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El Yo Dividido

JadeSamira20 de Marzo de 2014

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INDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………………………………………………………3

¿QUÉ ES EL YO?...............................................4

TRATAR DE COMPRENDER LA PSICOSIS PUEDE NO SER TAN FÁCIL………………6

RELACIÓN TERAPEURICA – COSIFICACIÓN…………………………………………………………………10

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………………………………………………………………..12

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………………………………………………………..12

INTRODUCCIÓN

Lo que se presentará en las siguientes líneas es una concepción de la enfermedad mental, mejor conocida como psicosis entre los expertos de la materia, a través de las aportaciones de David Laing – autor del libro en análisis “El Yo Dividido” – y la visión misma de la autora de este ensayo. El responsable de estas ideas nuevas combinadas es Laing, quién tomando a manera de referencia su experiencia como psiquiatra intenta explicar a los lectores su concepción del individuo enfermo mental.

Este trabajo comienza con una explicación generalizada de lo que es el “yo”; para la mayoría de estudiantes es muy repetido este concepto puesto que la teoría freudiana es básica para la formación universitaria así que tal vez suene muy trillado. Si este trabajo llegara a manos de una persona que no está familiarizada con esos términos es muy probable que aun así logre entender los señalamientos que aquí se mencionan y ese fue uno de los motivos para hablar de ello. Desde el punto de vista de la responsable de este trabajo escrito, la importancia de comprender la función del yo así como lo que respecta a la identidad de las personas es demasiada para penetrar en el mundo del psicótico en conjunto con la psiquiatría.

Posteriormente se habla sobre la comprensión de la psicosis que de por sí a los psiquiatras les cuesta trabajo, a un sujeto que no está habituado con el contacto, mucho más. Y en el último apartado se dialoga relativo a la costumbre que tiene la sociedad para deshumanizar a las personas con conductas diferentes, no exceptuando a los médicos psiquiatras y terapeutas. Se les incita a hacer conciencia de que para que una persona conflictuada con su yo tanto como su ser en el mundo, mejore gradualmente, es necesario no dejarla caminar sola. Con una rutina encerrada y pastillas solo se le hace a un lado y lo que un experto en materia debe hacer es acompañarlo en su tratamiento, estimularlo y entrar en su mundo diferente.

¿QUE ES EL YO?

La pregunta es planteada de esta manera por los significados tan diversos que una persona pudiera encontrar. Laing se encargó de explicar cómo una persona se compone de “su ser en el mundo”; cómo ese mundo no existe sin el individuo ni él sin su mundo. Es prudente para mí hablar acerca de lo que el “yo” puede representar para los lectores. Se sabe que la mayoría de personas que tienen acceso a estas temáticas es porque son estudiantes de la materia – llámese psiquiatría, psicología o sus derivados – o porque desean empaparse de conocimiento referente a la psicosis por distintos motivos. La cuestión relevante en esta sección, es que varios interesados en el tema no tienen alguna información previa que puede ser crucial para la mayor comprensión de la psicosis, es decir, a los asistentes de la facultad se les brindan las principales teorías que explican los diversos comportamientos, así como la funcionalidad de los individuos; de manera que cuando escuchan en sí misma la palabra “yo” referida a la psicosis, en automático lo asocian a la información previamente aprendida sobre la materia. Se hace énfasis en desarrollar a grandes rasgos parte de las tópicas de Freud que ayudarán a penetrar a cualquier persona en las aportaciones hechas a lo largo de este trabajo.

Si se planteara la pregunta del principio en una encuesta al azar, nos encontraríamos inmersos en una gama de conceptos. Las respuestas diferirían desde la edad del encuestado hasta la escolaridad. Una alternativa sería que el yo es uno mismo compuesto por su vida propia – “me llamo Laura…Japhet…Corina… etc, ese soy yo” – otra podría ser un “egoísta”, o lo que “me diferencia del resto”, pero en este caso visto desde la perspectiva psiquiátrica-psicológica, no bastan esas frases para describir un “Yo”. Cuando expongo ese término como relevante, es porque lo considero muy profundo; una vez entendido de tal forma, probablemente facilitará la comprensión de la psicosis al lector.

