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Glosario Psicoanalitico


Enviado por   •  22 de Octubre de 2014  •  1.682 Palabras (7 Páginas)  •  228 Visitas

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“Segundo Glosario de Teorías en Psicoanálisis”

Condensación: Uno de los modos esenciales de funcionamiento de los procesos inconscientes: una representación única representa por sí sola varias cadenas asociativas, en la intersección de las cuales se encuentra. Desde el punto de vista económico, se encuentra catectizada de energías que, unidas a estas diferentes cadenas, se suman sobre ella.

Se aprecia la intervención de la condensación en el síntoma y, de un modo general, en las diversas formaciones del inconsciente. Donde mejor se ha puesto en evidencia ha sido en los sueños.

Se traduce por el hecho de que el relato manifiesto resulta lacónico en comparación con el contenido latente: constituye una traducción abreviada de éste. Sin embargo, la condensación no debe considerarse sinónimo de un resumen: así como cada elemento manifiesto viene determinado por varias significaciones latentes, también sucede a la inversa, es decir, que cada una de éstas puede encontrarse en varios elementos; por otra parte, el elemento manifiesto no representa bajo una misma relación cada una de las significaciones de que deriva, de forma que no las engloba como lo haría un concepto.

Desplazamiento: Consiste en que el acento, el interés, la intensidad de una representación puede desprenderse de ésta para pasar a otras representaciones originalmente poco intensas, aunque ligadas a la primea por una cadena asociativa.

Este fenómeno, que se observa especialmente en el análisis de los sueños, se encuentra también en la formación de los síntomas psiconeuróticos y, de un modo general, en toda formación del inconsciente.

La teoría psicoanalítica del desplazamiento recurre a la hipótesis económica de una energía catexis susceptible de desligarse de las representaciones y deslizarse a lo largo de las vías asociativas.

El <libre> desplazamiento de esta energía constituye una de las principales características del proceso primario, que rige el funcionamiento del sistema inconsciente.

Chistes:

Lapsus:

Olvidos:

Actos Fallidos: Acto en el cual no se obtiene el resultado explícitamente perseguido, sino que se encuentra reemplazado por otro. Se habla de actos fallidos no para designar el conjunto de los errores de la palabra, de la memoria y de la acción, sino aludiendo a aquellas conductas que el individuo habitualmente es capaz de realizar con éxito, y cuyo fracaso tiende a atribuir a la falta de atención o al azar. Freud demostró que los actos fallidos son, como los síntomas, formaciones de compromiso entre la intención consciente del sujeto y lo reprimido.

Tipos: Deslices (del habla/trastrabarse), la escritura y la lectura. Olvidos (designios, nombres propios y extranjeros e impresiones y vivencias). Pérdida y extravío (que buscan sustituir algo mejor, olvidar personas u olvidar circunstancias). Trastocar las cosas confundido para cumplir deseos que uno debe denegarse.

Transferencia: Designa, en psicoanálisis, el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un determinado tipo de relación establecida con ellos y, de un modo especial, dentro de la relación analítica.

Se trata de una repetición de prototipos infantiles, vivida con un marcado sentimiento de actualidad.

Casi siempre lo que los psicoanalistas denominan transferencia, sin otro calificativo, es la transferencia en la cura.

La transferencia se reconoce clásicamente como el terreno en el que se desarrolla la problemática de una cura psicoanalítica, caracterizándose ésta por la instauración, modalidades, interpretación y resolución de la transferencia.

Síntomas:

Represión:

A) En sentido propio: operación por medio de la cual el sujeto intenta rechazar o mantener en el inconsciente representaciones (pensamientos, imágenes, recuerdos) ligados a una pulsión. La represión se produce en aquello casos en que la satisfacción de una pulsión (susceptible de procurar por sí misma placer) ofrecería peligro de provocar displacer en virtud de otras exigencias.

La represión es particularmente manifiesta en la histeria, si bien desempeña también un papel importante en las restantes afecciones mentales, así como un proceso psíquico universal, en cuanto se hallaría en el origen de la constitución del inconsciente como dominio separado del resto del psiquismo.

B) En sentido más vago: el término <represión> es utilizado en ocasiones por Freud en una acepción que lo aproxima a la <defensa>, debido, por una parte, a que la operación de la represión en el sentido A, se encuentra, al menos como un tiempo, en numerosos procesos defensivos complejos (en cuyo caso la parte es tomada por el todo) y, por otra parte, a que el modelo teórico de la represión es utilizado por Freud como el prototipo de otras operaciones defensivas.

Censura: Función que tiende a impedir, a los deseos inconscientes y a las formaciones que de ellos derivan, el acceso al sistema preconsciente-consciente.

