El papel de la escuela en el desarrollo del adolescente - Javier Onrubia

La escuela constituye uno de los escenarios en que los adolescentes ocupan buena parte de su tiempo, sea directamente (estando en ella) o indirectamente (realizando tareas relacionadas con la actividad escolar).

A causa de este tema surgen algunas incógnitas como por ejemplo: ¿Influye la escuela en los cambios que atraviesan los adolescentes que asisten a ella? ¿Es la escuela un motor de esos cambios o es solo un testigo? ¿Es la escuela un “campo de juego” básico del desarrollo adolescente o este se produce en otros espacios (los amigos, relaciones de pareja, televisión, familia)? ¿Es tarea de la escuela el apoyar el desarrollo global de los adolescentes o queda fuera de su responsabilidad y debe ser abordado desde otras instancias (la comunidad, familia, etc)?

Asumiendo lo complejo que sería responder estas preguntas de manera tajante y precisa, se propone algunos elementos de reflexión y tomas de postura al respecto, las cuales se ordenan en cinco tesis, las cuales se verán a continuación;

La transición adolescente: Desde los inicios de la segunda década, los niños han experimentado un conjunto de cambios corporales que los transforman en individuos adultos con la capacidad para la reproducción. El acceso a esta capacidad biológica tiene que ver con el carácter cultural que presenta el desarrollo y comportamiento de los individuos: la continuidad de la especie implica la transmisión de padres e hijos no solo de cierta herencia genética sino también de una herencia cultural como lo serían los modos de vida y la relación con el entorno.

Para acceder al estatus adulto hace falta adquirir capacidades y formas de comportamiento vinculadas a la posibilidad de hacerse cargo de la tarea de transmitir a los descendientes la herencia cultural. Algunos serían las capacidades del propio cuidado y mantenimiento económico y material, además de la independencia emocional hacia los padres. En algunas personas la distancia entre el acceso a la madurez sexual y a la condición adulta es pequeña, en estos grupos (sociedad de nivel bajo) la reproducción sexual se da cuando los jóvenes dominan las capacidades necesarias para obtener alimento, atender sus necesidades materiales y cuidar a los niños pequeños; en cambio en las sociedades industriales el estatus adulto se produce de manera más retardada con respecto a la posibilidad de reproducción y se caracteriza en que el individuo es adulto biológicamente pero no socialmente.

La adolescencia es un proceso psicológico y social que se produce en algunos grupos humanos y que supone la transición del individuo del estatus infantil al adulto; el cual se relaciona pero debe distinguirse con claridad de lo que denominamos “pubertad” el cual se constituye por cambios físicos que termina con la maduración de los órganos sexuales y la capacidad biológica de reproducción.

Construcción personal y mediación social en la transición adolescente: La manera en que los adolescentes afrontan y resuelven la transición hacia la vida adulta no es la misma entre ellos, ni los procesos de cambio son iguales entre ellos, cada joven experimenta cosas distintas de una manera u otra y así mismo las sobre lleva y logra afrontar pero esto no significa que esos cambios no se entrelacen de cierta manera. Esas diferencias se vinculan a dos grandes tipos de factores, primero los recursos con que el adolescente parte y afronta los cambios y segundo la forma en que se relacionan e interactúan los adolescentes con otros que están pasando por los mismos cambios, además de las personas con las que tienen contacto en su entorno cotidiano.

A partir de esta etapa los adolescentes tienen que adoptar nuevas actitudes como lo son la vinculación con sus padres, el lugar que ocupan en la familia, el cómo se ven a ellos mismos ya sea positivamente o de forma negativa y sobre todo el notar que es lo que espera la sociedad de ellos. Para que un joven pase una transición adecuada y sana hacia la edad adulta es necesario que posea normas de relación interpersonal adecuadas, con las que se vean apoyadas para así afrontar esta etapa de la mejor manera y como consecuencia se instruya a toma de mejores decisiones.

Los contextos en que el joven se desenvuelve o lleva a cabo sus actividades diarias, es de suma importancia debido a que cuando se ve sometido a un grado alto de exigencia o falta de apoyo y orientación y sobre todo, cumple un papel que no le corresponde, provoca que este se frustre y sienta como un tormento su transición a la etapa adulta. Dos de los ejemplos establecidos por la investigación de la importancia social en la transición del joven son : el desarrollo de las capacidades intelectuales asociadas al pensamiento formal el cual está comprobado que no surge espontáneamente sino que requiere una experiencia previa en dominio de contenidos y tareas, además se me delimitado por el nivel de escolarización y cultural; segundo, la relación entre el adolescente y su núcleo familiar da como resultado en sus investigaciones que existe una relación entre nuevas formas y niveles de autonomía personal con los estilos de relación y disciplina empleados en el contexto familiar.

La escuela como contexto básico de apoyo a la

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