Ensayo De La Anorexia Y Bulimia
joysflores31 de Octubre de 2013
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Introducción
Los trastornos como la bulimia y la anorexia nerviosas, son por desgracia, cada día más frecuentes en la juventud actual y afectan de una manera más importante a las jóvenes.
La anorexia y la bulimia son un trastorno en la alimentación que puede producir incluso la muerte, cabe mencionar que este padecimiento suele presentarse en su mayoría en las mujeres en cuyo caso es difícilmente corregible, que ocurre como consecuencia de un problema patológico.
A lo largo de este trabajo presentaremos información sobre estos trastornos abarcando las definiciones de bulimia y anorexia, las causas que conllevan a que una persona a desarrollar estos trastornos, sus respectivas consecuencias, estadísticas que muestren en que población se dan más casos de personas con bulimia y/o anorexia y para complementar la información, casos reales de personas que han pasado por alguno de ellos y sus experiencias personales.
Pretendiendo con esto y una campaña sin fin de lucro, la prevención de los trastornos de la alimentación mediante el estudio de las causas y las acciones que se pueden llevar a cabo para la mejora de la nutrición y alimentación, la imagen corporal, el auto concepto y autoestima, o la asertividad y las habilidades sociales de los jóvenes.
Anorexia Nerviosa
El término anorexia proviene del griego a-/an- (negación) + órexis (apetito, hambre; deseo) y se emplea, en general, para describir la inapetencia o falta de apetito
La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
Las personas diagnosticadas de anorexia nerviosa presentan un índice de masa corporal (IMC) y peso corporal muy inferiores a los correspondientes a su edad, altura y sexo (por debajo de 18-19 se considera bajo peso y de 17 infrapeso severo). Este bajo índice de peso corporal viene ocasionado en más del 50% de los pacientes, además de por la privación alimentaria, por el abuso descontrolado de laxantes o diuréticos, generación de vómito autoinducido y sesiones de ejercicio extenuantes con el fin de perder peso.
En todos los casos los pacientes no suelen ser capaces de reconocer su problema de delgadez extrema, dado que no son conscientes de su estado, negando de forma categórica su condición, e incluso aislándose de las personas cercanas porque consideran que quieren hacerles “engordar más”, y que el problema de visión de la realidad lo tiene su entorno y no ellos. Es un factor de riesgo para la enfermedad de Wernicke.
Tipos de Anorexia
Se diferencian dos tipos de anorexia, observándose en ambos grupos de pacientes un pequeño porcentaje que presenta un único episodio aislado, un porcentaje mucho mayor adopta un patrón fluctuante y alternativo de ganancia de peso y recaída, y un último grupo no supera el primer episodio y desarrolla deterioro crónico a lo largo de los años.
Independientemente del tipo de anorexia nerviosa desarrollada, diversos estudios han demostrado que estos pacientes suelen presentar patrones de depresión y ansiedad previos al desarrollo del trastorno, los cuales se mantienen o, incluso, aumentan, a lo largo de la enfermedad y, en un porcentaje significativo, persisten una vez superada la anorexia, especialmente la depresión.
Anorexia nerviosa restrictiva
Se trata de un cuadro clínico donde los pacientes logran un bajo peso a través de dietas muy restrictivas, ayuno muy prolongado, y abundante ejercicio de intensidad elevada. Estos pacientes no recurren a atracones compulsivos y purgas posteriores.
Anorexia nerviosa purgativa/compulsiva
Son pacientes que recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas (vómitos, laxantes, diuréticos…). Existe un subgrupo que no presenta atracones pero sí recurren a la purga de forma sistemática. Debido a la pérdida del control de los impulsos propio de este grupo, estos sujetos son más susceptibles de padecer una mayor variabilidad emocional, así como de sucumbir al consumo de sustancias adictivas (alcohol, tabaco, etcétera).
Población
Se calcula que se presenta en una de cada 100 mujeres entre las edades de 16 y 18 años de edad. Del cinco al 10 por ciento de los adolescentes a los que se les diagnostica la anorexia son varones. Inicialmente se encontró mayoritariamente en las familias de clase media y alta, pero ahora la anorexia se encuentra en todos los grupos socioeconómicos y en una variedad de grupos étnicos y raciales.
