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Envidia de la sana y de la negativa


Enviado por   •  22 de Febrero de 2014  •  Trabajos  •  1.190 Palabras (5 Páginas)  •  156 Visitas

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La envidia es el resultado de un proceso mediante el cual nos comparamos de forma negativa con los demás. Quien la sufre tiene sentimientos de tristeza, rabia, malestar y, en la mayoría de los casos, de frustración por ese “algo” que el otro tiene y que al envidioso la vida o la suerte parecen haberle negado.

Debido a esa carencia, que “quema por dentro”, quien envidia no sólo se siente desgraciado, sino que además desea que la desgracia se instale en la existencia de la persona envidiada. El envidioso desea que al otro le vaya mal, o al menos “no tan bien”, para así acortar las distancia entre uno y otro, sentirse mejor consigo mismo.

“En nuestra día a día, estamos continuamente comparándonos con los demás. Esta habilidad la adquirimos alrededor de los ocho años de edad y nos permite formarnos una imagen adecuada de nosotros mismos”, señala el psicólogo, psicopedagogo y escritor, Bernabé Tierno Jiménez, autor del libro “Psicología Práctica de la vida cotidiana”.

“Si desde niños nos han enseñado a descubrir lo bueno que existe en nosotros y en los demás, a alegrarnos de sus éxitos, a no sentirnos inferiores porque los demás sean más listos, altos o guapos y a disfrutar de las pequeñas y grandes cosas que tenemos, entonces estaremos vacunados contra la envidia”, afirma.

“Por el contrario, si siempre nos hemos visto como inferiores a los demás, si creemos que es más importante tener que ser, si vivimos en una continua actitud de compararnos en lugar de disfrutar de una relación de iguales, entonces la envidia puede surgir y controlar nuestro pensamiento y conducta”, matiza el experto.

Para hacerle frente a esta envidia negativa, Tierno sugiere reconocer con humildad nuestras virtudes y defectos, comunicándolos a personas que nos demuestren su confianza, respeto y comprensión.

También es conveniente modificar algunas ideas respecto de nosotros mismos, convenciéndonos de que no somos ni más ni menos que los demás, y que poseer cosas no siempre nos hace más felices.

“Además- asegura el experto- no hay que dejarse llevar por las apariencias, ya que hay personas que presumen demasiado de lo que tienen porque en el fondo también se sienten inseguras y confían más en esas posesiones que en sí mismas”.

Pero, además de la envidia malsana, ¿puede existir alguna actitud envidiosa de signo positivo o constructivo?

¿Alegrarse del éxito ajeno? ¡Es imposible!

“Alegrarse de los éxitos de los demás y aprender de ellos para conseguir lo que uno se ha propuesto en la vida” puede ser una forma de sacar partido a la envidia, según Bernabé Tierno.

“La envidia suele desencadenar una considerable ambivalencia emocional y, a menudo, presenta dos caras que suelen entrar en conflicto: por un lado se mezclan la admiración por el otro y el deseo de ser como él o ella o tener lo que poseen, pero por otra parte también aparece la frustración por no ser como los demás o carecer de sus posesiones”, precisa Bernabé Tierno.

El experto expresa en las páginas de su libro que otra forma de sacarle partido a ese sentimiento radica en hablar abiertamente con la persona envidiada de lo que uno siente, siempre que se tenga confianza con ella. Al ser honestos con nosotros mismos, reconociéndonos como individuos envidiosos, podemos descubrir una vía inédita de crecimiento personal porque supone colocarnos “delante de un espejo que nos muestra aquello que querríamos conseguir”.

“Aquello que envidiamos nos está señalando un camino, un objetivo, nos indica qué es lo que nos falta, aquello de lo cual carecemos. Darse cuenta de las carencias representa el primer paso para comenzar a trabajar para superarlas”, comenta el psicólogo.

“Además, la envidia puede llegar a convertirse en un motor para mejorar nuestra propia vida, dado que el sentimiento envidioso originalmente negativo puede reemplazarse por otros más positivos, como la admiración hacia la otra persona, la alegría por sus logros y la auto-superación de las propias limitaciones”, matiza Tierno.

Según el experto, la envidia sana puede ayudarnos a superar las adversidades y obstáculos, a crecer con los logros, a aprender de los errores y a disfrutar

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