El modelo de conflicto, la versión psicosocial

El modelo de conflicto, la versión psicosocial

A estas alturas, se han sentado las bases a considerar sobre las teorías reales de la personalidad.  Ahora se conoce que la teoría de la personología se deriva de un interés en identificar y comprender las formas modeladas en que las personas son similares y diferentes entre sí. También se ha visto que los personólogos tienden a hacer declaraciones centrales, de desarrollo y periféricas y que, en el contenido de su teorización, los personólogos generalmente expresan uno de los tres modelos de comportamiento humano y que cada uno de estos modelos tiene dos versiones. Este capítulo considera las teorías de la personalidad que expresan la versión psicosocial del modelo de conflicto.

Ustedes recordarán que, en el modelo de conflicto, se supone que las personas se ven atrapadas continua e inevitablemente en el choque entre dos grandes fuerzas definidas como acción continua, necesariamente opuestas e invariables. De acuerdo con este modelo, la vida debe ser un compromiso, que en el mejor de los casos implica un equilibrio dinámico de las dos fuerzas y, en el peor, un intento predestinado para negar la existencia de una de ellas. En la versión psicosocial, una de las grandes fuerzas se considera inherente al individuo y la otra en grupos o sociedades. El principal ejemplo de este tipo de teoría es el de Freud, que discutiré primero, seguido de las teorías de Murray, Erikson y otros psicólogos del ego. Luego iré más allá de la psicología del ego al trabajo de Kernberg y Kohut y los teóricos de las relaciones objetales. Similar a Freud, estos otros teóricos se alejan un tanto de su noción de que el conflicto es continuo. Para Murray y los demás, una parte de la vida permanece libre de conflictos. Si bien sus teorías se alejan del modelo de conflicto psicosocial puro, permanecen lo suficientemente cerca para ser consideradas una variante.

La posición de Freud

Sigmund Freud (nacido in Moravia, 1856; murió en Londres, 1939) se perfila como un gigante tanto para sus defensores como para sus detractores, por lo que es difícil verlo objetivamente incluso en nuestros tiempos. No obstante, hay que intentarlo. Freud estaba profundamente comprometido con su trabajo, familia, amigos, colegas y principios. Desde joven mostró una brillante inteligencia, la tenacidad y la independencia que lo marcaron por grandeza y el resultado del rechazo social. Freud, un médico que se alejó del énfasis médico ortodoxo en las causas físicas de la enfermedad, promulgó opiniones que parecían no aconsejables para la mayoría de sus colegas. Durante la mayor parte de su vida, Freud fue considerado un fanático obsesionado con el sexo, y la comunidad médica le negó el reconocimiento. En defensa, Freud cerró aún más su círculo de admiradores, insistiendo en su lealtad a sus principios teóricos. Debido a que los puntos de vista de Freud constituían una especie de desvarío intelectual por su edad, con sus valores victorianos, bochornosos y obsoletos, no es sorprendente que fueran rechazados, incluso si eran el resultado directo de sus observaciones de pacientes.

Desde el principio, Freud y su círculo interno enfatizaron la causa mental de ciertos males y se dedicaron a desarrollar una terapia para la mente en lugar de para el cuerpo. Tanto por su cuenta como a través de su grupo, Freud ha ejercido una gran influencia en la personología. Tan intensa fue la interacción entre los miembros del círculo interno, principalmente médicos jóvenes, enérgicos y ambiciosos, y su líder visionario, aunque algo paternalista, que en momentos existían discusiones. Alguno que otro miembro de este extraordinario grupo abandonaba o era expulsado. Era un elogio para Freud que su impacto intelectual en ellos hacía que estos expulsados por lo general, desarrollasen sus propias teorías influyentes que reflejaban sus parecidos psicoanalíticos.

El legado teórico de Freud es complejo. Escribió mucho, cambió de opinión a menudo y dejó muchos cabos sueltos donde no podía decidir entre las alternativas teóricas. Además, ha sido explicado numerosamente por aliados y enemigos por igual, así como por revisionistas interesados ​​principalmente en usarlo como una base respetable para sus propios pensamientos. He adoptado una estrategia selectiva que se centra en Freud mismo y en sus ideas principales en lugar de en declaraciones paralelas e incursiones exploratorias, por interesantes que sean.

Declaración básica de Freud

Freud ve la tendencia central de la vida como la tendencia a maximizar la gratificación instintiva mientras minimiza el castigo y la culpa. Harías bien en reflexionar por un momento sobre el sentido común de esta idea. Piensa en la última vez que quisiste hacer algo egoísta y te preocupaba que te lastimaran si te sentías o te sentías inmoral por haber tenido el deseo en primer lugar. Si su deseo era lo suficientemente fuerte, no podría resolver su conflicto simplemente diciéndose a sí mismo que no lo cumpliría. Y si resolvió el conflicto actuando solo en la parte de su deseo que no incurriría en el castigo de los demás o la culpa interna, tenía una base intuitiva, aunque hogareña, en la experiencia personal para comprender lo que Freud quería decir.

Por supuesto, Freud tenía en mente un concepto de conflicto más formal y preciso del que se puede comprender completamente al observar experiencias simples de este tipo. Como verá más adelante, algunas de las ideas de Freud no pueden ser confirmadas por un análisis introspectivo. En cualquier caso, cuando se mira desde un punto de vista formal y teórico, la tendencia básica de vida de Freud incluye una posición sobre (1) los instintos, (2) las fuentes de castigo y culpa, y (3) el mecanismo de defensa mediante el cual los instintos se satisfacen mientras se evita el castigo y la culpa.

Los instintos. Freud postula una serie de instintos comunes a todos los seres humanos como un aspecto inherente e inmutable de la naturaleza humana. En mi terminología, los instintos de Freud son características fundamentales de la personalidad. Aunque discute tres tipos de instintos, todos tienen la misma forma general, diferenciándose solo en el contenido. Todos los instintos tienen una fuente, un tipo de energía o fuerza motriz, un objetivo y un objeto.

Componentes de un instinto. La fuente de un instinto está invariablemente enraizada en el carácter biológico del organismo, en el proceso mismo del metabolismo. Freud (1925) dice:

Por la fuente de un instinto se entiende el proceso somático que ocurre en un órgano o parte del cuerpo y cuyo estímulo está representado en la vida mental por un instinto. No sabemos si este proceso es regularmente de naturaleza química o si también puede corresponder a la liberación de otras fuerzas, por ejemplo, mecánicas. El estudio de las fuentes de los instintos queda fuera del alcance de la psicología (p.66)

Por lo tanto, el instinto no es el proceso corporal en sí mismo, sino la representación mental de él. Freud deja claro que las manifestaciones psíquicas, como los pensamientos, los deseos e incluso las emociones, se expresan y dependen de las actividades y procesos corporales. Es por esto que muchos personólogos han denominado la teoría de Freud como biológica en lugar de psicológica. Pero mientras su énfasis es biológico, Freud ciertamente considera los instintos influyentes a través de su control sobre la vida mental.

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