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El Sexo Que Se Calla


Enviado por   •  23 de Octubre de 2013  •  1.588 Palabras (7 Páginas)  •  608 Visitas

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EL SEXO QUE SE CALLA

Comenzare por decir, que este libro me pareció muy bueno y muy útil me llego en un buen momento, ya que en el caso que estoy viendo se ha comentado la posibilidad de que la paciente haya sufrido abuso sexual, y el modo en el que el libro está escrito tan explicito, me da un panorama más amplio para poder abordar este tema, al cual he de confesar que le tenía un poco de miedo por no saber cómo trabajarlo, y gracias a este libro, que mas bien me parece una guía, tengo más herramientas, a parte que me da un punto a tratar en mi terapia personal debido a las emociones y sensaciones que este tipo de problemática me genera. A continuación mencionare varios puntos que a lo largo del libro acapararon mi atención:

• El primer punto que me parece d suma importancia es la confianza que el terapeuta debe tener en el niño y considerar su historia cierta hasta no estar completamente seguro de que no es así.

• Los niños pueden presentar una enorme gama de conductas en respuesta a la agresión sexual, las cuales van desde lo positivo hasta lo negativo, algunos niños quizá parezcan débiles o neutros emocionalmente, mientras otros exhiban sentimientos positivos o incluso afecto hacia la persona que los ha traumatizado. Otros por el contrario, pueden mostrar emociones claramente negativas hacia los agresores, algunos reacciones con posibles manifestaciones somáticas: problemas de sueño, alimentación, micciones en la cama o reacciones fóbicas.

• Los efectos posteriores al hostigamiento pueden depender de una o varias de las siguientes variables: edad del menor, las condiciones psicológicas de la víctima, la experiencia o el conocimiento sexual, el tipo de agresión, agresiones repetidas, el hostigamiento por parte de un extraño o por parte de alguien conocido en quien el menor confía, reacciones de los demás, falta de confianza o apoyo y terapia.

• Los síntomas claves para tipificar los efectos del abuso sexual son: miedo, incapacidad de confiar, cólera y hostilidad, conducta sexual inapropiada, depresión, culpa o vergüenza, problemas en la escuela, problemas somáticos, problemas para dormir, problemas con la comida, conducta fóbica, conducta regresiva, conducta autodestructiva, conducta de escape.

• En las entrevistas iniciales, se debe tener especial atención y cuidado porque a menudo son momentos extremadamente sensibles que en muchos casos, pueden convertirse en puntos nodales en la dirección y el resultado del tratamiento.

• Cuando el trauma sexual es desconocido por los padres, el terapeuta debe proceder con considerable cautela si en la primera entrevista sospecha que efectivamente lo hay. La reacción de los padres de un niño sexualmente traumatizado al enterarse del hecho tiene impacto en cuán bien su hijo logre recuperarse del mismo. Dado que tales reacciones van desde un apoyo emotivo al menor hasta la rabia ciega o la falta total de apoyo o bien la negación del hecho, lo mejor es excluir al menor de la entrevista en la cual se informa a los padres de la agresión. El menor puede malinterpretar el dolor de uno de sus padres al oír los detalles como enojo hacia él o ella. Sin embargo, si el niño insiste en que alguno de sus padres este presente, recomendamos respetar sus deseos, a menos que exista una fuerte sospecha de que este sea el agresor, en cuyo caso la entrevista debería realizarse a solas.

• Una virtud de la entrevista a solas con el menor es que le puede servir como protección contra comentarios bien intencionados pero en realidad dañinos por parte de los padres. El terapeuta debe también considerar que el agresor puede ser un amigo que goza de la confianza de la familia cuya identidad el menor tal vez tema revelar en presencia de los padres. La mayoría de los niños encuentra consuelo si logra decir a un adulto lo que sucedió y este responde de manera apropiada, pues eso les muestra que son aceptados y que no hicieron nada malo. Las amenazas suelen lograr silenciar a un menor y hacerlo sentirse tremendamente culpable. Esto es cierto sobre todo en casos de niños con problemas de carencia de amor y atención.

• El terapeuta debe decir a las víctimas que no hicieron nada malo, y que toda la responsabilidad por lo ocurrido le corresponde al adulto que los agredió. Y tiene que ser especialmente sensible para comunicar al niño que el descubrimiento del abuso representa la posibilidad de encontrar ayuda y apoyo, y no la realización de su temor a la separación o culpabilización con que lo amenazo el hostigador. También el terapeuta debe averiguar las palabras que se usan en la familia para hablar de los genitales, lo mismo para orinar defecar; así el menor se sentirá más a gusto utilizando esos nombres.

• A demás de realizar la evaluación de la situación actual del menor, el terapeuta debe también investigar su sistema familiar

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