El trastorno suele iniciarse entre los 14 y 18 años de edad, pero en los últimos tiempos está descendiendo la edad del inicio. Esta patología es de muy rara aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor porcentaje a las chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Empieza a extenderse hacia menores de 13, quienes registran factores de riesgo encaminados a estas patologías mortales.
Como promedio, se considera que la anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto más temprana sea la edad de aparición y más precoz su detección y tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por encima de los 40 años resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por cada 100 a 250 habitantes
Causas/Consecuencias
Factores predisponentes o de riesgo. Estos factores, a su vez, incluyen factores individuales, familiares y sociales.
Factores individuales. Se trata de factores genéticos, biológicos y de personalidad. Podría existir un componente genético, ya que la anorexia es más frecuente en hermanas de anoréxicas. Afecta más al sexo femenino. Los hallazgos biológicos se fundamentan en alteraciones hormonales y en la implicación de unas sustancias llamadas neurotransmisores (como es la serotonina) que actúan en la regulación del apetito. La personalidad suele ser del tipo obsesivo-compulsivo e histriónico. Son autoexigentes y perfeccionistas en extremo, tanto que nunca alcanzan los niveles que se imponen, con lo que su autoestima disminuye y su tendencia depresiva se incrementa.
Factores familiares. El carácter de sobreprotección, el alto nivel de aspiraciones, la rigidez, la prolongada duración de los conflictos, etc., favorecen el desarrollo de la anorexia. Estas alteraciones en la dinámica de las relaciones familiares, una vez establecida la enfermedad, constituyen también un factor perpetuador.
Factores sociales y culturales. Junto con los psicológicos, serán decisivos en el desarrollo de la enfermedad. El aumento del número de casos es debido, en gran parte, a que en nuestra cultura se insiste mucho en la importancia de seguir una dieta «sana», entendiendo como tal una dieta baja en calorías, pobre en grasas y azúcares y sin condimentos. Por otra parte, la imagen corporal y la delgadez son sobrevaloradas. En nuestro medio, estar delgado y tener una figura estilizada se consideran valores personales muy positivos. Todos estos estereotipos, que se difunden sobre todo a través de la publicidad con consignas como «cuerpos perfectos», «dietas milagrosas para adelgazar», «figura ideal», etc., influyen de tal manera en las adolescentes que ellas intentan emular el canon de belleza. Otro factor de riesgo es la práctica de determinados deportes (ballet, gimnasia, etc.) o de profesiones (modelos, actrices de cine) que exigen tener un peso bajo.
Factores precipitantes o desencadenantes. Los factores precipitantes representan una amenaza para el autocontrol, la autoestima o el equilibrio: El inicio de una dieta restrictiva es el principal factor desencadenante.
– Los cambios corporales propios de la pubertad y la adolescencia, en especial el rápido incremento de peso o las críticas recibidas respecto a la imagen física.
– Acontecimientos vitales importantes, como un traumatismo que haya desfigurado el aspecto físico, rupturas conyugales de los padres, fallecimiento de alguno.
Factores perpetuadores. Junto con los factores individuales no resueltos y, naturalmente, con la presión sociocultural existente, el principal factor perpetuante lo constituye la presencia de alteraciones psicopatológicas (consecuencia de la desnutrición continuada).También favorece la perpetuidad el hecho de que la propia enfermedad sirva para mantener un aparente equilibrio familiar.
Consecuencias
Las consecuencias son debidas a la propia delgadez y a las acciones realizadas para conseguir la pérdida de peso. Las manifestaciones secundarias a la delgadez se resuelven cuando el peso aumenta.
Si la restricción alimentaria se inicia antes de la pubertad, la afectación física es mayor debido a que la falta de ingesta provoca pérdida de peso y detención del crecimiento; una vez pasada la pubertad, aunque se coma bien, ya no se crece porque los huesos largos han quedado soldados.
Con la pérdida de peso también se pierde la capa de grasa que se halla situada debajo de la piel, aumentando así la sensibilidad a la temperatura ambiental.
Las manos y los pies están fríos, la piel seca y el pelo sin brillo y quebradizo, al igual que las uñas. Suele aparecer un vello fino y largo como una pelusa, llamado lanugo, en zonas donde normalmente no hay vello (espalda, brazos, mejillas). También se aprecian alteraciones en la pigmentación, protuberancias óseas y el vientre hundido.
Otras posibles complicaciones
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