¿Enfermedades Mentales? Estructuras En Psicoanálisis

En la psiquiatría y la psicología se habla

de las llamadas “enfermedades mentales”.

La depresión, los trastornos, las neurosis,

las fobias y otros se clasifican dentro de

ciertos parámetros médicos y a cada uno

se le asigna un tratamiento específico.

El psicoanálisis no habla de enfermedades

mentales sino de tres estructuras psíquicas

generales: neurosis, perversión y psicosis.

Cada una implica una forma subjetiva

de posicionamiento en el mundo.

Cuando nos encontramos con una persona que nos hace enojar o nos desespera, con frecuencia decimos “es una histérica” o “está neurótico”. En últimas fechas, en todos lados escuchamos acerca de la creciente cifra de personas enfermas con depresión, u otros trastornos, y nos preocupa padecerlos también.

Ante esto, cabe reflexionar: la depresión, las fobias, los miedos ¿son realmente enfermedades similares a una colitis, una gripa o la diabetes? ¿o se trata de algo más allá de lo meramente biológico y, por tanto, no se puede clasificar tal cual como una enfermedad? La respuesta dependerá de la disciplina desde la cual se responda.

Psiquiatría y psicología: enfermedad

La psiquiatría parte de una visión médica y biológica, tal como lo explicamos en nuestro artículo de septiembre Psicoanálisis, psiquiatría, psicología. Sus estudios y tratamientos se enfocan en lograr el bienestar orgánico, ¿quién de nosotros no acude con un cardiólogo cuando siente dolor en el pecho? Ciertamente la mayoría, y es responsable de nuestra parte hacerlo.

Los conceptos de salud y enfermedad médicos se extienden a lo psíquico y emocional. Para un psiquiatra, hay salud mental cuando los componentes químicos del cerebro están en balance y, lógicamente, cuando no están equilibrados, se habla de una enfermedad mental.

Los psiquiatras hacen diagnósticos basándose en manuales como el DSM. De ahí provienen la mayoría de los conceptos designados como enfermedades mentales: histeria, trastorno bipolar e incluso depresión. Estos diagnósticos se han infiltrado en la cultura popular y por eso ahora forman parte de nuestro léxico.

La psicología se basa en gran medida en la visión médica pero agrega un componente social para determinar una enfermedad: el comportamiento normal. Cada corriente psicológica fija diferentes parámetros de lo que constituye un comportamiento normal y adecuado dentro de una determinada cultura, sociedad y época.

Vemos entonces que tanto la psiquiatría como la psicología hacen una diferenciación importante entre la salud mental y la enfermedad mental. El tratamiento para ambas disciplinas implica erradicar la enfermedad mental, como si se tratara de un tumor, y modificar el comportamiento hasta que se ajuste a ciertos parámetros.

Psicoanálisis: estructura psíquica

El psicoanálisis parte por un camino radicalmente diferente. Aunque no se menosprecia la ayuda que pueden tener los medicamentos psiquiátricos para apoyar a un paciente, el psicoanálisis no se basa en la una visión de enfermedad mental, sino en el de una estructura psíquica.

¿A qué nos referimos con estructura psíquica? En términos sencillos podríamos decir que la estructura es la posición subjetiva que tiene cada persona; es decir, son los “lentes” mediante los cuales vemos el mundo y nos relacionamos con él.

A manera de ejemplo, podemos decir que así como el esqueleto da forma al cuerpo, la estructura psíquica tiene una función similar: es un modo de entender los eventos exteriores para, dependiendo de la estructura, determinar el lugar que ocupan en lo interior.

Nuestra estructura psíquica se consolida en los primeros años y se mantiene a lo largo de toda la vida. Cada una se crea dependiendo de cómo sea la relación entre el niño y su madre, entendiendo “madre” como la persona (hombre o mujer, pariente o no) responsable del cuidado primario del niño.

La estructura y sus manifestaciones (depresión, fobias) no se consideran una enfermedad, sino que son los cimientos mismos de la persona. Freud comentó en uno de sus artículos que

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