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La etica mundial


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  Tutoriales  •  2.420 Palabras (10 Páginas)  •  298 Visitas

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LA ETICA MUNDIAL.

Por mucho tiempo se han cuestionado las interpretaciones y aplicación de la teología católica. Con todo, pocos hombres osarían dar evidencia de las plegarias secretas que dirigen a Dios. Ante esta realidad, determinante en la teología católica durante el siglo XX, se circunscribe la actividad del clérigo suizo Hans Küng, que es ordenado sacerdote diocesano el 9 de mayo de 1955, celebrando su primera misa en la cripta de San Pedro, debajo de la cúpula vaticana. Sin embargo, su destacada participación en el Concilio Vaticano II incitó a trasnochar a la omnipotencia católica por la reforma que proponía Küng, que motiva a que sea reprendida y desaprobada su obra, base de su trabajo docente.

Hans Küng nació en 1928, en Sursee (Suiza). En el Colegium Germanicum et Hungaricum de Roma cursó tres años de filosofía y cuatro de teología (1948-1955). Estudió en la Universidad Pontificia Alemana y la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Después de ser ordenado continúa sus estudios en el Instituto Católico de la Sorbona, en París, donde escribe su tesis doctoral: "Justificación: la doctrina de Karl Barth y una reflexión católica (1957)". En ella se examinan las analogías entre la doctrina católica y las creencias sobre la justificación sostenidas por Karl Barth, teólogo protestante suizo, con quien Hans Küng consolida una honesta amistad. Este trabajo doctoral será alabado por católicos moderados y por los que intentan la restauración de la unidad entre todas las iglesias cristianas y en la generalidad protestante.

Antes de convertirse en profesor de teología dogmática en la Universidad de Münster, es ordenado sacerdote de parroquia en Lucerna. También participa como teólogo oficial del Concilio Vaticano II, donde cuestiona la doctrina de la infabilidad en su libro "Concilio, reforma y reunión (1960)". En él pide una reforma de las iglesias católica y protestante. Por su osadía, en 1975 la "Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano" lo amonesta por sus opiniones y escritos teológicos. Es revocada en 1979 su facultad para impartir la enseñanza como católico. No obstante, las secuelas de la reprimenda son dulcificadas en 1980 cuando se le concede continuar instruyendo desde una posición secular.

Al estimular un nuevo pensamiento para reflexionar sobre la teología, es acechado "a corta distancia" por monseñores germanos y romanos. Los medios teológicos católicos y los protestantes comienzan a conocer la obra de Hans Küng, que se extiende en toda Europa. Sin embargo, continúa su trabajo en la pastoral directa -entre 1957 a 1959- en Lucerna, fundamentalmente con gente joven. Es profesor auxiliar en la Universidad de Münster de 1959 a 1960.

A los 32 años -enero de 1959- asume la cátedra de teología fundamental de la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Tubinga, prestigiosa por su escuela, primero protestante y después católica. Por esta época, las clases de Küng son ardorosas, elogiadas, debatidas, agradables e intrépidas.

En Tubinga coincide -de 1965 a 1968- con el profesor Ratzinger. Empero, una revuelta estudiantil en 1958 separa a los dos profesores. Ratzinger se instala en la conservadora universidad de Baviera, y Küng continúa en su cátedra en Tubinga, que conserva su tapiz de libertad y de verdad. Ratzinger se erige como defensor de la fe, sugiriendo los preceptos inquisitoriales; Küng como el hijo vigilado por sus aciertos ético-teológicos.

Fueron meritorias las discusiones de Küng sobre cualquier tema y en cualquier idioma con los colegas germanos, franceses y angloamericanos en la revista "Concilium", que es fundada en 1964 por los teólogos Rahner, Congar, Schillebeeck y Küng. En este período proliferan los textos latinoamericanos editados en España sobre la "teología de la

liberación". Desde ese momento, es tratado el tema en un contexto lógico y de controversia fraternal.

Se dice que las críticas de Küng a la curia romana son siempre templadas e irrebatibles. Pide con enérgicas argumentaciones se supriman los privilegios y prerrogativas que imperan en la iglesia desde la Edad Media. Censura con pasión la pobreza ética y la ausencia de una auténtica espiritualidad por parte de algunos inquilinos del Vaticano.

Cuando en 1962 es nombrado por Juan XXIII "perito conciliar", trabaja activamente en el Concilio Vaticano II. Vivió paso a paso las cuatro sesiones conciliares, examinó los esquemas y los juzgó -antes y después- con lucidez singular, y redactó muchas propuestas para que los obispos renovadores las llevasen al aula conciliar. Küng reconoce que, si bien se aceptan algunas reformas, "a pesar de todas las decepciones", el Concilio ha merecido la pena".

En una consulta popular es proclamado como candidato al obispado de Basilea. Sin embargo, se le priva en 1979 de continuar la misión canónica de enseñar en la Facultad de Teología de Tubinga. ¡No merecía ser calificado como teólogo católico! Esta actitud de la cofradía tiene su fundamento en los desacuerdos teológicos y percepciones vertidas en las memorias de Hans Küng respecto del Papa y del Opus. En contraste, por sentencia del rectorado, continúa de profesor ínter facultativo de teología ecuménica.

Para Küng es una comprometida actitud honesta "decir una palabra clara, con franqueza cristiana, sin miedo a los tronos de los prelados", y la enarbola cada día. En una oportunidad expresa que "los teólogos no producen las crisis; simplemente las señalan".

Después del Concilio, su obra causa considerable alboroto, ya que cuestiona a la Iglesia y su proceder. Conocedor de los problemas que abarrotan el alma de la humanidad, Hans Küng aborda el problema planetario desde "la tradición cristiana, la situación espiritual de cada momento, el presente de las Iglesias y las grandes religiones hoy activas". Creador y director de la "Fundación Ética Mundial", se dedica al fomento de la ética en el diálogo religioso. Su proyecto de ética mundial es conocido en todo el mundo y está traducido a quince idiomas. Entre 1992 y 2001 ha intervenido en la ONU en cuatro oportunidades, presentando el imprescindible diálogo de civilizaciones y culturas. También ha recibido varios doctorados "honoris causa".

En 1996 se jubila de la actividad académica, después de ser profesor en la Universidad de Tubinga (Alemania) desde 1959. El 20 de marzo de 2003, líderes políticos y religiosos de Alemania le dedicaron un homenaje con ocasión de su 75º cumpleaños, en el que destacaron sus méritos. Muchas instituciones han pedido su rehabilitación como teólogo católico. Lo han

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