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Freud Y Fechner

dulciis1610 de Septiembre de 2013

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Introducción

En el presente trabajo, trataremos de manera resumida el tema de los sueños que aparece en el libro: ¨introducción al psicoanálisis¨ de Sigmund Freud, que resulta una interesante iniciación en esta ciencia del psicoanálisis. Uno de los descubrimientos más importantes de Freud es que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar fragmentos de los sueños pueden ayudar a destapar las emociones y los recuerdos enterrados, de lo que hablaremos más adelante, y cómo en los sueños se encuentra lo que Freud llama: ¨contenido manifiesto y contenido latente del sueño¨.

Este resumen que se hará más bien para facilitar la comprensión de dichos capítulos aparecidos en este libro, en donde iremos desglosando cada capítulo procedente al tema de los sueños detenidamente, ya que en esta ocasión solamente nos enfocaremos en ello para el estudio del psicoanálisis freudiano.

Los sueños

Dificultades y primeras aproximaciones

Se descubrió un día que los síntomas patológicos de ciertos sujetos nerviosos poseen un sentido, lo que constituye la base y el punto de partida del tratamiento psicoanalítico. En este tratamiento se observó que los enfermos incluían entre sus síntomas algunos de sus sueños, y esta inclusión fue lo que hizo suponer que dichos sueños debían poseer igualmente sentido propio.

Interpretar los sueños significa hallar un sentido oculto en ellos.

Como características esenciales de los sueños, Freud apunta dos:

1. Cuando soñamos nos hallamos dormidos. Así, los sueños son una manifestación de la vida psíquica durante el reposo. El reposo es un estado en el que el durmiente no quiere saber nada del mundo exterior. Entonces, los sueños no serían otra cosa que la forma que el alma, tiene de reaccionar durante el estado de reposo a las excitaciones que sobre ella actúan.

2. Los procesos psicológicos del reposo difieren por completo de los de la vida despierta.

Freud discute esa influencia de estímulos no pertenecientes a la vida psíquica en los sueños, como son:

-En los sueños dominan las imágenes visuales

- El sueño es una reacción a un estímulo perturbador del reposo.

- Recorre algunos estudios sobre los sueños, de distintos psicólogos, añadiendo sus observaciones personales, que refuerzan esa relación perturbación-sueño.

- Es en los sueños que acaban en el despertar del sujeto en los que fácilmente logramos establecer la influencia de las excitaciones perturbadoras del reposo. En los que tienen lugar durante el sueño, mucho antes del despertar, es más difícil encontrar cuál fue el estímulo.

- La perturbación puede no ser externa: una sensación cinestésica de cualquier órgano también contribuiría a la formación del sueño.

- El sueño no reproduce fielmente el estímulo, sino que lo elabora, lo designa por una alusión, lo incluye en un conjunto determinado o lo reemplaza por algo distinto.

Freud estudia el fenómeno de lo que llama "sueños diurnos". En español, serían las ensoñaciones, supongo fantasías que nos llevan a la introversión, en estado despierto.

Afirma que no tienen nada que ver con el estado de reposo. Estas producciones imaginarias no son sucesos o alucinaciones, sino representaciones, ya que al fantasear no vemos, como en los sueños, sino que lo pensamos. Son escenas y sucesos en los cuales el egoísmo, la ambición, la necesidad de potencia o los deseos eróticos del soñador diurno hallan satisfacción. Muchos de ellos son abandonados y sustituidos al cabo de poco tiempo, mientras que otros se conservan y desarrollan formando largas historias que van adaptándose a las modificaciones de la vida del sujeto.

Estas ensoñaciones son la materia bruta de la producción poética

Pero siempre es el soñador en persona quien, directamente o por identificación manifiesta con otro, es el héroe de sus ensoñaciones.

Condiciones y técnicas de la interpretación

Freud va desarrollando tres hipótesis para la interpretación de los sueños:

1. Los sueños no son un fenómeno somático, sino psíquico. No aporta prueba alguna; sólo aduce que no tiene prueba en contra.

2. Se realizan en nosotros hechos psíquicos que conocemos sin saberlo. La demostración de la 2ª hipótesis la basa en los fenómenos hipnóticos. Si a un individuo en estado de sonambulismo hipnótico se le hacía experimentar alucinaciones, al despertar parecía no saber nada de lo sucedido durante su sueño. Pero si el analista insiste, y le asegura que sabe lo que se le pregunta y que debe recordarlo, el sujeto empieza a vacilar en su negativa, reflexiona, y acaba por recordar, como a través de un sueño. Según Freud, estos recuerdos le eran inaccesibles, y no sabiendo que los conocía, creía ignorarlos por completo. La similitud entre el estado de reposo natural y el sueño hipnótico permite a Freud afirmar que el mismo proceso se da en el primero que en el segundo. La diferencia principal, el hecho de que el hipnotizado mantenga una relación con su hipnotizador, la compara al llamado sueño de nodriza, que sólo se despierta si le sucede algo al bebé que cuida, y no por otros estímulos.