Sigmund Freud es considerado entre los expertos de la materia, como el padre del psicoanálisis – no entraré a fondo con los postulados de dicha corriente porque además de su extensa información, no es el tema en cuestión-, teoría de la cual se desprende la idea de que el ser humano está dividido psíquicamente por tres estructuras que lo vuelven funcional intrapersonal e interpersonalmente. Cada parte de este sistema en mención, posee un nombre y como se dijo anteriormente, un función respectivamente.

La teoría expone que con una de ellas se nace – a esta Freud le llamó “ello” – y activa los instintos primitivos naturales del ser humano, es decir, se rige por el principio del placer; busca satisfacer las necesidades primarias como lo son, comer, dormir, defecar y tener sexo. En todas las personas se dan estas exigencias biológicas pero hablando psíquicamente, el ello no responde más que a la forma de complacerse. Las otras dos instancias que conforman una de las tópicas de Freud se mencionarán a continuación; el “yo” es aquel que mantiene un contacto con la realidad – ésta se refiere a la etapa del desarrollo en la que se forma una identidad propia como persona, cosa que se puede dar de distintas maneras dependiendo el contexto en el que se crece –, con el mundo social en el que se desenvuelve toda una masa de habitantes. Y por último el “superyó” que se crea una vez que el individuo se entera de lo que la sociedad demanda – normas sociales, principios morales etc... – sobre él; aunque él necesite satisfacer necesidades inmediatas de su organismo sabe que debe encontrar la forma idónea para hacerlo, respetando así las reglas de la socialización, o de lo contrario puede ser castigado por la ley del hombre si lo llamamos de alguna manera.

Después de esta leve explicación a cerca de la teoría freudiana, queda como finalidad el entendimiento de algunos términos psicológicos que se pronunciarán a lo largo de este escrito. Ahora se puede entender que el “yo” representa muchas cosas, pero en este caso, principalmente figura en la identidad de una persona dentro del contexto que le rodea; cuáles son sus sentimientos, ideologías, deseos y concepciones respecto al mundo.

TRATAR DE COMPRENDER LA PSICÓSIS PUEDE NO SER TAN FÁCIL

En el apartado anterior se habló demasiado de la identidad de una persona, se hizo de esa manera para comprender en alguna medida las consecuencias que un desequilibrio en el “yo” puede tener (temática que se desarrollará en seguida).

Laing toma una gran importancia a la percepción que cada persona tiene del mundo que le rodea, en especial de su propio mundo. Dejando a un lado las teorías psicoanalíticas, que declaran el hecho de que las instancias psíquicas son las que rigen la funcionalidad de un individuo – y que pueden no estar equívocas dependiendo la apreciación de cada quien – me gustaría tratar con los componentes de los que posee una persona. Más allá de un ello, superyó o yo, el universo de un sujeto tiene demasiadas partes que lo hacen un ser; si retomamos la identidad se diría que es lo que hace diferentes a las personas, pero no solo son diferentes externamente sino internamente que es lo que viene interesando en este trabajo. La manera de ver el mundo varía dependiendo la educación que se ha recibido en casa, el país en el que se crece, la cultura obtenida – incluso las tragedias o traumas del grupo social que implican el pasado – y lo que más queda marcado en la esencia del individuo es lo aprendido al lado de los cuidadores primarios – que en la mayoría de los casos son los padres – y que resulta de suma importancia para el desarrollo óptimo del sujeto. En el exterior puede tratarse de un niño que asiste al colegio más caro de la ciudad, posee muchos juguetes, asista a clases de piano y karate; pero en su interior solo es un pequeño al que no le importa el prestigio de su escuela, que solo le importa saber ¿Por qué sus padres no están del todo con él?, que le gusta la natación en lugar del karate aunque no sabe de qué manera comunicarlo, sin embargo lo que más le hace ruido es obtener respuestas a las interrogantes propias de su edad. Si dicho niño viviese en México probablemente le gustaría saber el porqué de la violencia y de los extremos cuidados que tienen con él, no obstante la ausencia de afecto directo. Por exponer un ejemplo ficticio, el anterior se acomoda muy bien para tratar de llegar al punto de comprensión necesaria; la identidad de esa personita está en formación empero no está a salvo de una perturbación precisamente porque comienza a darse cuenta de las cosas; él siente agrado por la natación y solo le importaría que su familia esté a su lado brindándole de seguridad y amor, más sin embargo para el resto de la

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