IMPORTANCIA DE LOS PADRES EN LA EDUCACION DE LOS HIJOS.

IMPORTANCIA DE LOS PADRES EN LA EDUCACION DE LOS HIJOS.

Uno de los mayores anhelos de quienes tenemos la dicha de ser padres, es tener hijos capaces de triunfar en la vida, lo cual es un anhelo loable, justo y necesario. Sin embargo, esto no se realiza automáticamente con el paso del tiempo.

Un niño puede llegar a ser empresario, profesionista, directivo, presidente o asaltante, defraudador, secuestrador u homicida y lo determinante, no es la suerte, el dinero ni siquiera aún, los conocimientos académicos, como muchos pudiéramos creer, sino la educación que se recibe en el seno familiar.

Cuando se les pregunta a algunos padres ¿para qué envían a sus hijos a la escuela? No pocos respondemos: “para que se eduquen”. Le pedimos a la escuela o a los maestros, un trabajo que nosotros, muy probablemente no realizamos, ya que si bien recordamos, los primeros maestros somos los padres, la primera escuela es el hogar y, ésta, seguramente, es la causa de que, por lo menos en México, cada vez haya gente más escolarizada, con mayor nivel de instrucción, pero menos educada.

Nuestra sociedad competitiva, ha sabido imponer un régimen de preocupación e interés por los aspectos profesionales y ha sabido a su vez, dejar de lado el aspecto formativo, como si este no necesitara de preparación y los distintos momentos en la vida de los hijos fueran fácilmente tratables y sujetos de solución. Es decir, hemos perdido de vista lo fundamental: “nuestros hijos" y el hecho de saber que estamos formando personas, y no olvidemos que las instituciones valen por estar conformadas por personas, que es el único vehículo portador de la dignidad, dignidad recibida por ser hijos de Dios..

Educar hijos e hijas es formar una sociedad, por esto puede decirse que el formar a los ciudadanos del país es una misión grande y retadora. De ahí que nuestro papel como padres y madres es insustituible, la familia no puede ser reemplazada por ninguna otra institución, ya que su función como formadora de capital social así como su tarea en la transmisión de cultura y valores es, por lo tanto, insustituible.

No podemos excusarnos por la falta de tiempo ni de dinero. Si los padres no tomamos en serio nuestra función educadora, será difícil en extremo para la escuela revertir tal situación. Educar y motivar a nuestros hijos a exigirse es facilitarles su camino para que se desarrollen como personas, amen la vida y tengan capacidad de decidir por ellos mismos.

La educación es un proceso bidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, hábitos, costumbres y formas de actuar.

No solo se transmite por la palabra, está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes, está en el acompañamiento incondicional con nuestra presencia tanto física como espiritual y, en proporcionarnos, unos a otros, tiempos de diálogo, recreación y aprendizaje.

Recordemos que el vivir la vida, entre muchas otras cosas, es permitirnos la oportunidad de seguir creciendo y participando del más grande gesto del amor: “donarnos a nuestros hijos”, para que a su vez, ellos entiendan y vivan el significado del amor incondicional, como decía la Madre Teresa de Calcuta: “Hay que dar hasta que duela”.

Papás, la educación es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los maestros, seamos agentes más activos en el proceso educativo de nuestros hijos.

Comprender que la dinámica educativa nos incluye a todos, es una actividad permanente que integra a los hijos, a los maestros, a los padres y a la comunidad en su conjunto.

Es de esta forma y no otra que, los padres y docentes debemos comprometernos día a día por complementarnos más y trabajar en comunión, para alcanzar el objetivo primordial de una sociedad íntegra, entregando a ésta, hombres y mujeres responsables, organizados y con valores, que hagan

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