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INVESTIGACION IMPACTO DE LA GLOBALIZACION EN LA ETICA MUNDIAL


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  Ensayos  •  2.232 Palabras (9 Páginas)  •  219 Visitas

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INVESTIGACION IMPACTO DE LA GLOBALIZACION EN LA ETICA MUNDIAL

LA ETICA MUNDIAL GLOBALIZADA

Cuando hablamos de ética, nos referimos a la practica de las buenas costumbres, de los Buenos hábitos, de los valores morales, de hacer bien las cosas tomando en consideración el bien común de personas y naturaleza.

A lo largo de la historia, la ética no fue muy bien vista en aspectos económicos, dado que los negocios se hacen por dinero. Ese fue siempre el único objetivo… obtener ganancias monetarias .

El mundo se mueve por los negocios, porque con trabajo se gana dinero, y con dinero compramos lo que necesitamos para la subsistencia. Pero, que hay de la naturaleza? Que ha pasado todo este tiempo atrás con nuestro medio ambiente , plantas y animales? Sin duda han sido explotados!

Durante mucho tiempo le hemos exigido tanto a nuestro planeta. Le hemos pedido petróleo, gas, pieles, agua, minerales, maderas etc. y llegamos al punto en que observamos el pasado y nos preguntamos. ¿Por que explotamos nuestros recursos con tanta frialdad? ¿ Porque no nos dimos cuenta de el daño que nos estamos hacienda a nosotros mismos?

Cuando nos dimos cuenta nos detuvimos un rato y pensamos ¨Hay que cambiar. Debemos tener actitud y empezar a tomar acciones éticas para que no acabemos con nuestra vida. Es imperativo corregir nuestras practicas antes que sea demasiado tarde.

Fue entonces cuando problemas como el enorme agujero en la capa de ozono, la extinción de algunos animales, la falta de agua , el elevado grado de contaminación y la propagación de muchas enfermedades nos unieron y empezamos a planear que medidas estándares deberíamos tomar para frenar esa situación.

Es ahí donde se pensó en GLOBALIZAR LA ETICA. Lo que quiere decir que debemos considerar aspectos sociales antes de tomar decisiones económicas. Por ejemplo, si se quiere abrir una maderera, debe tenerse en cuenta que por talar un árbol hay que sembrar 2 mas. O si se quiere montar una fabrica de cualquier tipo, esta debe tener una buena disposición de sus desechos, de tal modo que no perjudique la naturaleza ni los habitantes.

Justo ayer, vi algo que me pareció muy bonito y aprovecho para compartirlo. Al llegar a mi casa, abrí el buzón y encontré el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito, resulta que en el sobre decía ¨ - papel + arboles “ y me invitaron a solicitar que mis estados de cuenta ya no fueran enviados a mi buzón sino solamente a mi correo electrónico. Lo cual lógicamente me pareció fantástico por lo que inmediatamente escribí un correo a la compañía bancara aceptando su propuesta y agradeciendo por la buena practica que estaban haciendo. Sin duda esa fue una practica de ética de preservación de los arboles.

Y lo anterior supongo que no fue un invento de esta institución bancaria situada en San Pedro Sula, sino que muy seguramente fue una decisión a nivel de todos los bancos internacionalmente. Es entonces esto una muestra de Globalización de Ética.

Personalmente, interpreto el impacto de la ética mundial en el ser humano como algo positivo y que de seguir preocupándonos por nuestra especie, nuestros recursos, y nuestra naturaleza viviremos en paz por mucho tiempo , y ojala que se tome muy en serio el asunto de las decisiones éticas en todo lo que hagamos y podamos de una vez vivir en un mundo menos lleno de problema.

Sin lugar a dudas, el mundo sigue siendo mundo , porque también hay personas mal intencionadas , egoístas y de muy poco valor por la vida. Pero si la mayoría actuamos éticamente, entonces ellos no serán un problema.

El fenómeno de la globalización presenta una dimensión moral tan honda, que merecería ser tratado desde una Ética Económica amplia, rigurosa y sólidamente fundamentada. Porque, mezclados con las nuevas oportunidades que la globalización ofrece a las empresas y a los países (afluencia de capitales, creación de riqueza y de empleos), descubrimos también serios peligros (las debilidades, las amenazas ocultas en el sistema). Estas amenazas se tornan visibles por sus frutos (nueva división del trabajo, desigualdad creciente, al menos por el momento, entre países pobres y ricos) y al hilo de algunos de los impactos y consecuencias negativas que acompañan al proceso, crisis y desajustes, tal vez inevitables, pero que se saldan con elevados costes sociales a corto plazo, injusta y desigualmente repartidos.

Dicho en plata: que, como no podía ser de otra forma, no todo son luces en este nuevo escenario. Hay también, como contraste, bastantes oscuridades que no procede silenciar. A menos que estemos dispuestos a echar por la borda un objetivo que para muchos de nosotros constituye meta irrenunciable de toda política económica bien concebida. Dicha meta que ha de ser vista como complementaria de aquella otra primera, más obvia e inmediata, cual es la de la búsqueda del crecimiento económico, tiene un hondo calado ético y cristiano; a saber: la justicia social y la búsqueda de la equidad en el reparto, no sólo de los beneficios obtenidos, sino también de las contribuciones y los esfuerzos a realizar.

Desde un punto de vista ético, no nos está nunca permitida la complacencia fácil en el statu quo. Todo es mejorable y perfectible; no hay techo para la realización de la justicia y la humanización. Por eso, no es suficiente con que nos hayamos dotado a escala planetaria de un orden económico homogéneo, encauzado, en buena hora, desde la libertad de empresa y el mecanismo del mercado. Este orden económico necesita ser complementado con un orden social estable, fundamentado, a su vez, en los principios democráticos y en la lucha contra la corrupción y, sobre todo, con un sistema de reparto justo y equitativo.

Al margen de estas importantes consideraciones, otras circunstancias hacen necesaria la presencia de la Ética en el nuevo panorama. Enunciémoslas:

En primer lugar, la conciencia de una interdependencia creciente entre todos los países. Como sabemos, lo que ocurre en una parte del mundo tarda escasos minutos en repercutir a miles de kilómetros.

En segundo lugar, un desasosegante aumento de la incertidumbre, derivado de la rapidez y la velocidad con que se producen los cambios.

En tal razón, si no están firmes al menos algunos principios básicos -y muy particularmente, algunos principios éticos-, corremos el peligro de ser engullidos por el vértigo de este torbellino socioeconómico y cultural.

En tercer término, el reconocimiento de que compartimos cada vez mayor número de problemas; o, más propiamente dicho: que un número

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