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Psiquismo Fetal

susanalozano24 de Marzo de 2013

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Susana Lozano Enériz

MTPCCATINT111B

INDICE

• Introducción. (pág. 2)

• Desarrollo cerebral prenatal. (pág. 4)

• Estrés y depresión durante la gestación. (pág. 5)

 Estrés y desarrollo neurológico del feto

• Consecuencias del estrés. (pág. 8)

 Parto prematuro y bajo peso

 Muerte fetal

 Alteraciones congénitas

 Alteraciones de la conducta

• El parto también estresa. (pág. 10)

• Primeros hallazgos acerca de la vida intrauterina. (pág. 11)

• Educación emocional desde el útero. (pág. 13)

 Vínculo y comunicación con el bebé intrauterino

 Estilos de apego y representaciones maternas durante el embarazo

• Una nueva disciplina denominada “Orígenes Fetales”. (pág. 22)

• Psiquismo fetal. (pág. 23)

 La vida intrauterina como origen del psiquismo

 El funcionamiento psíquico prenatal

• Personalidad de la madre. (pág. 35)

• Estimulación prenatal. (pág. 39)

 Bases científicas

 Técnicas

 Beneficios

 Investigaciones

• La sociedad frente al nacimiento. (pág. 42)

• El aborto. (pág. 45)

• Servicios de salud frente al embarazo y parto. (pág. 47)

• Conclusiones. (pág. 49)

• Bibliografía. (pág. 53)

INTRODUCCIÓN

El modo en que el bebé se desarrolla en el vientre marcará su vida. Se sabía que el alcohol, el tabaco y una mala alimentación incidían negativamente; ahora la ciencia ha ido más allá y ha descubierto que las emociones de la madre durante el embarazo también desempeñan un papel esencial.

Se sabe que el desarrollo del feto depende, en buena medida, del bienestar de la madre. De si esta práctica algo de deporte, sigue una buena alimentación, no toma drogas ni alcohol. Pero, ¿y qué hay de las emociones? ¿Afectan los sentimientos de la madre al niño? Durante mucho tiempo se creyó que no, que el feto ni sentía ni padecía en el útero de su madre, felizmente protegido por la placenta. No obstante, numerosos estudios científicos realizados en las últimas décadas están poniendo de manifiesto que el estado emocional de la madre durante la gestación va a afectar la salud mental del bebé a largo plazo. Que una madre depresiva, ansiosa o estresada puede influir en el coeficiente intelectual de su hijo y predisponerlo para que tenga más riesgos de padecer problemas tales como la hiperactividad o el síndrome de déficit de atención.

A lo largo del embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios equiparables a los de la adolescencia con la diferencia de que se producen en meses. Tras la concepción, los órganos de la madre emigran a otras regiones, se amontonan unos contra otros para dejar espacio al cigoto, que se desarrolla a velocidad de vértigo con una serie de mecanismos de diferenciación y proliferación celular, y se transforma en un organismo complejo, con tejidos altamente especializados: el bebé.

También aparecen cambios emocionales traducidos en variaciones bioquímicas, ya que las emociones se asocian a la segregación de hormonas particulares. Y aunque no se puede demostrar al ciento por ciento, existen numerosos y potentes indicios de que el desarrollo del bebé en el útero de la madre va a determinar la vida que tendrá de adulto. Y en esto se ha visto que influye la alimentación de la madre, o su estado físico, y también, su salud emocional. Existen muchos reclamos comerciales que te dicen que el embarazo es una época muy bonita, pero desde un punto de vista estético. Sin embargo, no se hace hincapié en lo humano. Se empuja a la gente a comprar cosas para el embarazo para estar guapas, para cuidar el cuerpo, pero se informa muy poco acerca de cómo conectar corporal y emocionalmente con el bebé, con la idea de que tienen un niño creciendo dentro y de que sus emociones van a influir en su desarrollo.

Durante los nueves meses de gestación, la mujer pasa por una serie de controles médicos, pero nadie le pregunta cómo está a nivel emocional o qué tal está con su pareja. Sigmund Freud fue el primero en percatarse de la importancia de los sentimientos de las madres; se dio cuenta de que las primeras etapas de la maternidad tenían efectos a largo plazo en la psicología del niño. Y que la educación emocional de los hijos no empezaba cuando estos nacían, sino en el útero.

Las mujeres embarazadas, en su mayoría no tienen los conocimientos necesarios sobre la importancia de una buena y adecuada salud mental durante el periodo de gestación, así como el impacto de la misma sobre la formación del nuevo ser, pues estas pueden influir en la arquitectura cerebral del concebido y en su operatividad cerebral, regulando nuestro su sistema inmunológico, estados emocionales, habilidades intelectuales, personalidad y maneras de enfrentarse a la vida.

