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Evolucion De La Libido


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2011  •  3.206 Palabras (13 Páginas)  •  677 Visitas

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EVOLUCION DE LA LIBIDO

Documento de cátedra

Elaborado por:

Mgter. ANA MARIA SCIPIONI

Lic. LUISA A. GONZÁLEZ PENA

Introducción

La fuente de las pulsiones es corporal, por ello la maduración del cuerpo conlleva una maduración de los impulsos, que se manifiesta principalmente en las épocas de transformación corporal. Esta idea de una cronología y un encadenamiento de distintos estadios de las pulsiones constituyen una de las primeras nociones de la teoría psicoanalítica.

El concepto clave para el psicoanálisis es la idea de zonas erógenas o sea regiones del cuerpo cuya estimulación condiciona la satisfacción libidinal. La zona erógena dominante cambia con la edad y el crecimiento del organismo, así como cambian correlativamente las relaciones del organismo consigo mismo y con el mundo que lo rodea.

Esta evolución delimita una serie de etapas o fases, de las cuales se van a desarrollar las que se refieren a los primeros 5 a 6 años de vida, que son las siguientes:

1. Fase Oral (período de lactancia del bebé)

2. Fase Anal (período del control de esfínteres)

3. Fase Fálica (período del complejo de Edipo)

Fase oral: desde el nacimiento hasta los dos años

El primer momento de esta etapa es el estadio oral primitivo o de succión que corresponde al primer semestre de vida. El placer del bebé deriva de la zona bucal, pues la boca es la zona erógena que predomina. Ella es el foco de un modo de aproximación al mundo dominante que es la incorporación.

Este modo no solo interviene en el acto de succión del pecho materno o su sustituto, sino en la absorción, por medio de los órganos sensoriales y de la piel, de todas las estimulaciones que llegan al bebé. Cuando algo le interesa se lo llevará a la boca, tratará de absorber el objeto, de participar de él.

La aceptación de “lo dado” se realiza mejor cuando establece una buena relación con su madre, pues va acompañada de una intensa satisfacción libidinal oral. De esta manera, el bebé ama, al igual que si mismo, todo lo que se mete a la boca y por extensión ama a su mamá que queda ligada al placer de mamar.

Cuando el niño está ansioso, frustrado, tenso, aliviana o elimina esta situación desagradable procurándose una satisfacción autoerótica, como succionar una parte de su cuerpo, en especial el pulgar.

En esta fase la madre queda ligada a todas las sensaciones de placer. El bebé ama a su mamá y le sonríe y le hace fiestas aún fuera de las horas de comidas. La actitud hacia el mundo externo se modelará según este modelo de relación amorosa. El logro, entonces de esta etapa es la identificación con la madre: si ella sonríe, el bebé sonreirá; si ella habla, el bebé balbuceará o emtirá sonidos, etc.

A partir del segundo semestre de vida, aparecen los dientes y la necesidad de morder, con lo cual se instala el estadio oral tardío, sádico oral o canibalístico. En este momento la succión es reemplazada por el incorporar mordiendo. De la misma manera que en el primer momento de esta fase, no solo encuentra satisfacción en morder el pezón o la tetina, sino que a través de las distintas actividades sensoriales y motoras, los niños “muerden”, se “hincan” cada vez más en la realidad. En relación con los demás, la conducta típica de esta etapa es tomar y guardar.

La nueva necesidad satisfacción pulsional le crea al niño el problema de mamar sin morder, pues si lo hace la mamá le retira el pecho. A esto se agrega la inminencia del destete, que por más correcta y adecuada que sea la actitud de la madre y el medio, siempre es doloroso y no se puede evitar el conflicto. El bebé siente temor que la unión con su madre sea dañada o destruida, por los sentimientos de ambivalencia que esta situación le genera.

Es importante que se le brinden objetos que puedan ser mordidos, en los que transfiera cierto interés libidinal, para que de esta manera el destete no sea vivido como algo brusco, pues el riesgo es que quede fijado a la modalidad anterior de succión (Por ej. Que continúe tardíamente con la succión del pulgar).

Como se mencionó en párrafos anteriores, un logro importante de este momento es el logro de la primera identificación con la madre, mecanismo por el cual asume rasgos de ella como si fueran propios y ello significa la base del ingreso a la cultura.

La maestra del jardín maternal, será otro de los adultos significativos con el cual el bebé se identificará. Todos sus gestos, palabras, modos de actuar que se dirijan en particular al niño podrán ser tomados e incorporados por él. Por ello es de suma importancia que el docente se dirija identificando al bebé, lo reconozca, lo llame por su nombre, lo mire, juegue con él. De esta manera el infante reconocerá al docente y podrá incorporar placenteramente todos los aprendizajes propios de esta etapa (exploración del mundo, de los otros, alimentación, etc.).

Fase sádico anal: entre el segundo y tercer año de vida

En este momento, el niño alcanza un mayor desarrollo neuromuscular y la zona erógena que predomina es la zona anal. La libido ahora se manifiesta en el placer de la retención o expulsión de las heces y orina.

En esta fase, las tensiones tienen una manera de descargarse que es la defecación, por que la satisfacción libidinal está ligada a la evacuación y a la excitación de la mucosa anal, que se aumenta por retención. Las heces se convierten en objetos ambivalentes, pues al salir del cuerpo se transforman en objetos externos, que pueden representar tanto un regalo como una posesión.

Se la considera como etapa sádico anal, por el sentido destructivo que adquiere la eliminación y por que el niño usa el control de esfínteres como un instrumento de oposición a sus padres.

Hay un predominio de la ambivalencia y la bisexualidad.

El aprendizaje del control de esfínteres da al niño la dimensión de su poder: el puede o no dar sus heces. Cuando expulsa los excrementos en el momento oportuno, se convierte en un indicador de la buena relación con la mamá, mientras que cuando se niega, equivale a un castigo.

El control de esfínteres es un aprendizaje social, que implica una renuncia pulsional, que se puede hacer porque el niño se identifica

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