ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ética y globalización mundial

David Hdz GmzApuntes15 de Febrero de 2016

662 Palabras (3 Páginas)150 Visitas

Página 1 de 3

Ética y globalización mundial.

La mundialización exige crear nuevas redes de solidaridad las cuales nos permitan aplicar soluciones reales a situaciones dramáticas. La fuerza genera actitudes agresivas que apartan al hombre de su propio ser,  afectando a toda la humanidad.

 Teniendo en cuenta que, el hombre que ha sido creado para el bien siente una inclinación hacia  la igualdad de oportunidades de todo los pueblos en el contexto económico internacional. La movilidad económica exige como estrategia el desarrollo solidario es decir principios éticos necesarios y reguladores de la globalización. A pesar del gran progreso científico, la gran pobreza sigue muy difundido en el mundo... No podemos permitir que se debilite nuestro compromiso cuando está en juego la vida de los más pobres. Entre los diversos principios éticos elegidos y de la moral, nos parecen esenciales aquellos que giran en torno a la igualdad, la libertad, la fraternidad y la justicia solidaria como respuesta a elementos tan necesarios en la globalización como el trabajo como recurso humano, el acceso al mercado internacional, la necesidad de intercambio y el principio de autonomía orientador de la capacidad de iniciativa del hombre.

Si nos planteamos en el  alcance de los valores éticos en la actualidad podemos percatarnos, las dificultades a las cuales nos estamos enfrentando siendo así una crisis de valores y que la misma está afectando sectores más jóvenes.

La humanidad reclama normas éticas que no se encuentren sometidas a las costumbres como comportamientos de una moral temporal, apuntando la necesidad de diferenciar entre las costumbres que permanecen en la naturaleza humana.

El fenómeno de la globalización "podríamos definir la globalización como un movimiento planetario en el que las sociedades renegocian su relación con el espacio y el tiempo.

El deterioro ético que no sólo afecta a los seres humanos corrientes sino que también, y esto resulta alarmante, se encarama a los ámbitos del poder político y utiliza a la comunidad ante el silencio cómplice de aquellos que lo han detectado,

La influencia de lo individual en lo doméstico y del pequeño entorno en lo general determina que el desarrollo de los valores fundamentales en los individuos es un punto de partida que no debe despreciarse. Un mundo globalizado como el nuestro debería alcanzar también una ética universal con el fin de llegar más cerca a cada una de las necesidades existenciales y que protegen con sus garantías la dignidad humana.

Como nos señala Aristóteles, en Ética los seres humanos buscan la felicidad, pero cabe preguntarse, entonces, cómo alcanzarla. De tal modo, la felicidad debería ser la actividad de la parte mejor del hombre, es decir la que utiliza la razón, por lo cual el acto de todo ser humano de bien “es hacer todo ello bien y bellamente y según la perfección que le es propia, a partir de una actividad del alma en consorcio con el principio racional”. Por tanto, la felicidad deberá ser una actividad virtuosa y habitual, ya que de los actos virtuosos los más valiosos son los duraderos y aquellos que lleven al ser humano hacia una vida dichosa y de conducta recta.

Aristóteles nos indica que “si la felicidad es la actividad conforme a la virtud, es razonable pensar que ha de serlo conforme a la virtud más alta, la cual será la virtud de la parte mejor del hombre”,

En conclusión, la felicidad consiste en la actividad de la inteligencia según la virtud que le es propia, con todo ello, cabe señalar que en estos tiempos que nos ha tocado vivir, el acercamiento a la práctica de valores éticos permanentes no sólo nos acerca hacia la felicidad sino que también sirve de ejemplo y acicate a la sociedad de nuestro entorno, donde a partir de nuestro esfuerzo personal por alcanzar el ejercicio de estos valores inmutables de la condición humana podemos abrazar al resto de nuestros congéneres con un sentido fraternal, en el que como nos apunta Emmanuel Levinas, “yo no soy el otro, pero no puedo ser sin el otro”.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (4 Kb) pdf (45 Kb) docx (9 Kb)
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com