El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL ECUADOR

FACULTAD DE PSICOLOGIA

ADMINISTRACION

NOMBRE: JOSÉ LUIS LÓPEZ

FECHA: 24/10/16

"El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo"

Albert Einstein

El tema sobre la concepción de la inteligencia ecológica en la actualidad que plantea Goleman en su libro es importante porque, en primer lugar, los diversos puntos de vista que genera este nuevo concepto permite crear redes de comunicación más amplios para determinar caminos viables para que las personas puedan convivir con el entorno en el que viven; en segundo lugar, desde su postura psicológica se puede visualizar un amplio contenido de participación, integración y cambio en cuanto a la apertura sociocultural y ambiental; y, finalmente porque, el análisis de las diversas consideraciones de la inteligencia ecológica brindará la opción a nuevos incentivos y motivaciones para experimentar una nueva forma de vivir el cotidiano en la sociedad. En este contexto, la tesis que sostendrá este ensayo se define como una visión en tanto a la funcionalidad y lo que significa tener una inteligencia ecológica de forma individual y social. El desarrollo de la tesis supondrá los siguientes argumentos: primero, una comparación de la adaptabilidad del ser humano a través del tiempo; segundo, el impacto de la cultura de consumo que se ha instaurado en la actualidad en tanto al desarrollo evolutivo del individuo; y, tercero, una explicación del contenido y finalidad de la inteligencia ecológica para la relación del ser humano con la naturaleza.

El hombre mantiene una estrecha relación bidireccional con el ecosistema en el cual vive, es decir, la manera en la que actúa como especie humana puede llegar a afectar a su entorno; y a su vez, lo que sucede a su alrededor tiene un efecto sobre el hombre. Cabe mencionar que a lo largo del tiempo la naturaleza ha tenido cambios significativos, y las personas han logrado adaptarse a los mismos mediante sus propios recursos. Sin embargo, en la actualidad a medida que la tecnología avanza, se ha podido determinar que las personas se vuelven más dependientes de estas nuevas formas de supervivencia que la era tecnológica ofrece, sin considerar los efectos negativos que ello podría producir. Esto ha hecho que se vaya estableciendo una cultura de consumo, ya que, como se mencionó, se venden artefactos que aparentemente son imprescindibles para la vida de un individuo; pero que en realidad son productos que ahorran la energía y actividad que una persona podría realizar por sí sola frente a cualquier evento.

“La vida moderna disminuye tales habilidades y sabiduría; a principios del siglo XXI, la sociedad ha perdido contacto con lo que tal vez sea la sensibilidad singular decisiva para nuestra supervivencia como especie.”  (Goleman, 2009, pág. 44) Es decir, se ha determinado que esta cultura de consumo, más allá de ser un beneficio, resultó como un de deterioro progresivo de la adaptabilidad de las personas frente a la naturaleza; la razón principal es que la producción de dichos productos conlleva una serie de subprocesos, que representan una cadena interminable de daños ecológicos, falta de uso de recursos propios del ser humano y en general representan mercancías nocivas para la salud.

El psicólogo Daniel Goleman, en congruencia con su pensamiento de que la inteligencia ecológica abarca una inmensa cantidad de información, decide realizar una investigación y publicarla. En el texto afirma que la inteligencia ecológica representa una excesiva cantidad de información, obtenida a través de la experiencia, la práctica y el trabajo realizado en áreas ecológicas; por medio de esto se puede conocer lo que implica un conocimiento más amplio de la inteligencia ecológica. Toda esta información es necesario que sea manejada no solo por una sola persona, sino que debe ser difundida; debido a que, se necesita de una cooperación coordinada para que se ralentice el proceso de deterioro que se está manifestando en el planeta tierra. Se entiende como inteligencia ecológica, a la comprensión y entendimiento de las consecuencias que implican las decisiones y el cotidiano de la vida de cada individuo en el entorno, y de esta manera, en la medida de lo posible elegir lo más óptimo y beneficioso para la salud del planeta; de igual forma este proceso debe suponer empatía con el resto de seres vivos y ecosistemas para lograr un trabajo en conjunto.

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