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Hit. De La Ciencia


Enviado por   •  2 de Mayo de 2014  •  4.537 Palabras (19 Páginas)  •  268 Visitas

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HISTORIA DE LA CIENCIA

El concepto ciencia etimológicamente proviene del latín scire, es asimilable a conocimiento.

3 aspectos fundamentales: la mitología y la magia, el conocimiento racional y la experimentación. Existen siglos de actividades humanas que son precursoras de la ciencia.

Con la mitología y la magia comienza el primer esbozo precursor de la ciencia. Una y otra dan respuesta a las interrogantes que los hombres se formulaban en la antigüedad.

Más tarde en el siglo VI (antes de nuestra era), la magia y el mito se encontraron en crisis, cuando los griegos se pusieron en contacto con culturas que poseían conocimientos y saberes técnicos, es decir, con Babilonia y Egipto. Los Griegos arrinconaron las viejas explicaciones mitológicas y mágicas trataron de develar la verdad utilizando el logo y la razón.

Tanto la ciencia como el saber técnico son patrimonios de toda la sociedad que las crea y existe una parte de esos saberes que es compartida por un amplio número de sus integrantes.

En la medida en que la especialización de labores avanza, se forman núcleos más o menos cerrados dentro de los cuales se tiene un dominio más amplio de esos saberes. Los sacerdotes primero y los filósofos después van haciéndose dueños del saber conceptual teórico, del conocimiento oficial avanzado de la ciencia. Los artesanos primero y luego el conjunto de técnicos, constructores, tejedores, ceramistas, ferreros, van apropiándose del saber práctico que aprovechan otros especialistas en otras labores como los pastores, los agricultores o los soldados. En las sociedades urbanas de la antigüedad se tenían ya redes sociales complejas que manejaban los dos tipos de saberes.

En Roma se dio una especialización avanzada en la cual existían filósofos, escribanos, legisladores, políticos, historiadores, sacerdotes y adivinos, astrónomos y naturalistas, que manejaban todos ellos el saber verbal conceptual.

Surgieron los científicos con espíritu cada vez más práctico, desde Francis Bacon hasta James Watt que se fueron acercando cada vez más a los problemas de la producción propios del saber técnico, aportando ideas y nuevos principios que desarrollaron la metalurgia, la construcción de máquinas, el desarrollo de instrumentos de medición y dieron bases matemáticas y geométricas a la precisión en la construcción de obras civiles y en la fabricación de todo tipo de artefactos. Científicos prácticos que precedieron a los Faraday y a Pasteur que posteriormente darían lugar a los científicos empresarios o emprendedores como Thomas Alva Edison a principios del siglo XX o Bill Gates en sus finales. La ciencia europea cada vez más sistemática y rigurosa dio una base cada vez más sólida a partir de los siglos 17 y 18 para la articulación de las técnicas en la tecnología europea. La tecnología cada vez más elaborada y compleja dio a su vez un renovado empuje a la ciencia, realimentándose mutuamente. La ciencia y la tecnología europeas lograron así unos niveles de elaboración nunca vistos antes en la historia de la humanidad.

Durante muchos siglos en occidente, al igual que en las demás sociedades humanas la ciencia estuvo basada en el criterio de autoridad. Solo al término de la Edad Media algunos científicos europeos comenzaron a romper con ese criterio y postularon la comprobación experimental mediante medición y uso del lenguaje geométrico y matemático como el criterio para sostener su autoridad. Esa ruptura fue posible por contar con utensilios de una técnica refinada como relojes y telescopios. El éxito de la física estableció el modelo matemático- experimental como paradigma en la ciencia; luego la química empezó a realizar mediciones del aire, del agua en todos sus estados, del calor y la presión y establecer leyes matemáticas para predecir el resultado de otras mediciones en otras condiciones. Cuando se introdujeron clasificaciones de plantas y animales que tenían una base conceptual relacionada con la observación detallada de las partes que las componen y de sus diferentes funciones y se empezaron a cuantificar algunas propiedades, la biología también entró en un modelo similar de ciencia.

Los siglos XIX y XX han presenciado el cada vez mayor acercamiento entre los saberes de la ciencia, de las técnicas, de la medicina y la biología, el comercio, las finanzas, la publicidad, la psicología y la sociología hasta producir la paradójica situación actual en la cual cada vez hay más saberes especializados sobre áreas cada vez más pequeñas y simultáneamente se están produciendo paradigmas generalizantes transversales a muchos saberes que tienen que dar cuenta tanto de los conceptos más generales como de los desarrollos más detallados y locales.

Surge la tecnociencia como una fusión del saber práctico y el teórico y se generaliza el surgimiento de saberes locales que tiene que articularse con un lenguaje universal. Sin embargo todavía la humanidad está muy lejos de haber logrado esa síntesis, como se ilustra muy bien en la dificultad aún hoy existente de integrar el desarrollo científico- tecnológico europeo, hoy extendido en todo el mundo, con los conocimientos milenarios de Oriente o con la compleja sabiduría de los pueblos amazónicos.

La construcción simbólica colectiva que trata de modelar sectores cada vez más amplios de la naturaleza y de la vida humana es cada vez más intrincada y compleja.

La ciencia occidental ha tenido bastante éxito en el modelamiento del mundo inanimado y en la predicción del comportamiento de complejísimos dispositivos que ha construido a partir de la combinación de artefactos más simples. Ha logrado con sus artefactos observar, medir e intervenir en la vida de los seres animados. Ha tratado de duplicar con modelos nacidos del método analítico cartesiano toda la complejidad de la vida, considerando los millones de átomos y partículas elementales en que ha subdividido la realidad. Pero a pesar de poder construir modelos con números cada vez mayores de partículas y elementos, la complejidad de lo viviente, del individuo humano y de las sociedades humanas se le desliza entre los dedos. Uno de los primeros científicos en advertir la necesidad de nuevos paradigmas fue Ludwig von Bertalanffy, padre de la Teoría General de Sistemas. Sin embargo, muy temprano en la transición del siglo XIX al XX ya Nietszche había vislumbrado los grandes problemas de la ciencia y la filosofía que hoy enfrenta occidente.

Creaciones que avanzaron desde las formas primitivas del conocimiento, el instinto, la intuición, el conocimiento popular de los hechos obvios, a los cuestionamientos más complejos de la creación del universo, la constitución

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