El Psiquismo Y Su Complejidad Por Piera Aulagnier
sildanioa12 de Agosto de 2013
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PIERA AULAGNIER
El psiquismo y su complejidad
Según Piera, el aparato psíquico se constituye a partir del intercambio que el niño establece con el adulto que lo asiste. “La madre (o quien cumpla esa función), a través de un vínculo de amor y dependencia, fija las normas de acceso al placer alrededor del cual el andamiaje psíquico comienza a desarrollarse.” Este modelo de aparato psíquico pensado como un sistema abierto en constante intercambio con el medio que lo rodea. En la niñez y en la adolescencia, el aparato psíquico está en vías de constitución, así como el cuerpo crece, el psiquismo se produce.
La actividad psíquica según Piera está conformada por el conjunto de tres procesos: originario, primario y secundario. Estos tres modos de funcionamiento psíquico no están presentes desde un comienzo, sino que se suceden temporalmente, y cada uno de ellos incide en los posteriores. Éstos están vigentes durante toda la vida, y se distinguen por una actividad que los representa.
* Proceso originario: comienza a funcionar en el recién nacido a partir de la necesidad de la psique de reconocer la cualidad placentera o displacentera de los estímulos. Los sentidos le van a dar al psiquismo naciente información libidinal: presencia o ausencia de placer. Se rige por el autoengendramiento que es la propia actividad de representación la que crea el estado de placer y la que engendra al objeto causante del mismo. La vivencia del bebe es que es él quien engendra, quien crea el pecho materno.
La actividad que representa este proceso es el PICTOGRAMA, que es el sello de este encuentro inaugural del recién nacido con la madre, y el encuentro del naciente aparato psíquico con su propia corporeidad. El concepto de pictograma implica que no hay diferenciación entre zona y objeto, estos son complementarios; si las marcas se instauran bajo el signo de placer, zona y objeto se fusionan, boca-pecho (pictograma de fusión). Por el contrario si prevalece el displacer, lleva a la inscripción de un pictograma de rechazo.
* Proceso primario: la actividad preponderante es la FANTASÍA. Se caracteriza por la relajación imaginaria de deseos para evitar el sufrimiento producido por la ausencia del vínculo inicial constituyente. La separación del mundo externo se concreta cuando la mirada y el placer de la madre se depositan en otro lugar. Así, le impone al niño la existencia de otros espacios. Mediante la fantasía el niño se apropia de dichos espacios, los reproduce, y considera que los posee. Este proceso comienza a funcionar a partir de la necesidad de la psique de reconocer la existencia de un espacio separado del proprio.
* Proceso secundario: se caracteriza por la aproximación del niño a una diversidad de acontecimientos sociales, como el contacto con pares, escolares, etc. La actividad que caracteriza este periodo es la REPRESENTACIÓN ideica o enunciado. Se instalan el desarrollo del lenguaje y del pensamiento.
Conceptualizaciones para una teoría de la intersubjetividad
Subjetividad: integridad psicosomática contextuada en una genealogía, entendiendo al sujeto como activo. Se reconocen 3 dimensiones de la subjetividad: intrapsíquica (conjunto de representaciones icc que conforman el mundo interno del sujeto), intersubjetiva –intergeneracional (intercambio vincular que se establece entre padres e hijos y pares), transgeneracional (lazo de unión con la cadena generacional, abuelos).
El grupo familiar es una instancia que provee al niño de las funciones primordiales para la constitución de procesos psíquicos saludables. Se tiende a promover la investigación histórica familiar, entre ellos se mencionan:
* La construcción de la escena originaria: conjunto de operaciones psíquicas que realiza el niño para poder historizarse ligado a los padres, ubicándose como causa y consecuencia, como producto de placer que liga a los padres entre sí y con él mismo. La escena originaria se constituye como una alianza simbólica que une dos líneas genealógicas distintas, es una construcción imaginaria que realiza el niño de modo anticipatorio, respecto de la unión entre ambos padres y de la relación de ambos con él.
* Trabajo de filiación – afiliación: un trabajo elaborativo de aquello recibido, heredado; y también un desasimiento. El niño debe metabolizar que los padres forman parte de un grupo que los antecede, y que ese grupo tiene una historia a la cual debe articular la suya.
