El Pueblo
elsiejoelys28 de Septiembre de 2013
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Oronzo Giordano “Religiosidad popular en la Alta Edad Media”, Ed. Gredos, Madrid, 1983
INTRODUCCION
La religiosidad popular. Paganismo y cristianismo. la conversión. El catecumenado
Pag.9: “Conocemos la religiosidad popular sólo indirectamente, a través de las reprimendas y amonestaciones del clero, más atento a los aspectos negativos, aberrantes y no conformes con sus directrices, preocupado por las desviaciones de piedad oficial y por las prácticas supersticiosas de tantas mulierculae, de tantos rustici, de tantos idiotae. El paganismo de estas masas, que nos ha llegado casi de rebote, representa la religiosidad reprimida, combatida y castigada con todas las sanciones espirituales y materiales.”
Pag.12: “También las clases aristocráticas y la multitud de los funcionarios públicos, mientras ostentaban aún una fe y un respeto al Olimpo nacional, se entregaban gustosos a los cultos domésticos y a todas las experiencias que el sincretismo religioso de la época les ofrecía con tanta –pag.13- variedad y con promesas de salvación personal, reafirmando así el valor del destino individual del hombre. Del Oriente venían siempre cultos y religiones nuevos, que en general se convertían en legitimi por reconocimiento estatal y, latinizándose, acababan luego por fundirse en el único concepto que estaba en la base del genium Urbis y de la Fortuna histórica de Roma; la majestad del emperador, siempre augustus et invictus, absorbía y expresaba al mismo tiempo cualquier otra divinidad.”
Pag.13: “Pero el pueblo, a todos los niveles sociales, extraño a este fenómeno político de asimilación, seguía más fiel a la propia piedad hacia sus Dioses domésticos, sus Númenes tutelares, a los que se sentía más íntima y más interesadamente cercano, mientras la nueva religión, el nuevo culto, permanecía siempre externus en todos los sentidos.”
Pag.14: “En el momento de abrazar la nueva fe (bautismo), se le pide al neófito una renuncia explícita y formal a la vieja, junto con una declaración de apostasía total; el rito mismo de la iniciación, acompañado de particulares exorcismos, está constituido por la fórmula de renuncia y de negación a la que sigue el baño lustral; después, toda la vida del neófito, como itinerario del alma, deberá ser una conversión continua.”
Pag.16: “La religiosidad popular de base, expresión espontánea de la masa, no apostata, no se niega ni renuncia a sí misma; asume connotaciones nuevas, se desarrolla en el tiempo y en el espacio en contacto con experiencias nuevas y en condiciones diferentes.”
Pag.19: “<<El fenómeno espiritual, social y político del fin del paganismo –escribe P. Hadot- se extiende desde el siglo I d.C. hasta el IX.... se trata de un proceso lento, que ha conocido alternancias de aceleramientos y retardaciones, de flujos y reflujos. En general se cree que el paganismo fue batido y liquidado completamente por el cristianismo, mientas que probablemente la realidad histórica es mucho más compleja... más que hablar de fin del paganismo, sería preciso hablar de una fusión entre éste y el cristianismo>>”.
P. Hadot, La fine del paganesimo, en H. Ch. Puech, Storia delle religioni, Laterza, Bari, 1977, vol.4, pág.87.
CAPITULO I
Fiestas paganas. Liturgia cristiana. El domingo
Pag.23: En Roma : “También en el culto de Mitra había funciones cotidianas: todos los días se adoraba a Mitra, cuya estatua se despertaba al son de las campanillas; se reunían así los fieles para la iniciación de los neófitos y para el banquete ritual que indicaba su integración total en la comunidad. El día festivo de Mitra era, como para los cristianos, el domingo, que se celebraba con el descanso y con la participación en la liturgia.”
Pag.24: “...en una escultura de Heddernheim se ve al Sol ofreciendo un gran racimo de uvas a Mitra, que tienen en la mano un cuerno para beber el vino; las puntuales correspondencias con el análogo rito eucarístico...”
Pag.33: “Con el paso del tiempo tampoco mejoró el comportamiento común de los fieles en la iglesia.”
Pag.34: “Cuatro años después, el concilio de Narbona establecía para los transgresores del descanso dominical...”
La Misa. Usos litúrgicos. Eulogia y Magia
Pag.36: “El cristiano del período carolingio no reza, sino que recita de memoria o, si es capaz de hacerlo, lee en las horas y en los días establecidos un número de salmos del salterio; <<rezar>>, en este período, se expresa con las palabras psallere et patere, es decir, recitar cierto número de salmos y de padrenuestros.”
