Inteligencias Multiples

La primera de las tareas que deberíamos acometer respecto del trabajo con las inteligencias múltiples en Educación Infantil sería analizar el tipo de destrezas en que destacamos o hacia las que sentimos mayor inclinación en cada uno, sería interesante pensar en el modo en que las destrezas con que contamos podrían contribuir a enriquecer nuestra tarea con los niños (si nos gusta la cerámica podemos introducirla en el aula, si bailar se nos da bien podemos practicarlo para abordar contenidos sobre el conocimiento del cuerpo o para el desarrollo de la psicomotricidad), y, por otro lado, planear cómo potenciar nuestras áreas deficitarias para poder ayudar a los alumnos a desarrollar el conjunto de las siete inteligencias. Introducir en nuestra labor cotidiana en el aula tareas encaminadas a trabajar con los niños y niñas habilidades que no dominamos es una vía para desarrollar éstas.

Para evaluar las inteligencias múltiples debemos utilizar fundamentalmente la observación sistemática, también podemos utilizar los registros anecdóticos, otra técnica de observación que consiste en anotar aquellas situaciones, hechos o sucesos especialmente relevantes para analizar y entender las disposiciones de los niños con respecto a las distintas habilidades. Por ejemplo, la reacción sorprendente de interés de un alumno generalmente indiferente a toda tarea escolar cuando se realiza un experimento en clase, la actitud participativa de un alumno preocupantemente retraído cuando se le invita a tocar algún instrumento musical, etc. Ser sensible a estas situaciones permite descubrir áreas de interés, y seguramente cierta predisposición, en alumnos que seguramente hasta su familia puede desconocer.

A continuación presentamos un inventario o listado de posibles comportamientos o disposiciones de los alumnos para evaluar las inteligencias múltiples. Es evidente que no es exhaustivo y que es posible completar con multitud de situaciones. Está basado en una propuesta realizada por Armstrong (1999) que hemos adaptado ligeramente para enfocarlo hacia alumnos de Educación Infantil.

Inteligencia lingüística.

- Inventa historias fantásticas y cuenta anécdotas, situaciones, sucesos reales o no.

- Tiene buena memoria para los nombres, lugares, información...

- Le gustan los juegos con palabras.

- Pregunta habitualmente por el significado de las palabras que no entiende.

- Pide constantemente que le digan qué letra es esa o qué pone allí. Si está iniciado ya, reconoce con facilidad los grafemas y el fonema asociado.

- Le gusta escuchar relatos.

- Le gustan las rimas, los trabalenguas.

- Tiene un buen vocabulario para su edad.

- Se comunica con los otros fundamentalmente de manera verbal.

Inteligencia lógico-matemática.

- Hace muchas preguntas sobre cómo funcionan las cosas.

- Tiene conceptos matemáticos avanzados para su edad (añadir, quitar, repartir o particiones, números ordinales, relaciones lógicas (si mayor que... entonces...), sentido posicional de los dígitos en números de dos o más cifras, etc.)

- Le gusta contar y hacer cosas con los números.

- Le gustan los juegos de tablero que requieren contar (oca, parchís).

- Le gustan los rompecabezas lógicos (según series, por ejemplo).

- Le gusta clasificar las cosas en categorías o en jerarquías.

- Presenta un nivel conceptual (mayor grado de elaboración de los conceptos) que sus iguales.

- Tiene un sentido claro de las relaciones causa-efecto.

- Desarrolla estrategias cuando participa en juegos.

- Generaliza reglas (aunque no sea correcta la generalización).

- Le gusta experimentar, utiliza el ensayo y error (no espera a que le den la solución, trata de buscarla).

Inteligencia espacial.

- Atiende más a las ilustraciones de los cuentos que al relato.

- Le gustan los mapas, planos, representaciones gráficas... Siente curiosidad por qué significan y entiende con facilidad aquellos adecuados a su edad (mapa para encontrar el tesoro en la clase).

- Suele soñar

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