* Contrato narcisista: es una operación simbólica cuya función está vinculada al encadenamiento generacional. Cada sujeto es eslabón de una cadena generacional. Se definen dos figuras: del ancestro y del sucesor. La figura de ancestro agrupa los mitos de origen, por otro lado, el sucesor, es representado en la figura del porvenir (el hijo que advendrá). Los mitos de origen se constituyen como anclajes, le permiten al grupo tener una coherencia, un lugar de memoria en común. Se va a signar un contrato que garantiza que los nuevos integrantes reproduzcan mitos en común, promoviendo la continuidad del grupo al cual pertenecen; a cambio, el grupo le otorgará un lugar en el entramado familiar.
Al inscribirse esta categoría, el niño accede a la historicidad.
* Portavoz: Piera sitúa la figura de la madre como vocera de la genealogía, de los enunciados identificatorios. La madre es la portavoz de las representaciones ligadas al padre, dona sentidos al niño, y es portavoz del discurso sociocultural al que pertenece la pareja parental y sus propias familias de origen. Los enunciados emitidos por la voz materna son tomados por el niño y constituyen el yo parental.
* Cuerpo imaginado o sombra hablada: son enunciados que se anticipan a la enunciación que el propio niño hace de sí mismo. Son enunciados que tienen que ver con el anhelo maternal referido al niño. La madre inviste al niño representándolo. No hay cuerpo psíquico sin esa historia, que es su sombra hablada. Esto nos lleva a otro concepto de Piera que es el trabajo psíquico materno estructurante y anticipatorio: Violencia Primaria: sería la acción mediante la cual se instala en la psique del niño una forma de pensamiento, elección, o circulación y descarga del placer, motivados en el deseo que impone la madre. Esta acción es estructurante para el devenir subjetivo del niño. La Violencia Secundaria representaría un exceso perjudicial y nunca necesario para el funcionamiento del yo. Se le impone al niño una elección, un pensamiento motivados por el deseo materno. Este exceso si se consuma, anula la capacidad de pensamiento autónomo del niño. Desconoce lo propio del niño, imposibilidad de reconocer al otro en su dimensión de alteridad, el psiquismo del niño es colonizado.
La categoría del tiempo en la adolescencia
Piera plantea que hacer con lo heredado, para enfrentar el devenir. . Para crear un proyecto futuro es necesario anclar en el pasado infantil. El devenir del sujeto no es sin historia. La historia no es mera repetición, no es lineal, incluye lo azaroso.
Investir el pasado para enfrentar el futuro es una tarea del yo en la adolescencia.
Recibir una herencia es un punto de partida de un trabajo psíquico. Aquello que recibimos, adquiere un nuevo sentido
La creación de la propia historia implica un pasaje de firma, del yo parental (yo infantil), a la construcción de la propia biografía. Piera conceptualiza la existencia de tareas de reorganización, trabajos de poner en memoria y en historia el tiempo pasado. Podemos pensar la memoria como un sistema múltiple de huellas que se reactualizan y se retraducen, un sistema afectivo libidinal. La historia y la memoria se entraman en una red libidinal interpelando al sujeto con experiencias psíquicas y afectivas. Hay un permanente trabajo de construcción y reconstrucción de un pasado vivido, a cargo de un “yo historiador”.
Piera postula la creación de un fondo de memoria como un conjunto de representaciones psíquicas que remite a un memorizable afectivo de la historia infantil. El fondo de memoria, guarda aquellas experiencias valiosas, por la intensidad afectiva que conllevan, para evitar el desinvestimiento, el olvido de las mismas. El fondo aporta dos funciones a la historización:
* Ser garante en el registro identificatorio: referencia al sujeto al sistema de parentesco (genealogía) al cual pertenece, garantizándole continuidad al yo a pesar del cambio y movimiento permanente.
* Construcción del capital fantasmático: el cual está conformado por un caudal de representaciones que Piera denomina conclusivas. Las mismas se fijan y depositan en la memoria bajo la forma de recuerdo. Los recuerdos son las inscripciones psíquicas que se construyen a partir del encuentro con el otro.
Se define a este capital, como el conjunto de improntas afectivas, producto de las primeras experiencias a las cuales el sujeto va a recurrir para investir lo nuevo. Es un anclaje afectivo, que posibilita la conformación del espacio relacional; donde se ubican las elecciones de objeto por fuera del mundo familiar. Para que estas elecciones de objeto se produzcan se requiere de la constitución de un capital fantasmático.
Para Piera la subjetividad de constituye a partir del encuentro con otros.
Registro identificatorio y espacio relacional se acompañan interactuando en una dialéctica permanente, ambos constituyen lo reprimido. La constitución de lo reprimido, es el trabajo psíquico que define lo recordable de lo no recordable. El fondo de memoria por otra parte, marcará lo modificable
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