Pag.37: “En el período carolingio hay una emblemática evolución en la praxis litúrgica: el altar, que antes se hallaba entre el pueblo y el celebrante, el cual ofrecía el sacrificio vuelto hacia la asamblea, con la que dialogaba y rezaba, ahora se adosa definitivamente al ábside. En consecuencia, el sacerdote debe dar la espalda a los fieles, que quedan abandonados, al otro lado de las colañas de la balaustrada, a la mecánica repetición de algunas fórmulas y de determinados gestos devocionales, y son excluidos de la liturgia activa y de la participación directa en el sacrificio. La misa se convierte en tarea y deber del sacerdote, que asume el papel de primer y exclusivo actor en la representación de un drama ritual, del que la masa de los fieles, espectadores pasivos, público reunido por obligación va comprendiendo cada vez menos.”
A tener en cuenta: en la época carolingia cada vez menos personas entienden el latín.
Pag.39: “La misa, inicialmente acto único y solemne de toda la cogregatio fidelium, se transforma en una práctica de un solo fidelis, que quiere su misa personal.”
Pag.40: “...el sacerdote es un funcionario, más que un intérprete y un mediador de la piedad popular, y se pone al servicio del que encarga la misma a cambio de una compensación en dinero.”
Pag.43: “En el sínodo Trulano II, del año 692, se prohibía una vez más el uso de la leche y de la miel para la misa.
Podemos recordar de paso que estos dos elementos eran bien conocidos y muy comunes tanto en la liturgia cristiana como en la pagana. Desde los primeros siglos del cristianismo, a los neófitos, el día del bautismo, se les ofrecía precisamente leche y miel; la costumbre se mantiene aún en algunos sitios: en tiempos de Jerónimo estaba bastante difundida, y sabemos que se prolongó hasta el siglo IX.”
Pag.43: “Pero ya en ciertos ritos del mitraísmo el uso de la miel era bastante común. Como es sabido, la iniciación mitraica preveía siete grados diversos, a saber: el Cuervo, el Esposo, el Soldado, el León, el Persa, el Mensajero solar y el Padre. En el rito iniciativo del León y del Persa, que estaban respectivamente bajo la protección de Júpiter y de la Luna, se echaba miel en las manos y en la lengua de los neófitos para limpiarlos de todo pecado, el <<Persa>> de modo particular estaba bajo la protección de la Luna, porque se creía que el satélite terrestre producía miel y hacía crecer los cereales.”
La Cruz y los crucifijos. Iudicia crucis y redditus crucium
Pag.44: Epoca carolingia: “Desde los orígenes, la cruz es considerada el emblema principal de la fe cristiana, y el signo de la cruz trazado con la mano sobre la propia persona es el gesto cultura más antiguo y más difundido. El cristiano no emprende una acción o cualquier trabajo sin signarse la frente con el símbolo de su fe: al ponerse en camino, al entrar o salir de casa o de cualquier otro lugar, al sentarse a la mesa, al encender las lámparas, al atarse los zapatos, la lavarse la cara, al acostarse, hace antes el signo de la cruz.”
Pag.44: La cruz : “Al valor simbólico une las virtudes apotropaicas contra las fuerzas del mal y contra todos los espíritus malignos que ponen continuas asechanzas contra el hombre y contra sus cosas. El signo de la cruz es profesión de fe, pero también una defensa y un antídoto, un gesto teúrgico.”
Pag.46: “Se puede pensar que las cruces, símbolo más familiar y cargado de particulares virtudes, fueran las primeras en ser reproducidas tanto en el interior como en la inmediata cercanía de cada habitación como objeto mágico-devocional.”
Pag.47: “La literatura hagiográfica y los diversos rituales hablan con frecuencia de cruces que se encuentran in civitate, in campis, in domibus. Las encon-tramos además junto a los manantiales, junto a determinados árboles o piedras o particulares, a lo largo de los recintos de pastoreo, en los cruces de los caminos.”
Pag.49: Durante la Alta Edad Media: “Ante la cruz huían aterrorizados y vencidos los espíritus malignos, se aplacaban las tempestades, cesaba el granizo o caía la lluvia pedida, se extinguían los incendios; gracias a ella, el campo daba buenos frutos, las mujeres eran fecundas, prosperaban los rebaños.”
Pag.51: “Las cruces, en definitiva, perdían con dificultad el inicial significado mágico y el valor apotropaico que les atribuía la creencia popular. Con el tiempo, de objetos piadosos pasan a convertirse en motivos ornamentales y decorativos, y como tales se difunden ampliamente sobre los sarcófagos, sobre las casas, sobre los monumentos. A nivel personal, empiezan a considerarse como simples portadores de buena suerte, muy pronto rebajados al rango de amuletos."
Las Cuaresmas. Ayuno y abstinencia. Ayuno mágico. La liturgia en plein air. Rito en honor del sol. Los eclipses lunares. El canto del gallo
Pag.58: Obligación de observar severos ayunos. Estas disposiciones se acompañaban de severos castigos
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