La influencia de la experiencia intrauterina es de fundamental importancia para el desarrollo mental y emocional de las personas, por ello se tiene la certeza que el desarrollo evolutivo se extiende a lo largo de toda una vida. Aún más, se reconoce que hay un desarrollo de vital importancia antes del nacimiento y el inmediato posterior al nacimiento.

Y es través del presente trabajo, que se analizará el desarrollo del cerebro fetal, influencia de los estados emocionales (estrés y depresión) de la gestante en la organización y arquitectura cerebral e influencia de los lazos afectivos y la estimulación prenatal en el funcionamiento cerebral.

El embarazo es un periodo de grandes modificaciones metabólicas, hormonales e inmunológicas, considerablemente perceptibles por la mujer desde el inicio de la gestación. Desde el punto de vista psicológico, la gestación supone un importante cambio en la vida de la mujer, y se deben emplear todos los recursos posibles para que la madre pueda enfrentarse a los cambios del embarazo y del nacimiento, y elabore estrategias para llevar a cabo el cuidado del recién nacido, facilitando el vínculo que establecerá con el nuevo hijo.

Diferentes investigaciones han analizado en qué medida los múltiples aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales, influyen en cómo se desarrolla el embarazo, el parto, el puerperio, la maternidad y el vínculo afectivo, siendo aún escasos los estudios que profundizan en el área psicológica.

DESARROLLO CEREBRAL PRENATAL

Desde el día 18, el cerebro comienza a desarrollarse, formando las células nerviosas que más adelante darán lugar a las neuronas. Durante este proceso, el feto produce más células neuronales de las que necesitará al nacer, muchas de las cuales morirán si no son estimuladas. Por eso, cantarle, hablarle y ponerle música es esencial para ayudarle a potenciar su inteligencia. También su correcto desarrollo depende de la nutrición de la madre durante el embarazo.

Primeras semanas

El cerebro es el órgano más complejo del bebe y empieza a desarrollarse a los 18 días de la concepción, a partir de un abultamiento en un extremo del tubo neural. A medida que las células nerviosas unen sus fuerzas, se forman pliegues y oquedades, y las diferentes partes del cerebro asumen las distintas funciones del prosencéfalo, mesencéfalo y cerebelo. En cuanto esto sucede, ya se puede decir que la estructuración básica del sistema nervioso fetal está en posición.

Segundo trimestre

En este período el sistema nervioso sigue siendo relativamente inmaduro, la base del mismo se desarrolla desde las 16-18 semanas. La primera actividad cerebral que se registra se produce a las 7 semanas, coincidiendo con los primeros movimientos fetales. Las ondas cerebrales se vuelven más regulares después de las 10 semanas. La primera distinción de los tipos de ondas cerebrales se produce a las 20 semanas.

Las neuronas del bebé se multiplican a un ritmo de 250.000 por minuto. Estas células están conectadas a millones de axones (las prolongaciones neuronales que transmiten los impulsos nerviosos desde los cuerpos celulares) a modo de un entramado de cables en un circuito. Hacia la semana 25 la mayoría de los axones ha llegado a su destino, de modo que el entramado neural básico ya está en su totalmente en su lugar.

Durante el desarrollo, el cerebro produce el doble de células de lo que necesita el bebé. Billones de ellas están laxamente conectados y necesitan ser estimuladas para establecer conexiones con otras. El exceso de células que no sea estimulado no se conectará y morirá. Se trata de un proceso natural que tiene lugar en torno al octavo mes, de modo que no hay que esperar a que nazca el bebé para empezar a estimular su capacidad mental potencial: cuantas más conexiones se produzcan en el útero, menos células nerviosas morirán, y por el contrario se potenciaran habilidades intelectuales y emocionales.

Tercer trimestre

Aproximadamente, en la semana 27 la superficie cerebral aumenta, pero sigue siendo lisa. Se produce un brote de crecimiento para aumentar el número de neuronas, desarrollar las dendritas (las proyecciones del cuerpo celular que reciben los impulsos de otras neuronas), aumentar las conexiones sinápticas (descargas químico-eléctricas que liberan neurotransmisores) entre las neuronas, y desarrollar las vainas grasas de mielina (una capa aislante que se forma alrededor de los nervios permitiendo la transmisión rápida y eficiente de impulsos a lo largo de las neuronas) que protegen los axones.

En la semana 30 la superficie cerebral ya ha formado surcos

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