Resistencia: Durante la cura psicoanalítica, se denomina resistencia todo aquello que, en los actos y palabras del analizado, se opone al acceso de éste a su inconsciente. Por extensión, Freud habló de resistencia al psicoanálisis para designar una actitud de oposición a sus descubrimientos, por cuanto éstos revelaban los deseos inconscientes e infligían al hombre una <vejación psicológica>

Sexualidad infantil: Se refiere no sólo la existencia de excitaciones o de necesidades genitales precoces, sino también de actividades pertenecientes a las actividades perversas del adulto, en la medida en que hacen intervenir zonas corporales (zonas erógenas) que no son sólo genitales, y también por el hecho de que buscan el placer (por ejemplo, succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función biológica (como la nutrición). En este sentido los psicoanalistas hablan de sexualidad oral, anal, etc.

A) Etapas del desarrollo psicosexual ó fases libidinales: Etapa del desarrollo del niño caracterizada por una organización, más o menos marcada, de la libido bajo la primacía de una zona erógena y por el predominio de un modo de relación de objeto. En psicoanálisis se ha dado una mayor extensión a la noción de fase, al intentar definir las fases de la evolución del yo.

Etapa oral: Primera fase de la evolución libidinosa: el placer sexual está ligado entonces predominantemente a la excitación de la cavidad bucal y de los labios, que acompaña a la alimentación. La actividad de nutrición proporciona las significaciones electivas mediante las cuales se expresa y se organiza la relación de objeto; así, por ejemplo, la relación de amor con la madre se hallará marcada por las significaciones: comer, ser comido. Abraham propuso subdividir esta fase atendiendo a dos actividades distintas: succión (fase oral precoz) y mordedura (fase oral sádica).

Etapa anal: Segunda Fase de la evolución libidinal, que puede situarse aproximadamente entre dos y cuatro años; se caracteriza por una organización de la libido bajo la primacía de la zona erógena anal; la relación de objeto está impregnada de significaciones ligadas a la función de defecación (expulsión-retención) y al valor simbólico de las heces. En ella se ve afirmarse el sadomasoquismo en relación con el desarrollo del dominio muscular.

Etapa fálica: Fase de organización infantil de la libido que sigue a las fases oral y anal y se caracteriza por una unificación de las pulsiones parciales bajo la primacía de los órganos genitales; pero, a diferencia de la organización genital puberal, el niño o la niña no reconocen en esta fase más que un solo órgano genital, el masculino, y la oposición de los sexos equivale a la oposición fálico-castrado. La fase fálica corresponde al momento culminante y a la declinación de complejo de Edipo; en ella predomina el complejo de castración.

Etapa de latencia: Período comprendido entre la declinación de la sexualidad infantil (quinto o sexto año) y el comienzo de la pubertad, y que representa una etapa de detención en la evolución de la sexualidad. Durante él se observa, desde este punto de vista, una disminución de las actividades sexuales, la desexualización de las relaciones de objeto y de los sentimientos (especialmente el predominio de la ternura sobre los deseos sexuales) y la aparición de sentimientos como el pudor y el asco y de aspiraciones morales y estéticas. Según la teoría psicoanalítica, el período de latencia tiene su origen en la declinación del complejo de Edipo; corresponde a una intensificación de la represión (que provoca una amnesia que abarca los primeros años), una transformación de las catexis de objetos en identificaciones con lo padres y un desarrollo de las sublimaciones.

Etapa genital: Fase del desarrollo psicosexual caracterizada por la organización de las pulsiones parciales bajo la primacía de las zonas genitales; comporta dos tiempos, separados por el período de latencia: la tase fálica (u organización genital infantil) y la organización genital propiamente dicha, que se instaura en la pubertad. Algunos autores reservan el término «organización genital» para designar este último tiempo, incluyendo la fase fálica en las organizaciones pregenitales.

Complejo de Edipo: Conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres. En su forma llamada positiva, el complejo se presenta como

en la historia de Edipo Rey: deseo de muerte del rival que es el personaje del mismo sexo y deseo sexual hacia el personaje del sexo opuesto. En su forma negativa, se presenta a la inversa: amor hacia el progenitor del mismo sexo y odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. De hecho, estas dos formas se encuentran, en diferentes grados, en la forma llamada completa del complejo de Edipo.

Según Freud, el complejo de Edipo es vivido en su período de acmé entre los tres y cinco años de edad, durante la fase fálica; su declinación señala la entrada en el período de latencia. Experimenta una reviviscencia durante la pubertad y es superado, con mayor o menor éxito, dentro de un tipo particular de elección de objeto. El complejo de Edipo desempeña un papel fundamental en la estructuración de la personalidad y en la orientación del deseo humano.

Los psicoanalistas han hecho de este complejo un eje de referencia fundamental de la psicopatología, intentando determinar, para cada tipo patológico, las modalidades de su planteamiento y resolución. La antropología psicoanalítica se dedica a buscar la estructura triangular del complejo de Edipo, cuya universalidad afirma, en las más diversas culturas y no sólo en aquellas en que predomina la familia conyugal.

A) Preedípico: Califica el período del desarrollo psicosexual anterior a instauración del complejo de Edipo; en este período predomina, en ambos sexos, el lazo con la madre.

Bibliografia:

Laplanche, J., Pontalis (1987) Diccionario de Psicoanálisis. Labor. México. Clave Biblioteca: 150. 19503 LAP.

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