Ensayo de la psicoterapia integrativa

Modelo integrativo de psicoterapia

La psicoterapia posee diversas formas de actuar en la disciplina psicológica, pues dentro de ella se pueden encontrar distintas perspectivas teóricas que dan cuenta sobre las múltiples maneras de abordar en análisis psicológico, dependiendo de una serie de métodos rigurosos y de un marco teórico específico, pero todas ellas con el fin de acompañar a la persona, comunidad, grupo, familia, en una situación que está siendo difícil de afrontar.

En este devenir de orientaciones teóricas y como resultado de un intento por respetar a todos los miembros provenientes de diferentes enfoques es como Richard Erskine utiliza por primera vez el término psicoterapia integrativa en el año de 1972 en la universidad de Illinois, al tiempo que dio su propia integración de dichos enfoques.

De esta forma llega a la luz una psicoterapia que unifica diferentes técnicas para tratar a una persona integralmente en el plano afectivo, conductual, cognitivo y fisiológico, incorporando también la dimensión espiritual de la vida.

Una terapia caracterizada porque el cliente en la primera sesión planteará el tema a tratar y los objetivos que se quieren conseguir, para trazar a partir de ahí un buen plan de trabajo, durante esta sesión es esencialmente elemental que la persona tenga la tranquilidad y la confianza de estar en un lugar seguro, donde será tratado con respeto y nunca será juzgado, por lo que es de suma relevancia que  las sesiones sean en un lugar y tiempo  donde la persona pueda mostrarse como es, con la mayor confianza, puesto que esto coadyuvará  a la mejora y tratamiento de cualquier problemática abordada.

Una psicoterapia que refiere a la integración de la personalidad y que parte del supuesto de que desde que se nace, la mente se va desarrollando, siendo las diferentes dificultades durante el desarrollo lo que acaba creando problemas, pudiendo ser desde malestares e inseguridades hasta problemas relacionales, dificultades que a la larga hacen que se pierda en contacto consigo mismo, lo que conlleva a la pérdida de la salud física y psicológica.

Este tipo de tratamiento tal y como se ha mencionado cuenta con la unión de los sistemas afectivos, cognitivos conductuales y fisiológicos de la persona para centrarse en el correcto desarrollo de la persona, en sus necesidades y en sus crisis, con la finalidad de conseguir su objetivo centrado en facilitar la plenitud de la persona y para ello el terapeuta se presenta como un igual y un facilitador y acompañante del sujeto solicitante.

Ahora bien, es preciso determinar que para lograr lo anteriormente citado la psicoterapia integradora funciona mediante la exploración activa de la experiencia, mediante una visión fenomenológica de la realidad, en la que el papel de un asesor integrador es la de fomentar esta exploración a través del uso de técnicas específicas y de conceptos clave extraídos desde diversos enfoques que sean adecuados para el cliente tratado.

Esta forma de funcionamiento, de accionar, se encuentra basada y enclavada en la idea que existen diversas maneras en que la psicología humana puede ser abordada y entendida y de que no existe una teoría poseedora de la verdad absoluta, sino que considera que todas las teorías tienen su valor, incluso si los principios fundamentales de cada una de estas se contradicen entre sí, de ahí precisamente la necesidad de integrarlos.

Este enfoque también hace alusión a la infusión de la personalidad de una persona y necesita la integración de los aspectos afectivos, conductuales, cognitivos, fisiológicos y sistemas dentro de una persona, así como considera elemental abordar a la par los aspectos sociales y espirituales, todo ello necesario para crear una alianza saludable entre la mente y el cuerpo, capacitando de esta forma a los individuos para iniciar el establecimiento de los objetivos y practicar nuevos comportamientos que les permitan ir más allá de sus limitantes así como el descubrimiento de  mayores satisfacciones personales.

De modo que esta corriente psicoterapéutica se fundamenta en su premisa central de orientación integradora de que hay muchas maneras en las que el funcionamiento humano puede ser explorado y entendido. Lo que lleva a la deducción que dicha integración puede acontecer a través de una diversidad de modalidades o sistemas de perspectiva mismas que pueden ser terapias humanistas, cognitivas y conductuales, psicoanalíticas y psicodinámicas.

Puesto que cada enfoque ofrece una explicación y una conceptualización única de los factores clave que darán lugar a los cambios de comportamiento y a otras áreas de actividad como lo son las emociones y la cognición, llegando a la premisa que todos estos campos pueden ser reforzados al seleccionar de forma selectiva y asertiva con otros elementos de la terapia.

Este trabajo es para nada fácil pues la aplicación de la metodología requiere la utilización de diferentes marcos teóricos, los cuales acreditan sus propias evidencias científicas y procura que las intervenciones correspondan con las particularidades de cada paciente, una metodología aplicada desde un enfoque holístico, donde se concibe al ser humano como un ser físico, psicológico, espiritual y social en estrecho vínculo con su medio social, cultural y natural.

Este abordaje integral implica que el terapeuta evite los reduccionismos de la psicología tradicional y proponga una alternativa superadora que conciba a una persona desde una percepción holística, positiva y humanista.

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