sobre el grupo, sin embargo, existen elementos convergentes en la mente de cada participante desde donde se construyen las metas y los patrones esperados de conducta, generando orden y seguridad en el grupo, y una identidad.

Zaleznok y Moment (1964 c.p. c.p. Hansen y cols. 1981) propuso cuatro dimensiones que brindan identidad al grupo, estas son: ubicar al grupo en tiempo y espacio (ubicación geoespacial, que coloca de alguna manera al grupo en la rutina del participante), Expectativas (teñidas por las experiencias pasadas se refiere a los papeles y roles que cada miembro toma dentro del grupo), Símbolos (elementos identifican a la gente como participante de un grupo: uniformes, logos, etc.) y Membresia (las características de las personas aceptadas internamente en el grupo por su disposición para alcanzar las metas y participar en el proceso). También planteó, tres determinantes de la identidad de grupo: la cultura (se refiere a la herencia social que cada individuo trae al grupo, relacionado con sus costumbres), la finalidad del grupo (son los propósitos u objetivos que persigue el grupo y con los cuales sus miembros se sienten identificados) y la identificación con el líder (el grado de aceptación del líder facilita la cohesión).

Implicación en el proceso: el grado de compromiso que cada participante tiene. La disposición para implicarse emocionalmente y con disposición al aprendizaje, esto está afectado por los temores individuales que pueden colocar a la persona en una participación superficial para evitar el riesgo de exponerse, en términos del material personal que presenta al grupo, para ellos deben estar presente condiciones facilitantes como la empatía del líder y el respeto.

2. Etapa Dos - Conflicto y Confrontación: La insatisfacción de los miembros del grupo con relación a la funcionalidad del éste se hace manifiesta, al igual que la discrepancia entre los “yoes” reales de los individuos y las imágenes estereotipadas del grupo, lo que conllevan al conflicto. En esta etapa surge la crítica a conductas y actitudes de los miembros. Se presenta:

El ataque al líder por no cumplir el rol esperado, en especial por no decir qué hacer, es decir, por no dar instrucciones de forma directiva.

La Resistencia: manifestada a través de los ataques a los temas a tratar ,y va dirigida al grupo o al líder. Esto aparece en respuesta a la ansiedad provocada por las interacciones y el proceso de concientización que se va logrando a partir de la autoexploración. La situación más compleja es enfrentar al grupo con sus resistencias, cuya consecuencia de no ser bien manejada, puede acarrear la desintegración del grupo.

3. Etapa Tres – Cohesividad: es la etapa de compromiso, en esta emergen los sentimientos de identificación con el líder, la tarea y el grupo. El espíritu grupal es de cooperación y compromiso. Se desarrollan patrones de: influencia (son más visibles los miembros que han colaborado con el avance del grupo), comunicación (tiempo y frecuencia en las participaciones de cada integrante), subagrupamiento (después del conflicto quedan a la vista las personas con las que más se identifica el participante y también con las que menos, aumentando su interacción con las primeras), toma de papeles (el papel en el que funciona cada individuo para la funcionalidad del grupo, se destacan los papeles de ayuda) y sentimientos interpersonales (se fundamenta en la conducta y comunicación entre los miembros para poderla deducir).

Esta etapa debe ser superada pues es una etapa de mucho afecto y poca producción, el grupo

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