Si el sujeto del sueño tiene un conocimiento del sentido de su sueño, la labor del analista se limitará a hacerle hallar tal conocimiento y comunicarlo. No se le pide al sujeto que revele al analista enseguida el sentido del sueño, pero sí se le supone capaz de encontrar tanto el origen del mismo como el círculo de ideas e intereses de que proviene.

El analista pedirá al sujeto que le explique cómo ha llegado a soñar tal o cual cosa, y se considerará su primera respuesta como una explicación.

Como el sueño es complejo, se puede descomponer en sus elementos y examinar detalladamente cada uno de ellos. Cuando el sujeto del sueño comunica que no tiene idea alguna sobre el sentido de su sueño, se le contradice con insistencia, y se le asegura que la falta de ideas es imposible

. Así el analista acaba por lograr que el sujeto produzca una ocurrencia cualquiera, y además facilitará al analista informaciones de tipo histórico sobre su vida.

El enlace de los sueños con las impresiones recibidas durante los últimos días anteriores a ellos es frecuente. Conservando siempre el sueño como punto de partida, el sujeto recordará sucesos más lejanos y a veces pertenecientes a épocas muy pasadas.

3. La primera idea del sujeto debe procurar al analista lo que busca o ponerle sobre sus huellas. Freud no cree en la libertad y espontaneidad psicológicas: mantiene que se da un determinismo psíquico. Así, la idea producida por el sujeto interrogado no presenta nada de arbitrario ni indeterminado, sino que posee una relación con el sentido del sueño.

Cuando el analista pide a alguien que le diga lo que se le ocurre con respecto a determinado elemento de su sueño, está solicitando del sujeto que se abandone a la libre asociación, conservando siempre una representación inicial.

Para Freud, la ocurrencia espontánea del sujeto se halla siempre determinada por importantes dispositivos internos. Los denomina complejos: conjuntos de ideas e intereses, saturados de afecto, cuya intervención permanece inconsciente, por el momento.

En el sueño, el estímulo es algo que procede de la vida psíquica del durmiente, aunque de fuentes por él ignoradas, y este algo podría ser producto de un complejo. Así, las ideas ulteriores que se enlazan a los elementos de un sueño se hallan determinadas por el complejo correspondiente a dicho elemento y pueden ayudarnos a descubrir tal complejo.

El elemento del sueño no es algo auténtico, sino tan sólo un sustitutivo de algo que no conocemos y que el análisis debe revelarnos. Cuando queremos interpretar un sueño, debemos poder hacer accesibles los elementos ocultos e ignorados con ayuda de asociaciones enlazadas a la sustitución tomada como punto de partida.

Contenido manifiesto e ideas latentes del sueño

Los elementos del sueño son sustitutivos de algo ignorado por el sujeto del mismo, inaccesible para él a pesar de que lo conoce. Se puede extender este concepto a la totalidad del sueño, tomado como conjunto de elementos.

La técnica de interpretación consiste en hacer surgir por asociación con cada uno de los elementos del sueño, otros productos sustitutivos, de los cuales puede deducirse el sentido oculto buscado.

Freud propone llamar INCONSCIENTE a lo que hasta ahora llamaba oculto, inaccesible... en el sentido de momentáneamente inconsciente. Y los elementos del sueño y las representaciones sustitutivas obtenidas por asociación se llamarán CONSCIENTES.

Así un sueño completo constituye una sustitución deformada de un suceso inconsciente, que es el que el analista desea descubrir a través de la interpretación onírica.

Freud propone tres reglas para la interpretación de los sueños:

1. El aspecto exterior que ofrece un sueño no es lo que debe preocuparnos, al no constituir lo inconsciente buscado.

2. El analista procura despertar representaciones

sustitutivas en derredor de cada elemento, sin reflexionar sobre ellas.

3. El analista debe esperar hasta que lo inconsciente oculto y buscado surja espontáneamente.

Así, el sueño que recordamos no es lo que buscamos, sino sólo su sustitución deformada.

Cuando se efectúa la asociación libre, aparecen obstáculos; el sujeto no

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