Enayo De Apego

"No importa cuánto hagas o dejes de hacer, si esa persona no quiere estar contigo no lo estará y a la inversa si esa persona de verdad quiere estar contigo ahí estará."

Y con esta frase comienzo con uno de los diálogos internos que suelo tener y que esta vez quise compartir con ustedes.

Por mucho tiempo vivi con temor al abandono o a la perdida de las cosas y fue hasta que comprendí que en esta vida nada es estático que todo siempre está en movimiento, y que por lo tanto nada es para siempre, todo tiene un principio y un fin, fue hasta entonces que comencé a reconfigurar mis pensamientos y a darme cuenta de que la frase del inicio es totalmente cierta.

Quiero hablar de los apegos, de estas creencias que tenemos hacia las cosas, las personas y hacia todo lo que tenemos con nosotros, esa creencia de que esto a lo que estamos apegados debe durar para siempre, y que el hecho de perderlo sería algo totalmente insoportable para nosotros y que sin eso no podríamos continuar.

Pero puedo analizarlo y darme cuenta que esto es una falsedad, pues recuerdo cuantas veces perdí cosas y personas, en cuyos momentos pensé de esa manera, pero ahora justo en estos momentos donde ha pasado ya bastante tiempo, me doy cuenta que mi vida no se detuvo, yo seguí adelante con o sin tal o cual cosa o persona, y apuesto que si ustedes perciben esto en sus propias vidas se darán cuenta que así es.

Pero qué es lo que pasa, por qué tenemos esos pensamientos?

La cosa tal vez no resulta tan simple de identificar o al menos no lo fue para mí, pero puedo hablar de lo que aprendí; y aprendí que detrás de cada apego hay un miedo, ese miedo a perder lo que nos da felicidad, tranquilidad, estabilidad, y detrás de ese miedo existe un déficit, algo que nos hace falta.

Para empezar, me pregunto por qué pensar que algo externo nos hará felices, o nos dará tranquilidad o estabilidad, si todo esto no es más que una sensación y como sensación es nuestra, es interna está en nosotros, por lo tanto creo que desde ahí está una falla, al creer que la fuente de mi felicidad está fuera de mí y no en mi interior. No hablo de no asombrarse por las cosas o de las personas, tampoco hablo de no alegrarse por algo que te ocurre a ti o alguien querido me refiero a no depositar mi felicidad en algo externo, sino de darme cuenta que yo soy el dueño de mis emociones y que yo decido si estoy feliz o estoy triste, pues de lo contrario sería esa persona o cosa quien guiaría nuestros cambios emocionales y no nosotros mismos, y al menos desde mi punto de vista, mi vida es mía y yo decido a dónde quiero llevarla y cómo quiero vivirla.

Continuando con esa falta de algo que nos lleva a apegarnos a las cosas o a las personas puedo decir que de nuevo, esta falta o déficit se encuentra en nuestros pensamientos, en esas ideas que tenemos sobre lo que debería ser o deberíamos tener para ser felices o estar bien, por ejemplo el pensar que para ser feliz necesito estar con alguien o tener algo especifico y la falta de esto me genera el sentimiento contrario, infelicidad e insatisfacción. Es entonces donde se genera el apego ya

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